La justicia machista, mata.

 por VALERIA ENCINAS Sobre el femicidio de Jesica Samanta Olguín, sobre todos y cada uno de los femicidios y travesticidios ocurridos, se impone la bronca, el dolor, la impotencia. Inmediatamente después nos preguntamos cuánto habrá sufrido, desde cuándo, cómo soportó, en qué momento se reconoció violentada, a cuántos efectores concurrió para solicitar ayuda, asesoramiento, acompañamiento.… Continúa leyendo La justicia machista, mata.

 por VALERIA ENCINAS

Sobre el femicidio de Jesica Samanta Olguín, sobre todos y cada uno de los femicidios y travesticidios ocurridos, se impone la bronca, el dolor, la impotencia. Inmediatamente después nos preguntamos cuánto habrá sufrido, desde cuándo, cómo soportó, en qué momento se reconoció violentada, a cuántos efectores concurrió para solicitar ayuda, asesoramiento, acompañamiento. Cuánto hicieron sus amigas, su familia, su entorno amable.

Pero también contamos con algunas certezas, insuficientes. Porque en este ?las redes funcionaron?. Así de claro: las redes que nos sostienen son cada vez más fuertes. Los reclamos se hacen oír cada vez más en áreas, direcciones, asesorías, dispositivos y programas de abordaje de situaciones de violencia por motivos de género en distintos niveles del Estado. Se interpela, se acompaña, se gestiona y siendo conscientes de que aún falta mucho, se hace un gran esfuerzo por mejorar.

Hasta que llega el momento del Poder Judicial y se hace un vacío. No hay estrategia de abordaje en casos de extrema violencia que lleguen a buen puerto, la pata judicial en general no actúa y si lo hace, lo hace con impericia, improvisación, falta de formación y de perspectiva de género. Jésica denunció, pidió ayuda hasta el cansancio. Su agresor mintió respecto de su domicilio y eso le fue suficiente a la Justicia para paralizar un procedimiento. Se busca con más énfasis al deudor de una tarjeta de crédito que a un sujeto con pedido de captura, quien con total liviandad y burlescamente sigue gozando en cara de la víctima de una libertad que no le corresponde, que no es suya.
¿Qué más nos van a exigir a mujeres y disidencias? Abramos los ojos y veamos que estamos en una trampa enorme, presas de una justicia a la que tenemos que demostrarle nuestra inocencia, nuestras marcas, nuestro padecer. Sistema judicial que no nos cree, no nos escucha. No le importamos. No nos habla claro, nos confunde, nos hace sentir insignificantes y no se cansa de revictimizarnos.

¿Cuántas más vamos a llorar? Es hora de fortalecer las políticas públicas, sí. Pero es urgente que unamos nuestras voces de manera contundente y exijamos una REFORMA JUDICIAL TRANSFEMINISTA que nos mire, nos crea y nos repare de alguna manera cada herida. No nos vamos a resignar a sus palabras difíciles, a su desidia, a su desinterés. Porque su falta de intervención y su ineficiencia abruman nuestra cotidianeidad, nuestra estabilidad psíquica y nuestro bienestar físico. Cuando no terminan con nuestras vidas.

No hay abordaje integral que alcance si no existen actuaciones competentes en el ámbito judicial. El derrotero de quien es la última víctima en nuestra provincia no solo nos duele en el corazón y nos hace llorar de bronca. También nos evidencia una vez más que la JUSTICIA MACHISTA MATA.
Ojalá podamos unirnos en este reclamo, todas y todes gritemos bien fuerte que queremos, exigimos, necesitamos una Reforma Judicial Transfeminista YA.

La autora es Coordinadora en Mendoza del Programa Acercar
Derechos, del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad
de la Nación

La obra que ilustra el inicio de esta nota de Opinión de Valeria Encias es una pintura de la artista Artemisia Gentileschi. «Susana y los viejos» El oleo sobre lienzo data de 1610 y alude al intento de violación por parte de dos jueces sobre Susana. Actualmente se conserva en el Castillo de Weissenstein de Pommersfelden

Más de Opinión
OPINIÓN

La continuidad de una marcha que comenzó 75 años atrás

La continuidad de una marcha que comenzó 75 años atrás
La Revolución Libertadora hizo hogueras con libros y, en nombre de la lucha contra el totalitarismo, quemaba las ideas impresas del otro. Otro al que deshumanizó para que su persecución, encarcelamiento y exterminio fuera "aceptable" para una sociedad que podía inducirse al odio.
EL TRÁNSITO Y LA POLÍTICA

Que parezca un accidente

Que parezca un accidente
Un choque puede servir para reaccionar y tomar decisiones que favorezcan al colectivo social, no sólo a quienes ganan con el transporte colectivo de pasajeros.

Nuestras recomendaciones