Cárcel San Felipe. Imágenes no aptas para personas sensibles e impresionables.

El hecho que se denuncia de la cárcel de San Felipe puede afectar a personas impresionables, y exige actuación inmediata de autoridades.

Indolencia o crueldad

La reticencia en aportar datos, desde algunas áreas del gobierno, para con este medio, encuentra explicación en situaciones como la que atraviesa un interno en el penal de San Felipe.  

Una imagen devela los motivos para la ausencia de palabras e información

El interno (como lo llaman en la jerga penitenciaria) es una persona de 71 años. Sus iniciales: O.G.  Sufrió un ACV (Accidente Cerebro Vascular). Estuvo un mes en "sanidad", y lo regresaron al Pabellón 1A, en un estado de deterioro que puede constatarse, en las imágenes.

Injusticia flagrante proferida por quienes deben proporcionar seguridad y garantizar justicia.

Ante la ausencia de información oficial, consultando a médicos, definen el caso como una escara, probablemente producida por el tiempo de inmovilidad y falta de tratamiento adecuado, situación que además de dolor, ardor, puede provocar una infección de consecuencia letal.

El que las hace, las paga. Aquí ¿quién paga?

La ministra de Seguridad de la Nación, quien mantiene una relación estrecha con las autoridades mendocinas en esa materia, acude a ese axioma, con entusiasmo. El que las hace, las paga.  El presidente Milei, también recurre a esa frase, que -no por casualidad-  fue lema principal en la campaña de De La Rúa en 1999. De la Rúa pagó poco por lo mucho que hizo. Fue sobreseído a pesar de los 39 muertos que hubo aquél fatídico diciembre del 2001. Es notorio que en Argentina, la variación de precios también alcanza a los HUMANOS.

Datos y relatos

En Mendoza hay 6.300 presos en los distintos penales y 700 bajo régimen domiciliario. No todo el igual, estos datos fueron provistos desde prensa del Ministerio de Seguridad y Justicia. Sólo podemos transmitir, siguiendo con esos datos, que el 25% de los privados de libertad es por robos. El 8% por lesiones dolosas. El 12% por abuso a la integridad sexual. El 10% por amenazas. La buena voluntad de quien nos proveyó los datos empata con la imprecisión. De los 7.000 imputados, no podemos decir cuántos están procesados, cuántos con condenas firmes. 

¿Basta con el botón de muestra?

Ayer liberaron, después de más de un mes de estar alojado (eufemismo insoportable para quienes están presos), el ciudadano chileno que fue aprehendido por una supuesta violación. Desde el 21 de febrero el joven estuvo privado de su libertad, en el penal San Felipe, el mismo en el que está el hombre de 71, con su salud deteriorada y vulnerable ante una infección.

Por las dudas, liberado y deportado

El Ministerio Público Fiscal, el 5 de abril, circuló un comunicado pidiendo que la víctima (ahora en calidad de presunta) se presentara para ampliar su declaración. La mujer de quien preservaron su identidad, no concurrió. Cuatro días después, liberaron al joven chileno. Ningún dato denunciado se convirtió en prueba. Una cámara de seguridad habría registrado una situación en la que la denunciante y el denunciado conversaban sin algo que llamara la atención. No nos consta. El Ministerio Público Fiscal elige a quién proporcionar información.  

Especulaciones peligrosas

Si el ciudadano chileno, tal como se presume hoy, fue víctima de una falsa denuncia (una más) ¿por qué se le prohibiría el ingreso a la Argentina? ¿Una medida preventiva para que no demande al Estado? ¿O acaso imaginan que el mejor mecanismo institucional para impedir la ocurrencia de delitos es prohibir el ingreso al país? Toda posible respuesta, con tecnicismo jurídico, será bienvenida, pero no se entiende bien qué pudo justificar una aprehensión y qué cambio hubo para la liberación. Sí en aquél día informamos por la agresión a periodistas, obvio, por datos provistos desde las víctimas, no desde alguno de los ministerios: portada.com.ar/general/golpean-a-cronistas-de-canal-7-mendoza-y-en-vivo-se-quejan-por-la-falta-de-policias

Urgente al oftalmólogo

Los sitios del Sistema Penitenciario de Mendoza describen lo que son y los propósitos que persiguen. Leemos, no sin asombro, que cuando describe la "visión" dice ser una institución que brinda buen y respetuoso servicio, atendiendo los derechos de las personas privadas de la libertad. En la misión dicen garantizar el bienestar de los internos. 

La promoción del odio a través de los canales de comunicación

El persistente insulto. El agravio como moda, proferido desde las máximas autoridades. El castigo como oferta de mejora social. La adulteración de la historia. El desprecio por la verdad. Las falsas denuncias. El elogio a la ignorancia. El poder delegado, usado como privilegio inmutable.Todo contribuye a la degradación institucional que, como consecuencia, no puede dejar de producir un estado de violencia, tensión, desmoralización y pobreza de la comunidad.  Lo están logrando.

La función de las cárceles. 

Ni el tiempo ni el espacio alcanzan para contemplar las concepciones sobre la conveniencia o no de las cárceles. Lo dice la Constitución: es para proteger al resto de la comunidad y no para suministrarle castigo al reo. Si esto no se comprende y se estimula la venganza, no habrá quien pague. 

Con la tuya

No podemos informar con rigor cuántas personas están privadas de libertad bajo el régimen de "prisión preventiva" (una figura muy discutible), no por falta de voluntad sino por ausencia de datos que, aunque deben ser de dominio público, no lo son.  Omitiendo lo ético y sensible, y apelando a lo gélido de los números, invitamos a hacer el ejercicio de multiplicar los 6.300 reclusos, por el valor de la vianda. En diciembre superaba los 4 mil pesos, tal como informamos en diciembre último portada.com.ar/opinion/delincuencia-y-transparencia-empiezan-distinto-pero-terminan-igual , hoy con más del 70% de inflación acumulada en apenas tres meses, preferimos no hacer la multiplicación. Lo que sí podemos informar y con severidad incontrastable es que tanto la calidad, como la cantidad de las viandas, no se ha incrementado en absoluto. Nuevamente la imagen nos ayuda a suplir la carencia de información pública.

El General San Martín cuando gobernaba Cuyo, instó para que los presos estuvieran bien alimentados y humanamente tratados

Obstinados en contrariar a los prohombres de Argentina, pero usándolos en cuanto acto protocolar exista, no se arribará a un destino de grandeza. Haciendo cada cual lo que corresponde, en tiempo, de manera comprometida y consciente para priorizar el bienestar del conjunto, sí. 

Si acaso es el Estado quien desprotege, abandona o, peor, castiga hasta con inédita crueldad a sus miembros, todo sueño de progreso se desvanece y el "sálvese quién pueda" garantiza la frustración social, la insatisfacción individual y el fracaso nacional.

Si con San Martín sólo no alcanza, intentemos sumando a un Nobel de la Paz

Sería redundante describir lo que luchó y padeció el líder sudafricano Nelson Mandela, pero es oportuno que, los responsables de los penales, y quienes arbitran la administración de Justicia, tomen nota de sus palabras:

Suele decirse que nadie conoce realmente cómo es una nación hasta haber estado en una de sus cárceles. Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada.