Los chicos que no tienen calle, pero sí frío

Nos llegó un video. Y con él, una súplica. No una de esas que gritan en cadena nacional, ni una que corte rutas o haga temblar los mercados. Es la voz  de Jazmín Carranza Amoedo, hija de una docente de la Escuela Luis Contreras, ubicada en calle pública kilómetro 48, El Carrizal de Abajo.

Jazmín busca algo simple y enorme a la vez: que 2.000 personas donen $1.000 pesos cada una. ¿El objetivo? Comprar frazadas. Frazadas para los chicos de la escuela. Para que puedan dormir sin tiritar. Para que al menos por unas noches el frío no les muerda los pies.

No tienen calle. No hay asfalto que los conecte. No hay luz urbana que los abrace. Pero tienen frío. Y tienen una necesidad que no debería doler en un país con tanta tierra, con tanto sol.

Lo paradójico -y brutal- es que estos niños viven muy cerca de una multimillonaria inversión energética, donde una planta de más de 400 hectáreas promete generar electricidad y divisas. Sí, el sol calienta los paneles, produce megavatios y alimenta el progreso. Pero no alcanza para calentar los cuerpitos de estas criaturas.

Esta semana dos personas murieron por hipotermia en las calles de la ciudad de Mendoza. Dos nombres que serán olvidados antes que el parte meteorológico. Un síntoma claro del país en el que vivimos: una Argentina donde el frío no mata por naturaleza, sino por abandono.

La Iglesia levantó la voz, algunas ONGs encendieron la alarma, y no faltaron los políticos que apuntaron contra la gestión de Ulpiano Suárez. Pero esto trasciende nombres y partidos. Es una radiografía dolorosa del estado ausente, del sistema que deja caer a quienes no logran agarrarse de nada. De una economía que no incluye, sino que expulsa.

Y mientras tanto, tenemos un presidente que se autodefine como cruel. La Real Academia Española dice que cruel es "aquel que se deleita en hacer sufrir o se complace en los padecimientos ajenos". No es un adjetivo menor. No es un chiste de stand up. Es una confesión peligrosa.

Vivimos tiempos donde la empatía parece un lujo. Donde la palabra "solidaridad" se esconde detrás de las grietas. Y sin embargo, a veces aparece una Jazmín, una docente, un grupo de vecinos que todavía se conmueve, que todavía elige ayudar.

Por eso compartimos su mensaje. No como un acto de beneficencia, sino como un grito amoroso frente al desamparo. Para que los chicos que no tienen calle, al menos tengan abrigo.

Jazmín Carranza Amoedo

Alias: jazmin.carranza

CVU: 0000003100076913526757

CUIT/CUIL: 27-44009059-7

Mercado Pago

Ayudá con lo que puedas. Que el frío no sea más fuerte que nosotros.

Porque estos chicos no tienen calle. Literalmente. Hace más de 15 años que la comunidad viene luchando contra el abandono y la desidia de la Dirección Provincial de Vialidad, la Dirección de Hidráulica y la Municipalidad de Luján de Cuyo, sin lograr que se brinde una solución a la calle pública kilómetro 48, donde se encuentra la escuela.

Pero eso sí: el frío siempre llega.