La obesidad no se combate con aplicaciones ni dietas mágicas. La advertencia de la OMS
La obesidad es considerada una epidemia. Cuál es la diferencia con el exceso de peso. Qué consecuencias trae. Cómo combatirla. Cómo adelgazar alimentándose bien.
El 4 de marzo es el Día Mundial de la Obesidad. Lejos de ser una cuestión de carácter estético, la obesidad constituye una epidemia en todo el Planeta
Según las publicaciones de The Lancet, que utiliza la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay más de mil cien millones de personas obesas, cifra que se ha duplicado desde 1990, pero lo más preocupante es que entre niñas, niños y adolescentes, se ha cuadruplicado esta cifra.
Comer bien y suficiente
Para una comprensión cabal de esta problemática, que durante mucho tiempo se la asoció simplemente a una conducta alimentaria, es que en los países con mayor índice de mala nutrición o desnutrición, también tiene elevados índices de obesidad, porque no es sólo una cuestión de comer en exceso.
Ni gordos, ni flacos, mal alimentados
La malnutrición incluye la desnutrición (que abarca la emaciación, el peso insuficiente y el retraso del crecimiento), la insuficiencia de vitaminas y minerales, y también el sobrepeso y la obesidad. La desnutrición causa la mitad de las muertes de infantes menores a 5 años. La obesidad, en cambio, provoca enfermedades no transmisibles, pero crónicas y de alto riesgo como dolencias cardíacas, diabetes y la OMS incluye algunos tipos de cáncer.
Las investigaciones indispensables
La Organización Mundial de la Salud (OMS) junto al Observatorio Mundial de la Salud han evaluado los datos recogidos por un enorme estudio que se ha realizado sobre obesidad, sobrepeso y malnutrición. De ese informe se desprenden datos significativos para que los Estados implementen políticas que reduzcan esta problemática.
Reducir la obesidad, una meta que deberían imponerse los Estados, las organizaciones de la sociedad y los individuos.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, dijo:
Este nuevo estudio pone de manifiesto la importancia de prevenir y controlar la obesidad desde las primeras etapas de la vida y hasta la edad adulta a través de la alimentación, la actividad física y la atención necesarias. Para recuperar el terreno perdido a fin de alcanzar las metas mundiales de reducción de la obesidad, tanto las autoridades públicas como la sociedad civil y los ciudadanos tendrán que ponerse manos a la obra. Con ese fin, deberán basarse en políticas basadas en la evidencia publicadas por la OMS y por las autoridades nacionales de salud pública, y apoyarse también en la cooperación con el sector privado, que debe hacerse responsable de los efectos de sus productos en la salud.
Recomendaciones para activar políticas públicas sobre obesidad y mal nutrición
- fomentar y promover la lactancia materna
- legislar sobre las prácticas perjudiciales de comercialización a los niños de alimentos inadecuados y bebidas azucaradas
- instruir en los establecimientos educativos que no se comercialicen productos ricos en grasas, sal y azúcares
- implementar políticas fiscales y de precios para fomentar la alimentación saludable, con productos naturales
- legislar sobre el etiquetado nutricional
- realizar campañas de sensibilización y formación para la población relativas al ejercicio cotidiano y a la alimentación saludable
- promover e instrumentar la actividad física en las escuelas
- integración de los servicios de prevención y control de la obesidad en la atención primaria de la salud.
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La dieta nunca es una "solución mágica" para la obesidad.
Cada persona tiene características únicas, por lo que no existe una receta universal para combatir la obesidad, ni una única indicación permanente para restablecer el peso y la salud. Tampoco el consumo de medicamentos, ni suplementos dietarios, ni yuyos fantásticos.
Qué es la obesidad según las ciencias
La obesidad no es exceso de peso,es exceso de grasa corporal en relación a las características de cada persona, o sea, según la estatura y la contextura ósea.
La televisión engorda, las pantallas de celulares, también.
Una explicación real es que las personas que trabajan, actúan o están ocasionalmente frente a una cámara de televisión, suelen verse más corpulentas de lo que puede constatarse personalmente, una cuestión de percepción que genera la mediación visual.
La verdad de la milanesa
Es innegable que la inactividad física, el estar demasiado tiempo, inmóvil, frente a la pantalla de la televisión, contribuye a propiciar obesidad. Se suma a la inacción motriz la pérdida de concentración. Se come "algo" como parte del "entretenimiento", y ese algo, generalmente, no son productos naturales ni saludables. Lo mismo ocurre con la conexión permanente frente a la pantalla del celular, y en este caso, con una afectación superior en los pequeños y las niñas, con el agravante que estos casos proliferan las ingestas de productos muy bien promocionados a través de esos sitios, juegos y aplicaciones, que son -precisamente- los que contienen grasas saturadas y azúcares.
Argentina obesa
El bajo consumo de vegetales y frutas, y los excesos de productos ricos en grasas, harinas refinadas, dulces, o la ingesta de "comida chatarra" son algunos de los muchos factores que inciden en altos porcentajes de obesidad en nuestro país. Así lo simplifica María de la Plaza, coordinadora del área Nutrición del Comité Científico de la Federación Argentina de Diabetes (FAD).
Las causas
La obesidad también es considerada una epidemia multicausal. No sólo se trata de falta de ejercicio, exceso en comidas calóricas, consumo de grasas, azúcares y harinas. Hay algunas circunstancias temporales, ocasionales, eventuales. El ejemplo más típico es el desequilibrio hormonal provocado desde las emociones. Ante un suceso de tensión o doloroso, se tiende a compensar ese estado, comiendo. Pero también hay períodos en la vida de las personas, inevitables, como la adolescencia o la menopausia, que el cuerpo experimenta desequilibrios naturales.
Desterrando las dietas
Los especialistas, en la actualidad, conciben que hablar de "dieta" despierta una expectativa incumplible, porque connota que, consumiendo o dejando de consumir algún alimento o medicamento y haciendo un par de ejercicios rigurosos, en corto tiempo desaparece la obesidad o el exceso de peso. Un error arraigado, pero estimulado por quienes comercian con alguna de esas estrategias.
Cambios de hábitos, un desafío exigente
Aunque hay recomendaciones generales, indispensables, para combatir la obesidad, como es el incremento de alimentos con fibra a cambio de las "calorías vacías", como denominan a los productos que "llenan pero no nutren", la doctora María de la Plaza sugiere adaptar los planes según la situación de cada individuo. La alimentación debe considerar estas condiciones: ser completa, placentera y moderada. Arbitrar porciones y cantidad de comidas diarias, con estos requisitos. Hacer ejercicios que no extenúen, pero diariamente.
Cuando la obesidad es riesgosa
Desde hace tres décadas a hoy, al tener una consideración distinta sobre la obesidad, se la califica en distintos grados y rangos. Al respecto, se ha avanzado en tratamientos específicos, en los casos en los que con cambios de hábitos no es suficiente. Se han desarrollado medicamentos orales, inyectables y también cirugías, como el caso de las bariátricas, que están (todavía), incluidas en las prestaciones médicas obligatorias, o sea, tienen cobertura social.
Nadie se salva solo
Desde la Sociedad Argentina de Nutrición, coinciden en que la problemática de la obesidad y la mala alimentación no se corrige ni combate desde una actitud individual. Es una problemática que, como afecta a gran parte de la sociedad, debe abordarse integralmente, con todos los elementos que otorga la evidencia científica y con el involucramiento de los Estados. El mito de que se trata de "una decisión personal" hace que cada vez haya más personas padeciendo obesidad, y además, absorbiendo "culpa" o en muchas ocasiones "vergüenza".
La balanza nos confunde
Los números sobre obesidad y exceso de peso en Argentina, no están claros. Hay diferencias muy notorias según quien mida y quien publique.
La mirada mundial sobre los pesos de los argentinos (en kilos)
Según los organismos internacionales, la tasa de personas obesas en Argentina es elevado, alcanza al 27.5% de la población. Es un ratio preocupante, aunque el país que, históricamente, ostenta la mayor cantidad de personas obesas y con sobrepeso es Estados Unidos, en donde el porcentaje alcanza al 40% de la población.
Números para revisar, pero mientras tanto, para mejorar
Los datos que proporciona el sector estatal de la salud de Argentina, muestra cifras que varían mucho. Desde el Ministerio de Salud, en su página oficial, dice que el 41% de los chicos y adolescentes de entre 5 y 17 años tienen sobrepeso y obesidad, y que el porcentaje general de adultos con obesidad y sobrepeso, es de 6 sobre 10 personas.