GOBIERNO NACIONAL

Omar De Marchi ocupará un cargo vital en el gobierno nacional, nombrado en momentos de gran tensión

Mientras suenan fuerte miles de cacerolas en muchas ciudades de la Argentina, y la oposición se ha pronunciado en contra del mega decreto del presidente Javier Milei, desde Mendoza un político de raza volverá a la Nación a ocupar una función vital en un momento de enorme rispidez.

Quien ocupó hasta hace algunos días la vicepresidencia de la Cámara de Diputados de la Nación, Omar De Marchi, ha sido designado en un cargo que requiere, al menos, de cintura y guantes antiflama para los tiempos que corren.

Lo que antes hacían María José Foncino y Fernando "Chino" Navarro, ahora recaerá sobre las espaldas del abogado Omar De Marchi, un político que desde 1993 ha ocupado diversos cargos, hasta ahora, siempre electivos. Esta será la excepción a la regla. 

Se fusionan las secretarías de Relaciones con la Sociedad Civil con la de Relaciones Parlamentarias y para desempeñar esa ardua tarea, optaron por uno de los políticos mendocinos que ha sabido competir en una interminable lista de contiendas electorales, habiendo ganado como concejal, como intendente en tres oportunidades y como diputado nacional. 

La versatilidad de Omar De Marchi es innegable, la persistencia, también. Surgido de las filas del partido conservador de Mendoza, el Partido Demócrata, fue impulsor del PRO y se alió cuando pudo a todo lo que estuviese contra la versión contemporánea del peronismo. 

Intendente de Luján de Cuyo en tres ocasiones. En la segunda, amputó el tiempo de mandato para ir al Congreso de la Nación. Aquella vez, dejó como sucesor a su compadre, Omar Parisi, quien durante esos dos años de intendencia, se mudó al peronismo, generando un enfrentamiento entre ambos Omar, que aún persiste, al menos para la tribuna.

Al cargo que ocupó como Diputado Nacional, hasta este año, accedió integrando "Cambia Mendoza", la versión mendocina de "Juntos por el Cambio" pero liderada por un radical, Cornejo.

Como ocurre en política, hasta lo impensado tiene más probabilidades de ocurrir que la planificación estricta. Así fue como Omar De Marchi, que comenzó este 2023 siendo colaborador de privilegio de Horacio Rodríguez Larreta, cuando llegó el momento de las elecciones mendocinas, no soportó la verticalidad de Cornejo, y en vez de enfrentarlo en las P.A.S.O. prefirió armar una fuerza alternativa a la que bautizó La Unión Mendocina. Mixtura que se amplió cobijando a algunos peronistas que se quejan de la conducción provincial, más los PRO, algunos radicales y otros actores que no aceptan el unicato "del Alfredo", como lo llaman al gobernador mendocino.

Nuevamente vio frustrada su posibilidad de ganar la gobernación, pero esta vez, esa fuerza se ubicó segunda, un histórico revés para el peronismo que tuvo su peor elección histórica y que -vaya qué plato frío saboreó De Marchi- el justicialismo llegó a esa instancia con Omar Parisi como candidato a gobernador. Ninguno de los dos pudo sentarse en el sillón de San Martín que hoy vuelve a ocupar Cornejo, pero la eterna sonrisa de Omar de Marchi esta vez encontró una justificación.

En el extraño tablero de las elecciones nacionales (elegimos el adjetivo extraño para preservar la elegancia), el nuevo espacio creado por De Marchi no se pronunció a favor de ninguna de las opciones para ocupar el balcón de "la Rosdad", aunque Omar De Marchi retiene vínculos tanto con el PRO como con el Partido Demócrata, espacio que con el envió Milei alcanzó a colocar tres diputados nacionales, algo que excede lo onírico.

Relaciones parlamentarias y con las asociaciones de la sociedad civil es lo que le toca a Omar De Marchi. Su buena verba y actitud podrán ayudarle, siempre que el gobierno de Javier Milei recupere sensatez institucional y no pretenda -como evidencia ese primer mega decreto- imponerse caprichosamente sorteando las cláusulas que por más votos que haya obtenido, no lo facultan. Un desafío de tanta temperatura que sólo puede ocuparlo alguien que lleva décadas formando para de lo que Javier Gerardo Milei llama despectivamente "casta".

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