INTELIGENCIAS HUMANAS

Inteligencia artificial confronta con la inteligencia naturalista. Pensemos

El peligro de la IA frente a la inteligencia naturalista, presente en el modelo de las inteligencias múltiples de Howard Gardner ¿en qué consiste? ¿existe una amenaza real o es otra fiebre conspiracionista?

La inteligencia naturalista nos ayuda a vivir, a cuidar el Planeta y a entender al Mundo y los seres que lo habitan

Dentro de las 8 inteligencias que determinó Howard Gardner en su modelo de inteligencias múltiples, aparece la vinculada a la relación analítica, perspicaz e intuitiva de algunas personas frente a la naturaleza y sus fenómenos autónomos a las decisiones de la razón clásica.

¿Qué es la naturaleza?

Para abordar mínimamente el tema de las personas que desarrollan mejor su capacidad de vincularse con la naturaleza, es preciso contar con alguna definición sintética sobre el sustantivo que nos ocupa. Elegimos esta: la Naturaleza es El conjunto de todo lo que existe y que está determinado y armonizado en sus propias leyes. Este concepto es amplio pero útil. Nos aproxima a la noción de que la naturaleza es aquello que no depende ni está supeditado a la acción deliberada de la inteligencia humana.

¿Es natural la inteligencia naturalista?

La pregunta que suena paradójica tiene una respuesta simple: sí. Todas y todos de alguna manera poseemos esta inteligencia, pero siguiendo el modelo de Gardner, hay quienes desarrollan con más habilidad, facilidad y claridad su relación con la naturaleza y han logrado descifrar lo que antes fue misterio. Esa sensibilidad especial que tienen algunos con la música, por ejemplo, hay quienes la poseen sobre la naturaleza.

Grandes aportes desde la inteligencia naturalista

Aunque abunden ejemplos, el caso de Charles Darwin sentó el precedente más icónico de nuestra época. Su vocación, estudio, ímpetu y -seguramente- su capacidad natural permitieron que develara asuntos fundantes de la cultura actual. Despertó polémicas que antes estaban circunscriptas al ámbito académico e intelectual, en las sociedades El origen de las especies y El origen del hombre convulsionaron ciencia y religión, por igual.

Inteligencia artificial confronta con la inteligencia naturalista. Pensemos

Sobrenatural o muy inteligente

Hay personas que destacan por su conexión con cuestiones de la naturaleza y otros que han sido inspirados por la naturaleza para explicar abstracciones matemáticas complejas, como el caso de Leonardo de Pisa, un lúcido y lúdico matemático y científico del Siglo XI, quien postuló lo que se conoce como "La sucesión Fibonacci" la que explica que cada término es la suma de los dos anteriores, sucesión infinita de números naturales que a la vez explica cuestiones de la astronomía, la física y la biología con claridad y simplicidad meridiana. Desde la estructura espiralada de un caracol hasta el ADN humano y la formación de galaxias, puede explicársela con este descubrimiento de Fibonacci. Lo que hizo este hombre inquieto fue unir sus pasiones y analizarlas. La observación de animales, plantas y organismos del comportamiento del cosmos, sin más elementos que el pensamiento y la experimentación, en gran medida, fue lo que ayudó a parir la informática, por lo cuál hasta podríamos "culparlo" por el desarrollo de la Inteligencia Artificial.

La naturaleza ¿es sabia o poderosa?

La inteligencia humana ha sido vital para la sobrevivencia de la especie, pero eso ¿es natural o artificial? Para no ingresar en el terreno semántico, debemos admitir que especies más fuertes y con suficientes alimentos se extinguieron. La fuerza de la naturaleza -como solemos llamar a catástrofes y grandes eventos meteorológicos- exterminó a muchas especies animales y vegetales. Mal podríamos concluir si obedece a "sabiduría" o simplemente al poder formidable que la constituye. A propósito, desarrollar conocimiento sobre los comportamientos de la naturaleza nos ha traído hasta aquí. Designarle el calificativo de "sabia" no contribuye a lo que conocemos como evolución humana, que se ha encargado de "negociar" con la naturaleza, cambiando su curso original.

Inteligencia artificial confronta con la inteligencia naturalista. Pensemos

La Tierra aún soporta nuestras desinteligencias

Quienes poseen esa habilidad especial para observar, indagar, medir, auscultar la naturaleza y sus fenómenos, han debido instruirse, capacitarse y ser generosos a la hora de transmitir esos conocimientos. Como en otras disciplinas, no se agota en una sensación ni en una percepción más aguda, solamente. Esa Inteligencia Naturalista requiere método, ensayo y evidencia para que esa capacidad singular, aporte beneficios al resto de la sociedad. A la vez, quienes no poseen habilidades especiales, no deben despreciarla, algo que en la actualidad ocurre y cada vez con mayor frecuencia y -lamentablemente- con más eficacia. Así lo de los "terraplanistas", colectivo disperso que niega la evidencia científica y confunde. La lesión que provocan estas manifestaciones es incalculable. Y la ignorancia replicada al infinito trae consecuencias, siempre negativas. Degrada al pensamiento y lastima la inteligencia, algo que -naturalmente- debería defender el humano como especie.

Inteligencia artificial versus inteligencia naturalista, por una convivencia en paz

Desarrollar la habilidad de conocer mejor la naturaleza también exige fortalecer una actitud de respeto. No de reverencia religiosa ni de distancia idílica, frente a la naturaleza sino de prudencia y respeto. El peligro de los terraplanistas, al contrario de lo que muchos anti terraplanistas oponen, no es que nieguen que la Tierra sea redonde, lo que niegan es que sea una Esfera. El dato no es menor. Un plano también puede ser redondo. Sostener que la Tierra es plana es eliminar una de las tres dimensiones conocidas. Es restarle volumen. Es la tozudez por desafiar lo que la comunidad en su conjunto ya ha consensuado. Esto mismo cabe para otras disciplinas, también para la historia. Inexorablemente caeremos en la redundancia de que estimular la inteligencia naturalista también requiere de ser enfáticos en darle valor a "la verdad", aunque sea inestable y precaria, tanto como la naturaleza. La amenaza que se cierne con la irrupción (casi invasión) de la Inteligencia Artificial, no es per se, sino por la inobservancia y el uso indebido, exactamente lo mismo que con la naturaleza. Los huracanes, al menos por ahora, son inevitables, la inteligencia reside en no quedar librados al viento cuando sabemos que se aproxima un ciclón.

Un presente incierto, un pasado adulterado y un futuro inasible

Quienes ven en las nuevas tecnologías el anverso de la naturaleza, sufrirán más de lo deseado. La convulsión que puede generar en algunos ámbitos la activación de la inteligencia artificial colabora en incrementar la incertidumbre, dudas innecesarias para afrontar la cotidianeidad. Esto puede tornarse más complejo y hasta peligroso si persisten en adulterar la Historia. No sólo la que se encarga de contar cronológicamente los hechos políticos del pasado, sino sucesos recientes, descubrimientos inobjetables y evidencias contundentes, como que la Tierra es un planeta no perfecto pero esférico y no es su amesetamiento caprichoso de terraplanistas lo que nos mantiene sujetos a él sino la gravedad, ley que ningún decreto de necesidad de urgencia y tampoco ningún pacto espurio del congreso podrán derogar. La irreflexión y la falta de rigor en el compromiso es lo que podría gestionar que la inteligencia artificial arrase con los humanos, con esos que le confieren a las difamaciones en redes sociales el valor de un manual para la vida.

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