Salud

Estos son los alimentos que están presentes en la mesa y que se comen a toda hora, pero son peligrosos para la salud

Están elaborados con un producto altamente refinado que le quita todos los nutrientes. Esto lleva a querer comerlos más, lo que incrementa el daño al organismo.

A pesar de su amplia disponibilidad y uso en la industria alimentaria, la harina refinada presenta serias implicaciones para la salud que han despertado las alertas de profesionales de la salud y nutricionistas sobre los riesgos asociados con su consumo. Este alimento, conocido comúnmente como harina blanca 000 o 0000, es utilizada en la cocina y la panadería de forma habitual y ha sido despojada de gran parte de su contenido nutricional durante el proceso de refinamiento, en el cual se le elimina la cáscara y el germen del grano.

El consumo excesivo de este tipo de harina se ha asociado con varios problemas de salud, incluida la obesidad, la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Así mismo, los productos elaborados a partir de ella tienden a presentar un alto índice glucémico, lo que puede provocar picos de azúcar en la sangre y contribuir a la fatiga y los antojos de alimentos.

Estos son los alimentos que están presentes en la mesa y que se comen a toda hora, pero son peligrosos para la salud

Los expertos instan a la población a reducir el consumo de productos elaborados con harina refinada y a optar por alternativas más saludables, como la harina integral o productos similares como harinas de almendra o avena, que conservan más nutrientes y fibra.

¿Qué son las harinas refinadas?

Según lo detalla el portal inesem.es, la harina refinada es un tipo de alimento proveniente del trigo que ha pasado por un proceso de industrialización en el que se elimina el salvado y el germen del grano de trigo. Durante dicho proceso, se retiran partes fibrosas y nutritivas del trigo, dejando solo el endospermo, que es la parte central del grano y contiene principalmente almidón.

Por su parte, el portal alimente.elconfidencial.com señala que cuando se elimina el salvado y el germen, el trigo pierde parte de sus propiedades y nutrientes haciendo que las harinas refinadas tengan un aporte mucho menor en fibra, proteína y otros micronutrientes como vitaminas y minerales.

Así mismo, las harinas refinadas se usan comúnmente en la industria alimentaria y pueden encontrarse en los siguientes productos finales:

  • Pan blanco: se elabora con harina refinada, lo que le da su textura suave y blanca característica.
  • Confitería y galletas: tortas, galletas, facturas y tartas utilizan harina refinada debido a su capacidad para proporcionar una textura ligera y esponjosa.
  • Pasta: la pasta blanca convencional está hecha con harina refinada, que se mezcla con agua y se moldea en diferentes formas antes de ser cocida.

El motivo fundamental por el que se emplea este producto en vez de la harina más pura es porque la refinada se conserva durante más tiempo, pueda tener una vida comercial mayor y aguanta más en los estantes del supermercado, al igual que los productos elaborados a base de ella.

¿Las harinas refinadas son malas para la salud?

Según lo detalla El Confidencial, al haber perdido ciertos compuestos las harinas refinadas tienen un aporte de fibra mucho menor. Esto desemboca en un alto índice glucémico y, por lo tanto, un incremento de los niveles de glucosa en sangre, lo que hace que no provoquen saciedad y que el cuerpo vuelva a demandar energía rápidamente.

Así mismo, contribuyen a aumentar la densidad calórica de un alimento, es decir, la proporción entre la cantidad de comida que se consume y las calorías que aporta. Aquellos productos a los que se le añade harina refinada tendrán más calorías sin apenas aumentar su volumen y, debido a su carga glucémica, su consumo está asociado con una mayor posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes y cáncer.

En concreto, y según lo señala La Voz, las harinas refinadas provocan los siguientes perjuicios:

  • ocasionan un rápido incremento en los niveles de glucosa en sangre, lo que provoca que al digerirse, luego de ese pico, la glucosa disminuya, generando un descenso brusco a nivel cerebral y la aparición de una sensación de cansancio.
  • aportan calorías vacías, lo que genera a nivel cerebral mayor liberación de neurotransmisores relacionados con el sueño, como la serotonina.
  • la ingesta de estos alimentos suele ser abundantes debido a la escasa saciedad que generan al consumirlos en poca cantidad. Esto produce un mayor requerimiento sanguíneo a nivel gastrointestinal, lo que disminuye el flujo sanguíneo a nivel cerebral y se traduce en una sensación de somnolencia.

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