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La campaña del Gobierno de Mendoza para concientizar sobre los riesgos del Último Primer Día de clases

Los estudiantes que culminan la secundaria se congregan el domingo en la noche para realizar una vigilia en el Último Primer Día. En numerosas ocasiones, consumen alcohol y otras sustancias

Este lunes 24 de febrero inician las clases y los alumnos del último año de la secundaria se reúnen el día anterior para comenzar a despedirse de esta etapa de la vida en encuentros en los que, frecuentemente, hay consumo de alcohol y otras conductas que implican riesgos. Los estudiantes que culminan la secundaria se congregan el domingo para realizar una vigilia en el Último Primer Día. En numerosas ocasiones, consumen alcohol y otras sustancias. Este ritual se conoce como el Último Primer Día (UPD).

De esta celebración van directamente a la escuela y cada institución cuenta con un protocolo de contención para los jóvenes que se encuentran en la transición hacia la universidad o el mundo laboral.

La campaña para concientizar sobre los riesgos del Último Primer Día de clases

Por esta razón, la Dirección General de Escuelas (DGE) ha lanzado una nueva campaña de concientización dirigida a las familias, las instituciones educativas y los adolescentes, con el objetivo de promover la responsabilidad y el acompañamiento durante este fin de semana.

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Más que una celebración

Desde la Dirección de Acompañamiento Escolar (DAE), Carina Gannam solicitó que se consideren las diferentes facetas del tema y que debe prevalecer el acompañamiento en lugar de la prohibición en el UPD.

"Es fundamental convocar a docentes y familias a reflexionar sobre este momento, entendiéndolo desde una perspectiva integral que abarque todas las dimensiones de los adolescentes y, desde esa posición, podamos estar junto a ellos de manera significativa en esta etapa única", señaló Gannam.

Y añadió: "Desde la DAE proponemos comprender este fenómeno no solo como un evento habitual, sino como una oportunidad valiosa para fortalecer vínculos, fomentar la responsabilidad y construir un sentido de pertenencia saludable".

"Hablamos de una comprensión desde una mirada integral y, en este sentido, nos referimos, en primer lugar, a la dimensión biológica: cómo el impacto del consumo de alcohol y otras sustancias durante el UPD puede tener efectos graves en el desarrollo físico y mental de los adolescentes. Es importante recordar que su cerebro aún está en formación y todos los excesos pueden dejar secuelas a largo plazo", expresó la titular de la DAE.

Último Primer Día: no prohibir, sino acompañar

En relación con la dimensión psicológica, la profesional explicó que este momento está cargado de emociones intensas: alegrías, nostalgia, ansiedad, y los adolescentes necesitan herramientas para gestionar estas emociones y tomar decisiones conscientes. Es aquí donde requieren esta red de apoyo por parte de la familia y de toda la comunidad educativa.

Por último, en la dimensión social, el UPD es, esencialmente, un acto comunitario. Sin embargo, es crucial que los adolescentes aprendan a celebrar sin poner en riesgo su integridad o la de sus compañeros.

"Es importante destacar el rol de los adultos. Entendemos que se trata de acompañar, no de prohibir; prohibir no es la solución. En cambio, proponemos un enfoque que priorice el diálogo, la confianza y el apoyo. En este sentido, las familias y los docentes tienen un papel clave. Se trata de escuchar sin juzgar, conocer las expectativas y las emociones de los adolescentes frente al UPD, establecer límites acordando pautas que prioricen la seguridad y el bienestar integral. Y la escuela, como espacio de contención y reflexión, no puede ignorar este fenómeno. Muy por el contrario: debe ser un lugar donde los jóvenes encuentren este apoyo y guía", reflexionó Gannam.

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