Alto contenido en sonido: LUIS SALINAS en vivo.

Dos noches intensas de buena música, y en vivo.   El domingo 15 de mayo cerró (o abrió, según la religión que prefiera) con música de sutil y también gran potencia artística. Luis Salinas y Juan, su hijo, se presentaron dos noches consecutivas en el Willys Bar.  Todos los géneros pasan a ser acaso sólo… Continúa leyendo Alto contenido en sonido: LUIS SALINAS en vivo.

Dos noches intensas de buena música, y en vivo.   El domingo 15 de mayo cerró (o abrió, según la religión que prefiera) con música de sutil y también gran potencia artística. Luis Salinas y Juan, su hijo, se presentaron dos noches consecutivas en el Willys Bar.  Todos los géneros pasan a ser acaso sólo uno y se denomina: LUIS SALINAS  La música se resume en guitarra, ya no un instrumento sino una prolongación del artista.   Cada tema, cada rasguido y todo acorde, todo punteo suena a Luis Salinas. Una atmósfera que vibra desde la canción con perfume a tango (el Día que me quieras) y que prescinde de la palabra porque se ha dicho desde las cuerdas más que lo que se puede pronunciar en palabras. Entre la profusa y generosa entrega musical, podríamos destacar la versión de un ícono de Sting:frágil.  Después de un set de Luis y Juan Salinas, por el que pasearon a los espectadores por folklore nacional pero con aroma a bossa y milongas varoniles atravesadas por sutilezas y concepciones que huelen a mujer,  llegaría una propuesta más compleja. Una banda impresionante. Primero Cacho Picón luego Pablo Conalbi en batería. El bajo en las manos de Gerardo «Cóndor» Lucero (merecidamente elogiado por Luis Salinas) y en el piano el talentoso Mario Galván.    Se vino la fussion, algo de jazz y la vasta y envidiable capacidad de fabricar sonidos de Luis Salinas.   Una reunión arriba y otra abajo del escenario.  Una de las mesas juntó a la actriz y cantante Virginia Innocenti con un sabedor del tango como es Nicolás Sosa Baccarelli (miembro de la academia nacional del tango) intelectual y poeta quien los días de semana viste la solemnidad que aún impone la administración de justicia. 
A decir de algunos parroquianos, Luján no necesita tanques de guerra, como el que implantaron en la intersección de Juan José Paso y San Martín.  Lucen mucho mejor los artistas en los bares. Las pinturas del Fader y los artesanos de la plaza.    El show del domingo hubiese cerrado con una reinvención de «cuenta conmigo» de Chico Novarro pero hubo más. algo más para contar y escuchar. En la imagen final, Luis Salinas junto a Gustavo, un novel estudiante de guitarra y bajo prometedor.  Las fotos: gentileza de Adrián
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