Festival de la Solidaridad (y el engaño)
El 16 de mayo del '82 un grupo heterogéneo de músicos, principalmente provenientes del rock, participó de uno de los últimos intentos que hizo la Dictadura para limpiar su imagen. Esta vez, el marketing de Galtieri y su compañía no funcionó. Un mes después del concierto en Buenos Aires, Argentina firmaba la rendición en las Islas Malvinas. El arrepentimiento de Gieco. La fuerte negativa de Virus y las cintas con música que enviaron a las Islas sin tener en cuenta un detalle: las trincheras no tenían pasacasetes.
El Festival de la Solidaridad, luego bautizado como Festival de la Solidaridad Americana, luego rebautizado como Festival de la Solidaridad Latinoamericana, será siempre motivo de conflicto, aunque no bélico, dentro de la cultura del rock en nuestro país.
Pergueñado por el gobierno militar, con Leopoldo Fortunato Galtieri a la cabeza, fue uno de los últimos intentos de la Dictadura por convencer a la gente, sobre todo a los jóvenes, que... Estamos Ganando. De paso, recaudar víveres, abrigo y ropa para los soldados que estaban en pleno combate, en el Sur.
El 16 de mayo de 1982, en la Cancha de Obras, en el Barrio de Núñez, de Buenos Aires; una fila interminable de camiones militares formó un puente verde oliva en donde se acumularon frazadas, ropa de abrigo, paquetes de cigarrillos y todo tipo de alimentos.
El rumbo de todas las donaciones: desconocido
"Con el tiempo nos enteramos de que las cosas no fueron a parar a Malvinas, pero nosotros teníamos la ingenuidad de pensar que todo lo recaudado iba a ir a parar a las manos de los soldados", dijo en una oportunidad Ricardo Soulé, miembro de Vox Dei. El músico, al que aún hoy le cuesta creer el destino final de lo recaudado dijo también:
Fue un escupitajo en la cara de todos nosotros. Otro motivo para acelerar la caída de la dictadura militar y exponer un enorme grado de corrupción.
La anécdota de los casetes enviados a las Islas Malvinas
La ropa, el abrigo, los chocolates, los cigarrillos nunca llegaron a los soldados que estaban en combate. Sí se enviaron a las islas, en cambio, cintas con música de Raúl Porchetto, Rubén Rada y Celeste Carballo, aunque los ingeniosos mentores de la idea ignoraban que ninguna de las trincheras ocupadas por colimbas en Malvinas contaban con pasacasetes.
Más de 4 horas. 60.000 personas. ¿Para qué?
Daniel Grinbank, por entonces representante de varios artistas de la escena progresiva y del rock, fue uno de los organizadores. Siempre reconoció que la sugerencia y la llamada fue del Ejército y que ambas partes se utilizaron mutuamente. Para el Ejército, era aprovechar la euforia nacionalista que se respiraba a propósito de (ir ganando) la guerra. En cambio, para los músicos, era todo lo contrario: poder llegar con un mensaje de paz, algo que, en plena dictadura, podría considerarse "subversivo".
En ese momento las radios se impusieron una autoprohibición para emitir canciones en inglés (sin la obligación de ningún decreto, tal como se cree) y al costo de tener que definirse "nacional".
Las puertas del Estadio Obras se abrieron al mediodía del 16 de mayo de 1982. Cerca de 60.000 personas fueron al recital que reunió a referentes del rock nacional para pedir por la paz y recolectar alimentos y abrigo para los soldados.
El encuentro multitudinario es transmitido por Canal 9 y también por las FM de Radio Rivadavia y Del Plata, algo inédito hasta ese momento. Difusión en directo y sin cortes publicitarios, casi una cadena nacional con música de fondo.
En el backstage, detrás del escenario, desfilan músicos nuevos, como los integrantes del Dúo Fantasía o la banda de rocanrol Dulces 16. Los recién llegados se mezclan con artistas fundacionales: Litto Nebbia, Pappo y Luis Alberto Spinetta, entre muchos otros, dicen presente y esperan su momento ante una multitud que aguanta estoica la llovizna tenue en un domingo destemplado de otoño.
Quiénes aceptaron formar parte del Festival
- Charly García
- Luis Alberto Spinetta
- Litto Nebbia
- Nito Mestre
- León Gieco
- Tantor
- David Lebón
- Rubén Rada
- Cantilo-Durietz
- Dúo Fantasía
- Juan Carlos Baglietto
- Piero
- Miguel Mateos y Zas
- Ricardo Soulé
- Edelmiro Molinari
- Raúl Porchetto
- Dulces 16 -con Pappo como invitado-
- Dúo Moro-Satragni
El arrepentimiento de León Gieco
Era la figura simbólica del evento a la fuerza de "Solo le pido a Dios", compuesto en realidad cuatro años antes, en ocasión del conflicto con Chile por el canal Beagle, fue más autocrítico:
Haber participado del festival fue un error.
El festival comenzó a las 17.00 en punto
"El primer acto estuvo a cargo del dúo Fantasía, quienes interpretaron tres canciones pertenecientes a su primer álbum. pesar de cierta desprolijidad en las voces, el dúo transmitió su particular frescura".
Dice la reseña publicada en la edición número 163. de la revista Pelo.
El tándem integrado por Luis Viola y Gabriel Maccioco enfrentó a la multitud antes de la presentación de Ricardo Soulé (Vox Dei) y Edelmiro Molinari (Almendra).
Dice Ricardo Soulé a 42 años del encuentro solidario.
Recuerdo que hacía frío, lloviznaba y la gente igual estaba entusiasmada. Era un público muy fervoroso y todos estábamos muy emocionados por el momento que estábamos viviendo. Había un gran sentimiento de patriotismo en ese momento.
Charly García dijo:
Hicimos un festival por la paz y nuestro mensaje fue paz, algo de paz, ¡no nos maten más, loco!
La negativa de Virus a participar
Solo dos artistas convocados se abstuvieron de participar: Virus y MIA el colectivo de la familia Vitale, que tenía su propio background de militancia de izquierda, tenía una postura política bien trazada. Los Violadores, que hasta ese momento no tenían editado ningún disco, no fueron convocados formalmente, aunque también rechazaron la convocatoria.
La declinación de Virus era más íntima y espontánea.
"El festival se hizo supuestamente para juntar y mandar dinero junto con ropa y víveres a los soldados. Los grupos que estuvieron lo hicieron de buena fe. Nosotros que vivimos en primera persona la moral militar del momento al tener un hermano desaparecido", explicó recientemente Marcelo Moura a La Viola. "Cuanto antes se terminaba la guerra era mejor. Estaban muriendo los pibes. Creo que fue una propuesta a todos los grupos en general, que nosotros sentimos como muy desagradable", dice Julio Moura, en aquella biografía firmada por los periodistas Daniel Riera y Fernando Sánchez.
La banda ofreció su respuesta: El Banquete
Sobre un riff que pendulaba entre el punk y la música a-gogo, el letrista Roberto Jacoby escribió una alegoría swifteana: "Nos han invitado / a un gran banquete / habrá postre helado / nos darán sorbetes. / Han sacrificado jóvenes terneros / para preparar una cena oficial / se ha autorizado un montón de dinero / pero prometen un menú magistral".
Federico cantó con una mueca de distancia. Yo no quiero estar aquí, parecía decir. Pero ahí estaba: en el corazón de la pista de baile, observando la repartija mientras apilaba la bronca como si fuera leña.
Dijo Jacoby:
El banquete habla de lo que pasaba en ese momento, cuando estaban llamando a toda la gente a apoyar la guerra de las Malvinas. Virus fue el único grupo que no participó... La historia después se inventa, pero esto era lo que pasaba de verdad: la juventud estaba apaleada.