PAPELON INAUGURAL

Nada es gratis, los costos de la innecesaria sobreactuación y la adulteración de documentos

Desde que asumió Javier Milei ,una de las consultas cotidianas es quién pagó y paga los gastos, ya que él rifaba sus dietas como legislador, Ahora surgió otra inquietud y la respuesta ofrecida es una factura apócrifa de su viaje a Mar del Plata.

Ya como presidente, Javier Milei ,le ha dado continuidad a lemas, slogan y frase propias de una campaña, y que muchos seguidores festejan.

No hay Plata. Casta. Con la tuya. Estas tres , quedan deshabilitadas desde que se indagó sobre los gastos del viaje de Javier Milei y su hermana Karina a Mar del Plata para asistir al espectáculo de Fátima Florez. 

Todo sería muy gracioso, si no fuese cierto. La consulta cotidiana que le formulan a Adorni sobre quién soporta los costos del hotel Libertador, que usó -y siguen usando algunos colaboradores de- Javier Milei, siendo que él rifaba su dieta, ha encontrado por respuestas abundantes evasivas .Ahora el sitio de periodismo político La Política Online, de Ignacio Fidanza, sumó otra duda: quién absorbió los costos del viaje a Mar del Plata, el viernes 29.

En su cuenta de X (ex twitter) Manuel Adorni exhibió facturas. Una es de la agencia de viajes cautiva del Estado Nacional "Optar". que comercializa principalmente precisamente los pasajes para funcionarios y funcionarias. Extraño. Y cuando puso el facismil de la factura (que ilustra esta nota) tiene errores que develan que se trata de una factura apócrifa, o por lo menos, adulterada. 

La factura está emitida a una particular, en este caso, a favor de Karina Milei. Pero carece de los datos que toda factura -por exigencia de la AFIP- debe contener, entre otras cosas, el número de CUIT ó CUIL. Luego, figura la dirección de la Casa Rosada, Balcarce 50 (de CABA) pero el código postal es de una localidad de la provincia de Buenos Aires. Obviamente que si está cargado el CUIT /CUIL esos datos no son manuales y no podría existir esa disidencia.

También publicó la factura del hotel en el que -supuestamente- se alojaron, que abre más dudas. No condice con las habitaciones que seguramente debieron utilizar.

Son cifras irrelevantes en el concierto de los costos de una administración nacional, la pregunta es ¿para qué adulterar eso? 

Con una velocidad inusitada, se disuelve un discurso frente a hechos que parecen más de torpeza e hipocresía que de corrupción grave. Lo grave es el desprecio por la verdad, las instituciones, las promesas y por sus propios votantes que compraron un relato que empieza a desmoronarse.

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