FALLO DE LA C.S.J.N.

La periodista Mercedes Ninci perdió el juicio y el fallo es irrevocable. La profesión ni el género otorgan impunidad

En 2016, el ex secretario de Comercio de la Nación, Guillermo Moreno, inició una causa contra la periodista Mercedes Ninci, en ese momento panelista de Canal 13 (Grupo Clarín) porque señaló públicamente que el ex funcionario mantenía una relación con Moria Casán

Un caso menor que llegó a instancias de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien convalidó lo actuado. Guillermo Moreno, tiene razón

La periodista Mercedes Ninci perdió el juicio y el fallo es irrevocable. La profesión ni el género otorgan impunidad

El periodismo y la intimidad de las personas

Guillermo Moreno, una de las figuras con mayor presencia hoy en las pantallas ( televisión, notebooks,tablets y celulares) soportó en 2016 injurias de parte de Mercedes Ninci, cuando la periodista era panelista del programa Mariana Fabiani, en Canal 13, del Grupo Clarín.

Preservación de la fuente

El oficio periodístico está protegido y no existe obligación de revelar "la fuente" de una información. Es la garantía para poder dar a conocer información sensible, que afecte a la comunidad. Es para que no se vea amenazado y pueda dar a conocer públicamente cuestiones de interés público. Esa potestad -no revelar la fuente- tiene razones contundentes, y es en defensa del propio periodista, de quien aporta información y del tejido social. Esto se establece en favor del trabajo periodístico. Es una manera de impedir que desde los poderes (institucionales e informales) se someta al periodista a omitir la información o a adulterarla.

Estropeando derechos

Como en la mayoría de los casos, en los que el Derecho ofrece una garantía  -en este, particularmente, que se otorga para poder trabajar sin censura, actuar sin temor y con libertad-  es menester hacer uso honesto de esa herramienta. Si se malogra, no sólo se daña a terceros sino que arruina la herramienta. Lo que es un derecho se subvierte y se convierte en privilegio. Y como sabemos, en los sistemas democráticos liberales, se prioriza la Libertad de Expresión, por lo que el periodismo debería ejercerse con el máximo rigor y severidad que no es posible.

Libertad condicionada

Para que una sociedad, un colectivo, o cualquier conjunto de seres vivos puedan actuar, la libertad es esencial, pero siempre debe atender la propia y la de los demás. Y si -so pretexto de actuar libremente- se ejerce un daño, ese daño merece reparo y el que lo cometió, si acaso tuvo intenciones, deberá compensar a la víctima. Algo que resulta redundante por lo obvio, es necesario, hoy, más que antes, ponerlo en consideración permanente.

Panelistas, ese oficio post moderno e indescifrable.

Con los formatos, principalmente televisivos, desde hace años hasta aquí, existe una función que es la de "panelista". Los lugares que antes ocupaban "columnistas", "colaboradores especializados"  o "editorialistas", los llenaron los "panelistas", que se escapan de todo género conocido, pero opinan sobre cualquier cosa y, lo más grave, de cualquier modo. El caso de Mercedes Ninci difiere en algo. Es periodista, formada y con extensa experiencia en el oficio, pero suele aparecer en ese rol difuso.

El caso, los casos, la superabundancia de casos

Mercedes Ninci, en la pantalla del Trece, dijo y en reiteradas ocasiones, que Guillermo Moreno mantenía una relación con Moria Casán, dando a entender que eran -ocasional o eventualmente- pareja. Guillermo Moreno se vio afectado. Está casado desde hace muchos años con la escribana Marta Cascales, y jamás se prestó en exponer su vida familiar.  Luego de advertir y hacerle saber a la periodista que lo que decía era una falacia, la notera y panelista, continuó replicando esa versión, aunque no encontró eco en ninguno de los actores  cercanos ni involucrados. Moria Casán respondió en alguna ocasión que era un disparate y consideraba que Ninci hacía tamaña afirmación para "colgarse de su fama".

Escudos difíciles de conseguir y en la mayoría de los casos, inútiles

Cuando alguien sufre de alguna acusación falsa, o como en este caso, una injuria (deshonra, desacreditación pública de la fidelidad de una persona, e insistencia) existe un recurso legal. Los daños al honor están tipificados en el Código Penal, pero se sabe de la desproporción. Una vez que se mancilla el honor de una persona y se lo hace público a través de medios idóneos, la reparación resulta insuficiente. Y en la mayoría de los casos, como este, que se actúa legalmente, es para que al menos, no se insista en la descalificación.

Sin rango de funcionario, una leve ventaja

La periodista Mercedes Ninci, no en los medios, sino en su defensa, antepuso como argumento que estaba dando a conocer un asunto de "interés público".  En nuestra legislación (para nada genuina, pero que prioriza la libertad de expresión) cuando se trata de dar a conocer un hecho que tiene relevancia pública, puede desaparecer la figura de "daño moral", porque se entiende que es en defensa del bien común. Para lo cual, además, se aplica la doctrina de la "real malicia", esto significa que, si quien se vio ofendido es un funcionario público o una figura institucional, es él quien debe demostrar que quien lo ofendió lo hizo a sabiendas de que estaba pronunciando una mentira. Se invierten los roles. El afectado debe demostrar que el otro provocó daño intencional. Algo a lo que no dieron lugar en este caso, además Guillermo Moreno ya no era funcionario.

La primera condena

En el Juzgado Civil de primera instancia, resolvieron que Ninci indemnice a Moreno. La cifra no conformaba a ninguno, ni a la querella ni a la defensa. Setenta mil pesos. El juez Casas justificó así el fallo:  

No se advierte como, un supuesto romance con una persona aunque también pública, sea un tema de interés público ni como contribuye a la formación de una opinión pública libre. Nada de ello aporta el romance que le endilga estando en pareja, a una discusión de interés público.

Continuó con su argumentación señalando:  "Si la opinión deja de ser un parecer para convertirse en un modo de descalificar a una persona, no están eximidos de ser responsables civilmente de los daños que tales descalificaciones produzcan, ni gozan de reglas especiales de responsabilidad"

Otra instancia, otra derrota para Ninci

Mercedes Ninci apeló la sentencia de primera instancia, y el sistema judicial ofrece otras posibilidades. La defensa de Ninci acudió a la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil. Desde ahí confirmaron que había suficientes razones para que el demandante se haya visto afectado, y evaluó -muy importante esta parte- la persistencia de la periodista (no el tribunales) en reiterar una información de la cual ya había sido advertida de su falsedad.

Máximo tribunal, el último peldaño

La periodista, no conforme con lo que expresó la Cámara de Apelaciones, presentó un recurso para que fuese la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien interviniese en la causa. Con la firma de los cuatro ministros, fue rechazado el pedido, entendiendo que los procesos habían sido agotados y suficientes.

Nueve años, una vida

Seguramente Moreno no necesita de los 70 mil pesos actualizados (no estamos en condiciones de especular a la cifra que se arribará), y es probable que muchos el caso debe resultarle sino inocuo, irrelevante. Sin embargo, con la proliferación de noticias falsas, bulos, escraches con fines aviesos, tiene una significación especial.

Una figura exclusiva que impone el periodismo: condena preventiva

 

Ni todos los periodistas ejercen de periodistas, ni todo lo que circula en boca de algunos consagrados, es verdad. A la vez, sería conveniente que, desde las organizaciones, revean conductas y evalúen cómo hacer para que la verdad vuelva a ser la materia prima de este oficio y cotice en "el mercado de los medios" (plurales e individuales)

Sanciones, no: consciencia

 Desde el periodismo es requisito habilitar procesos de comunicación que resguarden al mismo oficio frente al desprestigio social. Quizá buscarle otro rótulo  a quienes con total liviandad o desfachatez, suelen inculpar públicamente a alguien sin tener el más tímido elemento de real sospecha. En los medios, no se requiere de prueba para imputar a alguien y, de inmediato, según la época y simpatía, cualquier periodista puede condenar de por vida a algún inocente. Sí, claro, algo que pasa también en la administración de Justicia. Paro evitarlo, en las dos instancias, es imprescindible recuperar el rol que le cabe a cada cual, sin tramposos enroques


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