POLÍTICA DIGITAL

La militancia en tiempos digitales

El 17 de noviembre según la liturgia Peronista se conmemora el Día de la Militancia, rememorando la resistencia del Pueblo durante 17 años y 52 días que duró el exilio de Perón.

La militancia en tiempos digitales debe usar otras herramientas pero no quitarle el cuerpo a las convicciones, ni al compromiso

El 17 de noviembre de 1972, después de 17 años y 52 días de exilio, regresó Perón a la Argentina y con él, la convicción de que las ideas de Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica no eran sólo consignas retóricas sino la posibilidad fáctica de construir una Nación mejor para todas y todos.

La militancia en tiempos digitales

Persistencia y resistencia

El bombardeo artero y terrorista en 1955, el posterior golpe de Estado a las instituciones republicanas y democráticas; los fusilamientos a los leales en 1956; la proscripción, prohibición y persecución contra todo lo que remitiese a ese Movimiento parido entre el Pueblo y su Líder, no fueron suficiente para disolver un ideario y para que ese Pueblo se resignara. La consigna "Lucha y Vuelve" tuvo su corolario aquél 17 de noviembre en 1972, cuando Perón, acompañado de una muy nutrida comitiva, volvió a pisar suelo argentino.

 Lo propio compartido

 Aún hoy hay quienes no pueden entender el fenómeno político y social que logró consolidar el peronismo. Definirlo aquí sería irrespetuoso e insuficiente. Una síntesis posible para que los jóvenes de hoy tengan noción de esos tiempos es que el Peronismo consolidó un ideario. Cimentó una concepción propia y auténtica de la política. Sin el permiso ni los dictados desde el hemisferio Norte.  Una construcción colectiva desde las bases, que involucraba a todos y todas las personas y contemplaba todos los aspectos del desarrollo humano. El territorio, el ambiente, la salud, la educación, la seguridad, la ciencia, las artes, la producción, la economía, la tecnología y la congregación de la diversidad étnica y cultural de la vasta y generosa Argentina, en un proyecto común, sin la imposición estatal y sin legitimar sólo la libertad de unos pocos. 

Profeta, no: estadista  

Como bien dice el filósofo contemporáneo Yuval Harari, la política -y principalmente durante el Siglo XX- compite con la religión. Pero siempre es sano no confundir liderazgos con deidades. Eso pone las cosas en su lugar. El líder tiene grandes aciertos pero no está eximido de lo que consagra al humano en su integridad: el error. Eso sí, la dimensión de su buen desempeño es lo que lo distingue del prójimo y esa cualidad, en Perón, es indiscutible. El 11 de noviembre en 1953, sí, 71 años atrás, en un discurso en la Escuela de Guerra,  lanzaba aquella consigna continental: el 2000 nos encontrará unidos o dominados. Algunos se quedan solamente con el potente impacto de ese remate discursivo, sin embargo, lo interesante y profundo es el argumento de aquella advertencia. Decía Perón que América del Sur, era el reservorio del Planeta, definía que de no consolidar la unión de los países que conforman esta parte del Globo, vendrían desde el Norte con sus apetencias extractivistas y harían lo indecible para impedir el desarrollo industrial, tecnológico y científico. Un Estadista con una comprensión geopolítica necesaria, no un predictor de futuros apocalípticos, porque justamente él decía que era la política y la confluencia de los pueblos lo que hacía próspero y libres a los países y a su gente ¿le suena?.

La Historia, esa materia indispensable pero insuficiente

Que a 52 años del regreso de Perón se mantenga viva la expectativa de alcanzar los propósitos descritos en La Comunidad Organizada; que habiendo atravesado (y de la peor manera) la frontera entre el siglo XX y el tercer milenio, todavía prevalezca la convicción de que una Argentina justa, libre y soberana es posible, revitaliza y alienta, no lo suficiente. Porque no se trata de una devoción idílica, ni de un orgullo por lo primigenio del Proyecto Nacional. Tampoco sirve vivir enamorado de un modelo de desarrollo social, individual y nacional, que pudo ser y no fue.

La lealtad de los espejos fieles 

El desafío que impone la Historia es avanzar por el camino más propicio para llegar a esa meta concebida desde el mítico 17 de octubre de 1945.  Evaluando la actualidad, no desempaña en absoluto la turbiedad de la mirada hacia el futuro. La dispersión que exhibe hoy el Peronismo, sea auténtico o acaso un sello que usurpa la memoria, es desalentadora. La hiper burocratización de la política. La mezquindad de actitudes y expresiones. Las delaciones constantes. El abandono de valores sin presentar batalla. La declinación de principios substanciales so pretexto de estratagemas electorales y -fundamentalmente- el desprecio por el otro (por la otredad de los propios) sólo contribuye a una atomización. Disolución de acuerdos que extingue la esencia de un movimiento que abominó del existencialismo onanista.

Binario, punto de partida del mundo digital 

Hoy el universo digital propone, al menos, dos experiencias humanas simultáneas, cotidianas y constantes : una con la pantalla y la otra, con el cuerpo. Sin que ninguna excluya a la otra, una será la preeminente y la otra quedará supeditada a quien lidere la acción. De ninguna manera esta distinción escapa a las definiciones políticas, pues la política no es que esté atravesada por la dimensión digital, la actualidad virtual es parte inescindible de la política, miren sino los resultados que ayuda a provocar la súper estructura informática en los escenarios de la dirigencia estatal de los principales países, y también del nuestro. Y no desde ahora. Una de las dificultades es aprender a discernir que no se trata ni se agota en una confrontación: cuerpo versus pantalla, tampoco viceversa. Es la interacción y los resultados de esa interacción, tanto en el campo físico como en el simbólico.

El Imperio que comenzó por el celuloide, aún no llegó al fin

Las recetas de laboratorio son infalibles, pero únicamente: en el laboratorio. Repetir las experiencias no arroja resultados repetidos. Pero aprender a interpretar el Mundo puede ser de gran ayuda. Así como el enorme poderío y concentración que logró Estados Unidos durante la segunda mitad del Siglo XX y lo que va del XXI se lo debe, junto a la promoción, producción e inversión armamentística, a Hollywood y su formidable modelo de exportación e invasión cultural a través del Cine, hay que encontrar mecanismos para promover la soberanía, pero la propia, no esa importada y mucho menos la impuesta. 

La competencia es desigual pero obligatoria

La situación de la política nacional, a gran parte de la dirigencia rentada, puede serles contraria a sus propósitos, incómoda, inconveniente, pero la demolición que se está perpetrando contra el Estado, contra las Instituciones y contra los Derechos de la sociedad no tiene parangón. Por mucho menos ardió la Casa Rosada en 2001 y De La Rúa salió eyectado en aquél inolvidable helicóptero. La persistencia de discutir que en las "encuestas" la imagen positiva y la aprobación es mayoría, esconde, oculta, dibuja, trastoca la verdad: los desempleados, los hambrientos, los olvidados suelen no dar respuesta, tampoco en los sondeos de opinión.

¿No es para tanto?

 ¿no es para tanto? Un ejemplo: comparar la "Flexibilización laboral", ley que encendió el escándalo de la tarjeta Banelco y de ahí la debacle, es benévola y progresista frente a la Ley de Trabajo sancionada por iniciativa de la Libertad Avanza, y junto a  la acción y omisión del resto de las fuerzas, que no son precisamente del cielo. El blanqueo de activos y la intención de borrar los antecedentes de evasores, pasible de cárcel en tiempos de decencia política. La destrucción de la Ley de Correos, un atentado directo a la Seguridad Nacional y una invitación al descalabro -no sólo por misivas y documentos postales-. Los insultos proferidos por el mismísimo presidente a quienes terminaron aprobando esos proyectos obligarían a eliminar el término "dignidad" en los diccionarios legislativos. Sin embargo, las consecuencias de esto son dos bien distintas: por un lado, se inundan las redes sociales con debates, datos, argumentaciones, memes, puteadas, provocaciones; por el otro: miseria social. Pobreza irreductible, científicos cesanteados, miles de personas revolviendo la basura para comer los desechos, angustia, muertes apresuradas y dolorosas, umbrales ocupados por gente sin techo. No son metáforas, no son posteos, no son reels, son cuerpos.

Desestabilizar

El Peronismo arrastra con culpas que no le caben. Los militantes quizá son quienes más lo padecen. Desde el germen, el Peronismo es democrático, no en el sentido que ahora ha adquirido la democracia postural. Es democrático por el tejido intersectorial que lo conforma y porque responde a las decisiones de los cuerpos que lo componen. Probablemente necesite quitarse ese pudor, por ajeno y porque es requisito, hoy, defender sus valores constitutivos. Admitir la destrucción del edificio común no es ser permisivo, es ser criminal. El edificio no le pertenece al ocasional inquilino y permitirle que siga demoliendo mampostería y cimientos, no es tolerancia, es complicidad e indolencia. Prohibir danzar en medio de un terremoto es no comprender el significado de movimiento.

Pacíficos. Ni pasivos ni pacientes

Ocupantes de bancas suelen decir que son diferencias semánticas, como si eso no implicara que la palabra es el gatillo de la acción. El día de la Militancia  Peronista es un momento oportuno para que se afirmen convicciones y de ahí, surjan las acciones. La pasividad implica la inacción y la tolerancia al sufrimiento.  Es recomendable que se atiendan estas diferencias. Ser pacífico es un deber ser (categórico imperativo) para evitar guerras y enfrentamientos innecesarios, ser pasivo y paciente es admitir el dolor que inflige otro. 

Pantallas controlando cuerpos o cuerpos dominando pantallas

Lo que consiguió y sigue consiguiendo un personaje como Milei no hay que imitarlo y es tarde para -solamente- repudiarlo. El uso cotidiano, frecuente, incisivo de las tecnologías actuales es inevitable y necesario. Pero no es lo único y también, como se propone en La Comunidad Organizada, hay que ordenar, priorizar, consensuar y darle sentido a esa herramienta. Contrariamente a la fragmentación que acentúan los algoritmos, también en el campo digital, hay que seguir un comportamiento estratégico y fundamentalmente, evitar seguir engordando a los adversarios. 

La militancia en tiempos digitales

La militancia en tiempos digitales

Para que haya una estrategia en el campo digital, para que se puedan aprovechar las extraordinarias prestaciones que otorga la Inteligencia Artificial, antes, hay que activar la otra, la que provee la naturaleza, esa que surge de la inevitable fusión de pensamiento abstracto y sentimiento integral. Esa que está gobernada desde la emoción, con las huellas de la historia y la memoria sensorial.  Esa que hasta perfume tiene y que si vibra no se la puede apagar con una tecla y que, aunque su batería no es recargable, lo que logra es inigualable.

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