Los dólares no aparecen con los insultos ni con el maquillaje de Milei

Los insultos y el maquillaje del presidente Javier Milei, no son suficientes para conseguir los dólares que no aparecen y que se necesitan con urgencia para sostener un esquema económico que le permita al gobierno llegar indemne hasta las elecciones de octubre

La ideología del escándalo

En la re asunción de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, ceremonia a la que asistió como invitado especial Milei, pudo notarse con claridad que la sintonía entre ambos mandatarios es de carácter postural, pasa casi exclusivamente por la faz histriónica, por los discursos conservadores, por la  adhesión a una mirada regresiva, discriminatoria y persecutoria, pero ninguna coincidencia en la praxis política ni económica. Mientras Trump desafía con sancionar a las empresas que no produzcan en su país y amenaza con aranceles de importación del 25%, el libertario promete lo contrario y fomenta la apertura indiscriminada de productos en Argentina. Trump alienta a la industrialización nacional, Milei desactiva cualquier mecanismo de incentivo para la industria, la tecnología, la ciencia y, en definitiva, el desarrollo nacional

Algo no funciona

Simultáneamente, cuando Javier Milei desde el atril en el foro de Davos, fustigaba a las políticas inclusivas y denostaba a todos los colectivos que vienen obteniendo, después de largas y dolorosas luchas, sus derechos, el ministro de economía, Luis Caputo ocupaba el atril del vocero Adorni para anunciar lo que había dicho que no haría: reducir las alícuotas de exportaciones de granos. 

De parte de quién

Aunque es un reclamo recurrente desde hace décadas, el día anterior, los gobernadores Martín Llaryola y Maximiliano Pullaro, de Córdoba y Santa Fe, respectivamente, se arrogaron representación y destinaron mensajes directos a la administración nacional para que redujeran los porcentajes a las exportaciones, pedido que impulsan todos los sectores del agro de la pampa húmeda, desde la Sociedad Rural hasta CONINAGRO. Una victoria que muchos interpretan como cambio de favores en el Congreso, en pocos días, y con igual intensidad, la lectura es por la necesidad imperiosa del gobierno para que liquiden, especialmente los sojeros, ya que las reservas del Banco Central están en la misma cifra que las dejó la administración anterior. Dato que incita a poner en escena toda la parafernalia comunicativa, distractiva, cuestión de que la agenda esté ocupada con las belicosidades, en más de una ocasión hasta infantiles, de parte de los miembros de La Libertad Avanza

Lo poco es mucho y lo mucho es nada 

La medida de bajar las alícuotas en las retenciones a las exportaciones de granos, será efectiva desde el próximo lunes (27 de enero 2025) Según afirman las entidades agropecuarias, esto constituye oxígeno para los pequeños y medianos y pingües ganancias para los grandes exportadores, pero asimismo, servirá para compensar dos fenómenos que viene afectando a la actividad de modo rotundo, y ninguna de ambas pueden ser atribuidas a la gestión de gobierno: sequía y precios bajos, especialmente de la soja, por las buenas cosechas en otros países y por la aparición abundante de la soja brasilera. 

Nuevo régimen

Este cuadro de retenciones tendrá vigencia temporal, será hasta el 30 de junio, claramente obedece al apuro para que liquiden. Estos son los porcentajes actuales y los que regirán durante los próximos cinco meses

• Soja: del 33% al 26%
• Derivados de soja: harina, aceite, porotos: del 31% al 24,5%
• Trigo, maíz, cebada, sorgo: del 12% al 9,5%
• Girasol: del 7% al 5,5%

En el caso de las economías regionales, volverán al esquema implementado durante la gestión de Sergio Massa frente a Economía, en el que se eliminaron las retenciones

¿Qué impacto tiene esta reducción en la recaudación?

Siendo que el gobierno cifra toda su política en el déficit cero, pisando el dólar hasta que se pueda y por consecuencia, obturando a como de lugar la inflación -meta conseguida más en términos simbólicos que reales- hay una cuenta indispensable y que afecta no sólo a los sectores del campo, a los productivos y a la macro, sino a la economía interna. Esta reducción en las alícuotas le significará a las arcas del Estado Nacional una merma de 800 mil millones de pesos, número nada despreciable que, como se sabe, es una frazada que hoy parece innecesaria pero pronto se sabrá que parte del cuerpo de la República Argentina quedará a la intemperie