Villarruel, la dama de hierro que adopta las formas de Menem

El gobierno Milei y su pirámide de cartas. Hoy el gobierno de Javier Milei es como una pirámide de cartas: cada piso representa un sector y se mueve con cada brisa de conflicto que se avecina. La pregunta es cuánto tiempo podrá sostenerse, y si la base de esa pirámide -los resultados económicos- logrará seguir en pie.

Por Martín Tula | martin.tula@portada.com.ar

Mientras tanto, la Justicia está encendida con la causa Libra, donde cada día aparecen nuevas pruebas y la Justicia norteamericana presiona para que esto llegue a buen puerto con los damnificados. A eso se suma el capítulo de las valijas: ahora se sabe que quién autorizó su paso sin control alguno fue la vicejefa de la Aduana en Ezeiza, Silvana Abalsamo de Silva, habilitando un camino especial para que no pasaran por los escáneres. Y como si fuera poco, reaparecen las denuncias contra los negocios de los Menem, que se siguen engrosando con la ayuda del Estado. Para variar.

Podríamos decir que la Justicia argentina está viviendo un remake menemista. La causa Libra es como la venta de armas a Ecuador y Croacia; las valijas, el nuevo Yomagate; y los Menem, siempre siendo los Menem. Solo faltan los pochoclos para esta película de terror.

Gobernadores y libertarios: la otra pelea interna

Otro de los pisos que tambalea es el de los gobernadores, que siguen esperando algún gesto presidencial para asegurar ingresos en sus provincias. Esta puja de poder se explica en los votos que Milei necesita para sostener sus vetos (en estos días vetará casi todo lo que aprobó el Senado semanas atrás) y evitar que los proyectos se conviertan en ley.

El siguiente piso es el de las Fuerzas del Cielo, que esta semana en X se rebautizaron como Fuerzas del Infierno. Lloraron porque los dejaron fuera de las listas, mientras Sebastián Pareja, peronista devenido libertario, armaba sumando ex kirchneristas y ex PRO. Como alguna vez Kikuchi en 2023, hoy Pareja los dejó mirando por TV y llorando en redes. A Nahuel Sotelo apenas le dieron un quinto lugar en la Tercera Sección.

El golpe de gracia llegó con el posteo de "la Jefa" que, palabras más palabras menos, les dijo: si no se alinean con el Líder, Mesías, o el adjetivo que usted prefiera querido lector, quedan afuera. Porque en este cotolengo a cielo abierto, cualquier adjetivo les sienta bien.

Al final la Jefa terminó siendo más peronista que Perón: en su democracia no se discute, se acatan órdenes. Solo le faltó aclarar que son las del Mesías Javier Milei.

Villarruel: el verdadero Caballo de Troya

Y en esta torre que se sostiene con poco, la última casita -la que pretende despegar y tomar vuelo propio hacia 2027- es la de la vicepresidenta.

Villarruel ya tomó la decisión. En realidad, la empujaron a tomarla. Todos sabían que desde el triunfo electoral nunca fue considerada parte de este gobierno ni mucho menos de las tomas de decisiones o ser una fuente de consulta. Existen quienes creen que este quiebre puede ser contraproducente para el futuro del país. Es la pelea de egos: el presidente que quiere someter a todos bajo su mando y la vice que no cede y lo deja claro.

A mi entender no creo que esto pase a mayores. Villarruel es un animal político y lo demuestra en cada aparición, en medios y en redes sociales. La dama de hierro, a la que todos temen en el mundo libertario, comenzó su recorrido como Carlos Saúl:

Visita provincias, se pone un poncho, reza a cuanta virgen encuentra y va tejiendo su hilo con la sociedad. Tiene las mismas formas que Menem: diálogo, escucha y cero confrontación con el que piensa diferente. En resumen: es hacer política, otra vez.

La Avanza Libertad ya tiene su Caballo de Troya. No son los massistas, ni los kirchneristas conversos, ni los refugiados del PRO. Ese caballo es Victoria Villarruel. Ya está adentro del gobierno, y solo espera el momento justo para abrir las puertas de la oposición que se viene.

La política no es para los que dudan, es para los que deciden.

Carlos Menem