TIEMPO DE ACCIÓN

Simulacro ideológico, todos están desnudos y ninguno es rey

La pasividad ha dado pésimos resultados, y el olvido es una consecuencia. Se conmemora el Día de la Resistencia, uno de los momentos más significativos de la historia política de la Argentina. ¿alguien se acuerda?

La memoria colectiva es la madre de la cultura nacional. Día de la Resistencia Peronista ¿de qué se trata?

Que el 12 de junio de 1956 no forme parte de la conversación y que escasos dirigentes lo pongan en relieve, puede leerse como la consagración de que ganaron los violentos, los violadores de la República, los abyectos que sólo persiguen beneficios individuales o ventajas grupusculares, por sobre el bienestar general y la consolidación de un País independiente, libre, justo y soberano.

Copian y pegan, pero es más lo que pegan que lo que copian

El 7 de junio, en ocasión de celebrarse el Día del Periodista en Argentina, circulan salutaciones, augurios, buenos deseos y muchos mensajes apelando a la figura de Rodolfo Walsh. Lo bien que hacen. No abundan plumas de esa calidad y mucho menos, militantes comprometidos con propósitos colectivos. Rodolfo Walsh fue abatido en el criminal proceso autodenominado "de reorganización nacional", la dictadura más criminal de la historia. Murió exactamente un año después del Golpe de 1976. Pretendió divulgar aquella "Carta abierta de un escritor a la junta militar". Se enfrentó con un poder que había detentado las armas del Estado y lo mataron. Lo mataron y lo desaparecieron

¿Qué lo ubica a Rodolfo Walsh como emblema del Periodismo?

Tanto como otros escritores de enorme estatura, el aporte es de carácter testimonial. Pocas personas pueden representar mejor el orgullo de esta profesión. Pero no sólo Walsh. Podemos incluir a varios, como Enrique Raab desde otro lugar y perspectiva, o Juan Gelman, Haroldo Conti, Roberto Arlt, si hablamos de la Argentina contemporánea. Pero el caso de Rodolfo Walsh tiene un elemento que lo eleva y es, precisamente, su novela "Operación Masacre", la primera en el mundo de su género (aunque suelen omitirla y poner en ese lugar a la de Truman Capote "A sangre fría"). Pero "Operación Masacre" (que tuvo varias ediciones con diferencias y correcciones) tiene vital importancia en nuestra historia, no sólo por su genialidad en lo literario,sino porque aborda en su trama el caso de los fusilamientos en el basural de León Suárez, hecho que dio origen al Día de la Resistencia Peronista. Los fusilamientos de León Suárez (y los otros ocurridos entre el 9 y el 12 de junio de 1956) a manos de los asaltantes del poder legítimo. Violaron la República, asesinaron personas, prohibieron la palabra y desaparecieron cuerpos. 

Sin escrúpulos ni pudor

El máximo responsable de esos asesinatos,  aunque no fue el único ni en soledad,  hasta hoy tiene una calle con su nombre en el departamento Guaymallén: Aramburo. Además de ser un insulto a la Nación y una ofensa a la Democracia, provoca repugnancia saber que ninguno de los intendentes ha modificado esa situación, y el nombre, como si se tratara de un héroe o un personaje digno de ser recordado, sigue intacto. Resulta sintomático que ese departamento haya sido comandado por más de un rufián que inclusive, usufructuaron el sello del Justicialismo, nombre del Movimiento por el que el General Valle y otros camaradas de arma dieron sus vidas y fueron cobardemente masacrados, precisamente por ese nefasto insurrecto militar

Subversión, insurrección y delincuencia de lesa humanidad

La inédita subversión de militares que quisieron derrocar al primer gobierno Constitucional elegido por todo el pueblo, varones y mujeres, libremente, no tuvo el merecido escarmiento. El bombardeo sobre población civil en Plaza de Mayo, con las armas de la Nación, fue el preludio. El propio Perón dijo años más tarde que lo asumía como error. Aquello de que prefirió el tiempo a la sangre, no resultó. La pacificación no fue. Prohibieron pronunciar Perón, Eva y todo lo que evocara a la política del movimiento, y fusilaron sin proceso, o sea homicidios brutales.  La recuperación de derechos y de la auténtica libertad, ya todos saben (o deberían saberlo) demoró 18 años hasta el regreso del líder, hubo elecciones libres, y más del 60% se expresó a favor de Juan Perón

Victorias que impiden festejar

Otra proeza. La lucha permanente posibilitó que, aunque habían prohibido la palabra y malversado la historia; aunque habían asesinado sin juicio y desaparecido hasta el cadáver de Evita, 18 años después retornaba al país el líder. Una de las razones principales fue la persistencia de gran parte del pueblo y la decidida participación de periodistas (sin detenernos en que, por ejemplo, Walsh había sido un elocuente anti peronista). Pero fue precaria la recuperación del poder del pueblo. Y en 1976, regresó con mayor violencia y potencia la apropiación del Estado por los mesiánicos avalados adentro y auspiciados de afuera.

Unidos o dominados

El axioma de Perón, aquél que decía que el nuevo siglo nos encontraría unidos o dominados, aunque cause un profundo dolor, un cuarto de siglo adentro del nuevo milenio, aún Argentina se debate entre ser o no ser. La disyuntiva no ha sido salvada. Debió aparecer un fenómeno político como el actual para que recién algunos advirtieran que los derechos no tienen carácter natural y mucho menos, permanente. No fueron conseguidos por alguna razón mágica, y recuperarlos, tampoco llegará por la gracia de alguna misteriosa fuerza celestial. Ni a favor, ni en contra

¿Estará definitivamente perdida la contienda?

Leer la carta que el general Valle escribió, horas antes de su fusilamiento seguro, muerte que ofreció (no metafóricamente) en defensa de la auténtica libertad, en defensa de la Constitución (también desaparecida, como los 30 mil) Misiva que devela de qué se trata el verdadero honor y adonde reside el legítimo amor al Pueblo argentino, pone en dimensión nuestra historia, y esta historia cotidiana. Rescatamos un fragmento por la actualidad de su texto que podría confundir. Hay tramos que parecen escritos hace apenas un rato 

"Conservo toda mi serenidad ante la muerte. Nuestro fracaso material es un gran triunfo moral. Nuestro levantamiento es una expresión más de la indignación incontenible de la inmensa mayoría del pueblo argentino esclavizado. Dirán de nuestro movimiento que era totalitario o comunista y que programábamos matanzas en masa. Mienten. Nuestra proclama radial comenzó por exigir respeto a las instituciones y templos y personas. En las guarniciones tomadas no sacrificamos un solo hombre de ustedes. Y hubiéramos procedido con todo rigor contra quien atentara contra la vida de Rojas, de Bengoa, de quien fuera. Porque no tenemos alma de verdugos. Sólo buscábamos la justicia y la libertad del 95% de los argentinos, amordazados, sin prensa, sin partido político, sin garantías constitucionales, sin derecho obrero, sin nada. No defendemos la causa de ningún hombre ni de ningún partido.

El General Juan José Valle, continuó su carta con estas palabras

"Es asombroso que ustedes, los más beneficiados por el régimen depuesto, y sus más fervorosos aduladores, hagan gala ahora de una crueldad como no hay memoria. Nosotros defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica, en pugna con la verdadera libertad de la mayoría, y un liberalismo rancio y laico en contra de las tradiciones de nuestro país. Todo el mundo sabe que la crueldad en los castigos la dicta el odio, sólo el odio de clases o el miedo. Como tienen ustedes los días contados, para librarse del propio terror, siembran terror. Pero inútilmente. Por este método sólo han logrado hacerse aborrecer aquí y en el extranjero. Pero no taparán con mentiras la dramática realidad argentina por más que tengan toda la prensa del país alineada al servicio de ustedes."

¿Qué fue de ese peronismo, quedó algo?

Mientras desfilan algunos dirigentes hablando de la Doctrina del Movimiento (La Comunidad Organizada, básicamente) y otros debaten la necesidad de actualización teórica, hay quienes se mudan, cuando no de ropas, de lugar y sello, con un desparpajo inadmisible. Y otros, sin ponerse colorados, aducen que hay que despojar todo símbolo y ocultar la identidad porque decir "peronismo" no cotiza. Esa respuesta -de ser regular y repetida- consagraría que la derrota es irreversible. Si para ser patriota hay que simular ser extranjero, la batalla está perdida antes de empezar. Y si por instinto de sobrevivencia insisten en decir que hay que parecerse al enemigo, porque el otro lleva ventaja, todo intento de recuperación soberana será en vano.

Sin ningún motivo de resistir

A diferencia de 1956, hoy no hay nada que resistir, hoy el deber es accionar. Combatir. Impedir la demolición definitiva. Conquistar de una vez por todas, obturar los caminos que le dan vía libre a los enajenadores, esos que no tienen nada nuevo que ofrecer, son los mismos enemigos que en 1955 y que en 1976 , con la diferencia de la osadía, hoy en nuestras caras, se ufanan de haber conseguido ser Caballo de Troya y los divierte la crueldad del hambre. ¿Alguien cree que con memes podrán impedir que las chicas y los pibes en los comedores sacien el hambre? ¿Interpretan que rumiando broncas por los aumentos de tarifas dejarán de cerrar PyMEs? ¿consideran suficiente comentar a través de redes -canales multinacionales- lo errática de la política internacional?

El imperio de la superficialidad

Sólo puede resultarles pintorescas las postales de miles de personas haciendo fila por comida, a quienes desprecian lo que somos, lo que tenemos y las verdaderas oportunidades de revertir este proceso actual. A decir por lo que circulan dirigentes de cargos electivos de alto rango y funcionarios de años en gestiones, hay una distancia sideral entre lo que ven, leen y escuchan, contrastado contra lo que se padece. La pobreza no es virtual. El sufrimiento no es digital.

La restitución de los imperativos categóricos.

Así como hacer periodismo debería parecerse más a lo que hicieron Walsh, Gelman, Raad y tantos otros, y no podría arrogarse el adjetivo "periodista" aquél que sólo replica gacetillas o republica un texto provisto por la inteligencia artificial; votar, ponerse un buen traje, maquillarse adecuadamente, nombrar asesores , tener viáticos discrecionales y choferes, asistir a las bancas, aparecer por todos los medios fingiendo una tenaz oposición o argumentando un apoyo contundente, no es hacer política. La situación que atraviesa Argentina como Nación, y el Pueblo, incluidos los sectores productivos, empresarios, rurales y urbanos, requiere de rigor. No se trata de la postura solemne ni el histrionismo de la sensibilidad. Es tiempo de hacer lo necesario y sin dilaciones.

Pueden ir en paz o quedarse a luchar.

Hoy la pasividad y la indulgencia, la mueca de oposición desde un insulto en redes, el pronunciamiento enfático en un ámbito que no es el de resolución, ya no sirve. Es peor que inútil, contraproducente.

Ocupa el máximo cargo institucional del País alguien que manifiesta y con claridad que su pretensión es destruir esa institucionalidad ¿qué otro indicio hace falta conocer cuando el caño del rifle está apuntando al entre cejas y la bala en la recámara? Están los resortes legales y los mecanismos legítimos. En este período, con 55% de la población sumido en la pobreza, la amenaza de ir contra el congreso está planteada, y el reto es cotidiano, la representación política tiene la palabra.

Si la guerra es la política por otros medios, la inacción es la traición con otro ropaje

La esperanza ya no reside en la resistencia sino en la acción, sin dilaciones ni pretextos. En la Argentina de hoy la inacción, la pereza política, el regodeo distractivo, los espectáculos mediáticos y la indulgencia jurídica constituyen un abandono soberano imperdonable, síntoma y diagnóstico de cobardía indigna

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