OPINIÓN

Retroceder en materia de Derechos Humanos, una práctica naturalizada

Nota de opinión de la profesora Sandra Ferrero sobre la quita de derechos

Sandra Ferrero
Docente de apoyo a la inclusión

"Las opiniones vertidas en esta sección son de carácter personal y no necesariamente coinciden con las decisiones editoriales de Diario PORTADA."


Quita de derechos 

Desde que asumió este nuevo gobierno día a día vamos percibiendo la quita de derechos conseguidos colectivamente y sostenidos en el tiempo con la lucha constante y sistemática no solo para conservarlos sino para ampliarlos.

Esta lucha parece ser diferente, incansable y resistente.

No es solo un derecho, es la suma irracional y absurda de cierre de espacios relevantes y significativos como son el Ministerio de la Mujer y el Inadi.

No es casual el cierre de este Ministerio, visibilizando el menosprecio y la indiferencia que nuestro presidente tiene hacia ellas.

No es casual el cierre del Instituto Nacional contra la Discriminación, siendo este, un espacio donde canalizar exclusiones y segregaciones de quienes sufren históricamente transgresión de derechos.

No es casual el desprecio y la burla tomando a la discapacidad como principal ejemplo.

No es casual la quita de subsidios en el transporte público afectando también al colectivo de personas con discapacidad, impidiendo la gratuidad en su traslado.

No es casual la eliminación del Fonid, bajo la ley 25.053 percibido por docentes, en su gran mayoría mujeres.

No es casual los despidos de trabajadores con discapacidad de ANDIS.

No es casual el recorte de créditos otorgados por ANSES a los adultos mayores dando por hecho, bajo afirmaciones nefastas y despreciables: "se van a morir igual".

No es casual la eliminación de multas por incumplimientos a los empleadores.

No es casual la criminalización de Asambleas y convenios colectivos de trabajo por las asociaciones sindicales.

No es casual confundir servicios con derechos

Nada es casual en este gobierno elegido por un pueblo que accionó sin dudas con el mismo odio de quien fue elegido.

Odio por quienes menos tienen, odio por quienes no son considerados productivos, odio por el ser humano.

El desprestigio permanente, el odio en el discurso y en las acciones son demostraciones para invisibilizar, anular y rechazar a colectivos que llevan años construyendo, afianzando y exigiendo a través de reclamos legítimos lo que por ley hemos adquirido.

Tomar atribuciones de represión en contraposición a la defensa de los derechos, habla de una construcción vacía de principios no solo para quienes la proponen sino para quienes lo avalan.

La desigualdad, la pobreza, el desprecio, la sumisión y la violación de derechos, requiere sin duda con urgencia el análisis claro desde distintas perspectivas.

Los derechos humanos constituyen el principal desafío para la humanidad para poder transformar las relaciones sociales dominantes.

Por lo tanto, "el derecho a tener derechos" es un medio para garantizar el resultado de las luchas e intereses sociales y por lo tanto no pueden separarse de las ideologías y de las expectativas de los que controlan su funcionamiento a nivel nacional.

Los derechos universales no hacen más que fortalecer a los individuos, grupos y organizaciones a la hora de construir un marco de acción que permita a todas y todos creando las condiciones que garanticen de un modo equitativo el acceso a los bienes materiales que hacen que la vida sea digna de ser vivida en democracia.

Los derechos humanos no son privilegios, son el resultado de conflictos y luchas que nos han llevado a conseguir resultados de luchas sociales ante deseos, puestos en acción de instalar la desigualdad y las injusticias sociales.

"Las palabras no son inocentes" dice José Saramago y agrego, las acciones tampoco.

"Pueden construir o destruir", en este contexto solo vemos que destruyen.

"Pueden llevar alegrías o tristezas", vemos un país triste que intenta resistir y sobrevivir, algunos ya no lo lograron.

Y haciendo referencia a Kapuscinski "el comienzo de las guerras no lo marca el primer disparo con un arma de fuego sino el cambio de lenguaje. El lenguaje del odio llega antes que las bombas."

Cada acción, cada derecho reprimido, cada injusticia , cada decisión actúa como una bomba que llevará a nuestro país a un retroceso en materia de derechos, del que no será fácil volver .

Sandra Ferrero

Militante de Derechos Humanos 

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