«Retroceder en derechos» por Sandra Ferrero

Los derechos como sinónimo de libertades, se consiguen y consensuan tras largas luchas colectivas y en estos tiempos electorales preocupa escuchar propuestas donde entran en juego nada menos que los derechos humanos. Desvalorizar, debilitar o eliminar sindicatos como muestra de la unidad de los trabajadores ante el abuso de sus empleadores es otra clara muestra… Continúa leyendo «Retroceder en derechos» por Sandra Ferrero

Los derechos como sinónimo de libertades, se consiguen y consensuan tras largas luchas colectivas y en estos tiempos electorales preocupa escuchar propuestas donde entran en juego nada menos que los derechos humanos.

Desvalorizar, debilitar o eliminar sindicatos como muestra de la unidad de los trabajadores ante el abuso de sus empleadores es otra clara muestra de poder, que se reemplaza por la falta de políticas claras para consolidar un país.

Denigrar la educación pública hasta desaparecerla es otra señal de percibirla como una mercancía funcional al poder.

El desprestigio permanente, el odio en el discurso y en las acciones son demostraciones para invisibilizar, anular y rechazar a colectivos que llevan años construyendo, afianzando y exigiendo a través de reclamos legítimos lo que por ley hemos adquirido.

Tomarse atribuciones de represión en contraposición a la defensa de los derechos, habla de una construcción vacía de principios no solo para quienes la proponen sino para quienes lo avalan.

La desigualdad, la pobreza, el desprecio, la sumisión y la violación de derechos, requiere sin duda con urgencia el análisis claro desde distintas perspectivas.

Y aquí resalto la postura de Nancy Fraser cuando habla de ?Justicia como distribución, justicia como reconocimiento y justicia como representación?. Tres conceptos básicos necesarios para la elaboración de políticas de Estado respetando a cada ser como parte de una ciudadanía interpelada por el respeto a la vida humana.

Tomando a una de las Instituciones imprescindibles como agente participe de esta construcción, la escuela no es ajena en generar espacios donde los derechos sean el eje principal y así lo considera Henry Giroux cuando propone que ?la educación sea entendida como «una práctica moral y política cuyo propósito sea no solamente
introducir a los estudiantes al gran conjunto de ideas y tradiciones intelectuales sino también enseñarles a involucrarse, a través del diálogo crítico?.

Los medios de comunicación y los nuevos espacios digitales, también juegan un papel fundamental a la hora conservar o eliminar.

Giroux afirma que ?vivimos en una sociedad donde predomina el interés privado, el dinero, el mercado, el consumismo y el miedo frente al interés público, la responsabilidad compartida, los valores y las instituciones democráticas.

Esto acaba con la comunidad, la justicia, la igualdad y el bien común y, por el camino, elimina la educación entendida como un bien público y la pedagogía como práctica empoderadora.

Los derechos humanos constituyen el principal desafío para la humanidad para poder transformar las relaciones sociales dominantes.

Por lo tanto, ?el derecho a tener derechos? es un medio para garantizar el resultado de las luchas e intereses sociales y por lo tanto no pueden separarse de las ideologías y de las expectativas de los que controlan su funcionamiento a nivel nacional.

Los derechos Universales no hacen mas que fortalecer a los individuos, grupos y organizaciones a la hora de construir un marco de acción que permita a todas y todos creando las condiciones que garanticen de un modo equitativo el acceso a los bienes materiales que hacen que la vida sea digna de ser vivida en democracia.

Los derechos humanos no son privilegios, son el resultado de conflictos y luchas que nos han llevado a conseguir resultados de luchas sociales ante deseos, puestos en acción de instalar la desigualdad y las injusticias sociales.

Sandra_Ferrero

Por Sandra Ferrero
Militante por los derechos humanos
Integrante del Instituto Patria
Integrante del Observatorio Nacional de Discapacidad

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