Las coimas avanzan: del menemismo al kirchnerismo y ahora bajo el sello libertario

Vinieron a prometer el fin de la casta y de la corrupción, pero en pocos meses demostraron ser una copia calcada de lo peor del menemismo y del kirchnerismo. Entre candidatos imputados por delitos aberrantes, laboratorios ligados al poder que provocan tragedias sanitarias y audios que revelan coimas en programas sociales, La Libertad Avanza se muestra como lo que realmente es: más de lo mismo, pero con otro disfraz.

La corrupción no se termina: solo cambia de manos. Vinieron a terminar con la corrupción, con la casta, a sacar a un país que estaba hundido hace décadas en un pantano de mugre política y desidia social. Pero no lo hicieron. Lo único que hicieron fue alimentarse de ese barro y de ese mismo sistema corrupto que tanto decían combatir. Un sistema que tuvo como emblemas al kirchnerismo y al menemismo, no solo en sus estructuras políticas, sino también en sus formas de hacer negocios turbios.

Por Martín Tula | martin.tula@portada.com.ar

La Libertad Avanza todas las semanas nos regala un nuevo capítulo que confirma lo obvio: son más de lo mismo, no son distintos. El ejemplo más reciente estalló en Escobar, donde Sergio Roberto Álvarez, candidato a concejal y asesor del bloque, fue imputado por grooming a una menor de 14 años. Tras la denuncia de la madre y el allanamiento en su domicilio -donde secuestraron dispositivos electrónicos-, la repercusión pública lo obligó a renunciar. El partido intentó despegarse con un comunicado, pero si no fuera por las redes y los medios, hoy seguiría en la lista.

¿Y cuál es la diferencia con los casos de José Alperovich -exgobernador de Tucumán, condenado- o con Fernando Espinoza -exintendente de La Matanza, que espera juicio oral-? Ninguna. Los tres son personajes siniestros. Lo que une a todos los espacios políticos es la falta de voluntad real de investigar mientras esos nombres sumen votos, entreguen cajas o paguen lugares.

La corrupción también tiene su espejo en la tragedia sanitaria del fentanilo contaminado, que ya dejó 96 muertos. Un "Cromañón de la salud", como lo definió el Dr. Nelson Castro. Los laboratorios involucrados, HLB Pharma Group y Laboratorios Ramallo, muestran cómo se repite la historia: desidia, falta de controles y negocios espurios.

El dueño de Laboratorios Ramallo, Ariel García Furfaro, es un ejemplo perfecto. Cercano al poder peronista, viajó a Moscú en la comitiva oficial que gestionó la Sputnik V durante la gestión de Ginés González García. Su pasado lo pinta de cuerpo entero: comerciante informal, exconvicto condenado por tentativa de homicidio, que se recibió de abogado en prisión. Pero esa "formación" no fue impedimento: con el kirchnerismo se abrió paso a la industria farmacéutica y a los contratos estatales. Un privilegio que siguió con este gobierno.

Y mientras las víctimas se multiplican, el actual ministro de Salud, Mario Lugones, se sienta a llorar frente a las cámaras de Diego Sehinkman. Lágrimas que nadie creyó. Porque la responsabilidad es suya, igual que lo fue el ministro de desregulación Federico Sturzenegger, con sus demoras en los controles y su obsesión por desregular.

Acá, querido lector, quiero dejar dos preguntas abiertas para que usted saque sus conclusiones:

¿Por qué a Ginés González García la oposición que hoy es oficialismo le pidió la renuncia inmediata por el vacunatorio VIP y a Lugones nadie le exige lo mismo frente a esta masacre?

¿El ministro Lugones trabaja para los intereses de los argentinos o para otros intereses?

Preguntas simples, respuestas obvias

Y si esto fuera poco, aparecen los 60 audios de Spagnuolo, exfuncionario del área de discapacidad, contando cómo se pedían coimas en el programa Incluir Salud. Los retornos del 8% que pedía la droguería Suizo Argentina a los laboratorios eran repartidos entre funcionarios y, según los audios, hasta llegaban a la hermana del Presidente. En otros fragmentos, Spagnuolo asegura que habló directamente con "Javier" sobre la operatoria.

No se trata de rumores: se trata de una matriz de corrupción idéntica a la de otras épocas. Tiene el mismo ADN que la causa IBM en los '90 o los retornos de Lázaro Báez en la era kirchnerista. La diferencia es que ahora se viste de violeta libertario.

Spagnuolo no fue echado: simplemente lo "separaron". Porque echarlo hubiera sido reconocer oficialmente que los audios son reales. Audios que tarde o temprano confirmarán que las coimas no solo existieron, sino que siguen avanzando.

La corrupción no se termina. Solo cambia de manos.

El mal que hay en el mundo viene casi siempre de la ignorancia, y la buena voluntad sin clarividencia puede causar tantos desastres como la maldad misma.

Albert Camus - El hombre rebelde (1951)

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