La satrapía argentina de Milei

La globalización financiera ha generado un dueño anónimo, pero no tanto del Mundo: los fondos de inversión, los fondos buitres, a partir de las directivas emanadas del Foro Económico Mundial.

León Repetur
Director de Relaciones Internacionales en Fundacion COPPLA. Enólogo. Farmacéutico. Gestor Cultural.

La satrapía argentina de Milei.

Por León Repetur

Durante el Imperio Persa se consolidó uno de los territorios más extendidos y organizados de la Antigüedad, solo superado después por el Imperio Romano.

Para poder administrar los lejanos espacios conquistados, fue necesario consolidar una red de funcionarios y administradores para controlar y supervisar todas las directivas que emanaban del poder central instalado, en Susa primero y luego en Tersépolis. Para poder controlar ese inmenso mar de tierras conquistadas se organizaron provincias o satrapías. Al frente de las mismas estaban los Gobernadores de las Satrapías, los sátrapas. Pero como mejor es prevenir que curar, el Emperador persa disponía de un enorme ejército de detectives, que le informaban de cualquier traición en las que pudieran incurrir los sátrapas.

Hoy no tenemos Emperador, pero...

La globalización financiera ha generado un dueño anónimo, pero no tanto del Mundo: los fondos de inversión, los fondos buitres, a partir de las directivas emanadas del Foro Económico Mundial.

Estos fondos deciden para dónde va el mundo y los recursos estratégicos. En su vasto territorio de operaciones, el mundo entero, los detectamos desplazando sus agentes y designando a los sátrapas contemporáneos que les permitan seguir dominando la economía y engordando sus fondos. Este poder delegado en los sátrapas modernos, como Milei y similares en América, consolidan el Neocolonialismo que nos toca vivir.

En nuestro país estos Fondos ya han mostrado su esencia: fueron los que embargaron la Fragata Libertad durante el gobierno de Cristina Fernández, son los que ahora impulsan el litigio contra la Argentina por la estatización de YPF.

Son los que dominan los puertos del Paraná, dueños de las principales cerealeras, los que representan a Vicentín y propietarios de la mayoría de las tierras cultivables de nuestra zona cerealera y ganadera. Dueños de parte importante de tierras en la Patagonia, de nacientes de ríos, de lagos.

Propietarios de las empresas energéticas, petroleras, de transporte de gas y petróleo. Y con importantes inversiones en laboratorios farmacéuticos, empresas de medicina prepagas, bancos y financieras. Y el Mar Argentino depredado bajo la dominación del Comando Sur de EEUU, con base en las Islas Malvinas y apuntando al dominio de la Antártida.

Para semejante despliegue requieren de Sátrapas, que manteniendo un simulacro de tolerancia y de respeto a la "democracia acotada" que les gusta sostener en distintas partes del mundo, les permita seguir acumulando poder, bienes y lacayos en todas partes del planeta.

Y para controlarlos a distancia ya no necesitan desplazar "detectives", sino que hoy cuentan con las "Redes móviles electromagnéticas"

El sátrapa moderno.

No hace falta mucha inteligencia para detectar que Milei cumple a la perfección con ese perfil.

Del anarquista gritón y rebelde, pasó en un santiamén a cumplir el papel de representante del Imperio de los Fondos Buitres. A ellos se somete voluntariamente, vía Sturzenegger, Caputo y Macri. La herramienta del sometimiento y la servidumbre es el DNU mafioso y la Ley Ómnibus que le prepararon durante dos años los abogados de las principales empresas ligadas a las Fondos Buitres.

Como buen Sátrapa, Milei despliega sus agentes por todo el territorio obligando con el chantaje y la extorsión a todos los Gobernadores a rendirse a sus plantas. El cese de la obra pública, el manejo discrecional de la coparticipación, la eliminación de organismos que derraman fondos centrales a la periferia, conforman la maniobra de sometimiento a sus designios.

El enfrentamiento a esos engendros jurídicos por parte del pueblo argentino, liderados en esta oportunidad por la CGT y las otras centrales de trabajadores, reafirma la matriz cultural de los argentinos centrada en la justicia social, la solidaridad, el respeto al pensamiento crítico, la defensa de la soberanía nacional y la economía al servicio del hombre.

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