Tercera Guerra Mundial

Endogamia o Poliamor

El cambio en el siglo XXI no vino de la mano de la fraternidad, igualdad y libertad, sino del individualismo más acendrado y de la más completa ausencia de solidaridad entre los humanos. La familia tradicional está en crisis. Ya no funcionan los esquemas del pasado: madre, padre, hijos, abuelos.

León Repetur
Director de Relaciones Internacionales en Fundacion COPPLA. Enólogo. Farmacéutico. Gestor Cultural.

La familia tradicional está en crisis. Ya no funcionan los esquemas del pasado: madre, padre, hijos, abuelos. Proliferan las hibridaciones: madres y padres solteros, padres separados, familias ensambladas, abuelos que no pueden estar presentes, hijos que parten al exilio económico, parejas del mismo sexo, solteros empedernidos, etc. Y en ese cambalache todos revolcados.

Por León Repetur

El cambio en el siglo XXI no vino de la mano de la fraternidad, igualdad y libertad, sino del individualismo más acendrado y de la más completa ausencia de solidaridad entre los humanos.

Las guerras localizadas y no tanto, el abandono de africanos a su suerte entre las olas del Mediterráneo, los genocidios tipo Gaza, el racismo instalado en Europa y en EEUU contra los extranjeros, la algoritmización de las ciudadanías y la mercantilización del arte y la ciencia, parecen haber enterrado bajo siete capas la utopía de una sociedad global próspera y armoniosa.

El grito de alerta lo dio el Papa Francisco cuando anunció que ya estábamos inmersos en la Tercera Guerra Mundial, frente a la desidia de la dirigencia política mundial que lo escuchaba sobradoramente. "Es comunista", "es peronista", "está viejo", "es un infiltrado" "es el representante del maligno en la Tierra". Esta última aseveración, tan científica y tan sesuda, fue "Made in Argentina". Y nada más ni nada menos que saliendo de la boca del Presidente que supimos conseguir

Las Encíclicas de Francisco (que recomiendo volver a leer) Lumen Fidei, Laudato Si, Fratelli Tutti y Dilexit Nos, nos hablan de la importancia de la Fe, del cuidado de la Casa Común, de la Justicia Social, del cambio climático, de la fraternidad y de la amistad social, de la ternura, la alegría del servicio y la misión sagrada de los hombres.

Frente a la endogamia de los violentos, racistas y "supuestos dueños del mundo", que generan descendencias enfermas, resurgimiento de genes recesivos, muros electrificados y también artefactos nucleares, el Papa nos llamó a ser afectuosos, receptivos, pacientes, familiares, diversos, poliamorosos.

El poliamor y la política

Como gestor cultural desde hace 50 años, adhiero a la afirmación de que la práctica cultural por excelencia es la práctica política. La política es la búsqueda del bien común y se ejerce todos los días, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos por la noche. En cada elección del día: desde qué desayunamos, cómo nos trasladamos, en qué trabajamos, qué tipo de conversaciones sostenemos, cómo tratamos al prójimo y a nuestros hijos o familiares, qué leemos y a qué jugamos, etc. Cada una de esas elecciones está impregnada y determinada por años de memoria, de tradiciones, de ideas y de símbolos que le dan sentido a cada uno de nuestros actos.

Y como veníamos analizando tus elecciones pueden ser diabólicas o poliamorosas.

Las descalificaciones, los insultos, las agresiones, las zancadillas, los abusos de poder, los intentos de asesinato, los bombardeos, las represiones a viejos indefensos, las fake news, los despidos sin justificación, las estafas tecnológicas y de las otras también, la cooptación, el chantaje, los carpetazos, el robo y la entrega del patrimonio de todos, el vasallaje a los poderes facciosos y a los fondos buitres, son la expresión más acabada de la degeneración de la endogamia política y de la vuelta de genes recesivos que lesionan el Humanismo que necesitamos para el siglo XXI.

Amarás al prójimo como a ti mismo

Siempre es más fácil recordar el "No matarás", "No robarás", "No mentirás", en tanto estos te remiten a ciertos aspectos específicos de la naturaleza humana. Pero muchos que repiten algunos mandamientos, se olvidan que en Mateo 22:39 y Marcos 12:31, Jesús dice claramente cuál es el mandamiento más importante porque sintetiza y abarca todos los demás: "Amarás al prójimo como a ti mismo".

Pero claro, hecha la ley hecha la trampa. El comportamiento de los líderes mundiales dista mucho de amar al prójimo. Y se comprueba también en las actitudes y decisiones de muchos de los empresarios, periodistas, profesionales, intelectuales, legisladores y en general personas con algo de poder de decisión.

Cuando saludamos que se pise una paritaria, o se clausure un hospital, o se despida a miles de trabajadores, o se rapiñen frazadas o se vete un aumento a jubilados, o se niegue el pago de un aporte jubilatorio o se fugue el dinero ganado en la patria, o se saquen medicamentos claves para salvar vidas, o se destruya nuestra cordillera y glaciares, estamos frente a lo diabólico. No existe justificación para esas maldades, salvo la pérdida de la esencia humana.

La esperanza es lo último que se pierde

Esperar que todo esto pueda cambiar mantiene a la humanidad en constante creatividad. Contra los poderes fácticos, los avaros, los fundamentalistas del mercado o de las religiones, los dueños de las fábricas de armas, los medios de comunicación al servicio del poder, los partidos políticos programados por el odio y por los fondos buitres.

Creatividad humana que se expresa en las calles, paredes, radios y redes alternativas, en los barrios y sus merenderos, sus centros culturales comunitarios, sus jardincitos, sus cooperativas de trabajo y de consumo, sus sindicatos, sus centros de estudiantes, y sus variadas formas de sostener el amor por el prójimo, a pesar de tanta maldad imperante.

Y los pueblos esperan con esperanza otra forma de representación, otra manera de poner los intereses del conjunto por sobre el egoísmo de unos pocos.

Miguel Benayasag lo sintetiza bien: "Funcionar o Existir"

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