50 AÑOS, HOY

El último encuentro de Perón con su Pueblo, cuando la política se parece a la poesía

Medio siglo ha transcurrido desde que Perón le habló al Pueblo, por última vez, desde el mítico Balcón de Casa Rosada, ante una histórica Plaza de Mayo colmada.

El último discurso del Presidente Perón, a 50 años de un encuentro memorable

En la mañana del 12 de junio, el presidente Perón habló a través de la Cadena Nacional, para denunciar que el Pacto Social estaba siendo boicoteado por sectores de la derecha ayudados por la izquierda. Una insinuación de renuncia. A la tarde, aclamaron su presencia en la Plaza de Mayo

Medio siglo y la plaza de siempre

Exactamente 50 años atrás, Juan Perón, después de un discurso por cadena nacional, ante el clamor popular, salió al balcón y dio su último discurso

Atravesar 50 años de historia montados en algunos recuerdos y en una síntesis apretada no es lo recomendado, pero entendemos que es imprescindible rescatar los acontecimientos más gravitantes de la política y de la emoción popular.

Volver con la frente en alto

En el regreso de Perón, desde un exilio que duró 18 años, las cuentas pendientes eran demasiadas para saldarlas en poco tiempo. A pesar de la algarabía que significó el retorno del líder, el Mundo giraba a la misma velocidad de siempre y los problemas no eran tan distintos a los que ofrece el Planeta desde un par de siglos atrás.

Luche y vuelve. Perón Vuelve. Viva Perón

El ícono de una V que contenía adentro una P es imborrable para quienes transitaban con los ojos abiertos por la Argentina de principios de 1970. El entusiasmo era comprensible no sólo por la estatura del viejo político que volvería a conducir la Nación, sino porque todos se sentían cuota parte del regreso. La lucha no había sido en vano. La contundente victoria en las urnas consagraba un modelo de país y se agitaban nuevamente las banderas de la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.

Divergencias inevitables

La persistente lucha del Pueblo había sido desde distintos enfoques, con modos y claro, también con armas diferentes. Los signos de época mostraban colectivos con propósitos divergentes. Una juventud inspirada en los modelos revolucionarios; otra conservadora y algo reaccionaria y el fenómeno de la "new age", la era de acuario, el movimiento hippie. Y toda una generación que tenía muy presente la década 1945 -1955, de notable evolución nacional en áreas fundamentales. Cultura, industria, distribución de riqueza, planificación energética y organización. Lejos de la perfección, pero cerca de una mejor calidad de vida y adentro de un proyecto nacional.

La salud del General

A pesar de la avanzada edad de Perón a su regreso (78 años) su lucidez estaba intacta y envidiable. Decimos edad avanzada ya que en aquel año la tasa de longevidad promedio para los varones era de 63 años, 10 años menos que hoy. Asimismo, el deterioro de su salud hacía prever que debería atenuar su ritmo habitual. Algo que no ocurrió.

Agenda del tercer mandato

Antes del 12 de octubre de 1973, día en que asumió su tercer período, había pergeñado un Plan para incluir a todos los sectores, tanto productivos como industriales y trabajadores, llamado Pacto Social. El encargado de llevar a cabo este Plan fue el ministro de Economía que asumió cuando ganó Cámpora, José Ber Gelbard, hombre de absoluta confianza de Perón, que continuaría en el cargo durante su presidencia.

Contexto de la situación mundial

Entender la situación exige ubicarse en tiempo y espacio. Junio 1974. La Selección Argentina de fútbol participaba del Campeonato Mundial en la Alemania que estaba del lado Oeste del Muro. Había perdido su primer encuentro frente a la potente Polonia. La guerra de Vietnam debería esperar un año para culminar, Nixon renunciaría dos meses después, en agosto del 74. En China gobernaba Mao Tse Tung ( Zedong) y el actual presidente de la Argentina tenía menos de 4 años y según algunas versiones, ya era duramente castigado. El mundo bipolar debatía poder mediante una guerra tan fría como implacable.

Saltando la pared

El ministro José Ver Gelbard, un par de meses antes, había viajado en misión oficial a Moscú, por entonces, capital de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Gelbard era el mejor intérprete posible de la burguesía nacional. Aunque le endilgaban haber militado en el PC, lo destacable es que fue el iniciador de la Confederación Argentina de la Producción, la Industria y el Comercio (CAPIC) y luego de la Confederación General Económica (CGE). En aquel viaje se iniciaban las relaciones bilaterales, pero recién en noviembre se firmarían los acuerdos por un empréstito de la URSS en favor de la Argentina, y las primeras exportaciones de granos y carnes al conglomerado socialista. El compromiso que asumió Gelbard con el premier Leonid Brezhnev fue que iría el propio Presidente Perón a firmar. Mientras, le dejó de regalo un Torino, auto de orgullo nacional.

Números, datos y relato

Perón estaba preocupado. En su regreso fracasó con la idea de formar un acuerdo político nacional, Balbín no aceptó ir juntos en una fórmula. El asesinato de Rucci lo desestabilizó. La situación económica lo afligía, pero sabía qué hacer y cómo hacerlo. En 1972 la inflación había alcanzado el 58,5% anual y en 1973 (hubo 4 presidentes distintos) llegó al 60%. En siete meses había reducido drásticamente la inflación, tanto así que 1974 cerró con 24% de inflación anual. La deuda externa le quitaba el sueño al gobierno. La cifra ascendía a 8 mil millones de dólares. Hoy, supera los 430 mil millones de dólares.

Convocatoria genuina, instantánea

Por la mañana del 12 de junio, su pronunciamiento en cadena nacional hizo suponer que renunciaría ante los sabotajes que sufría el Pacto Social. Esa presunción promovió que la central obrera y otras organizaciones, convocaran a la Plaza de Mayo, en respaldo a las políticas vigentes y en apoyo a su figura. Situación inimaginable hoy, 50 años después.

Tristeza, conmoción y profecía

En respuesta a la reunión popular en Plaza de Mayo, clamando por su presencia, como en aquel primigenio 17 de octubre, Perón aceptó el honor de ser nuevamente aclamado por una multitud, salió al balcón y pronunció el que sería su último discurso, 19 días antes de su muerte. Innegable el carisma de la figura de Perón. Inclusive los más arduos detractores, reconocen la habilidad y la energía del General, su capacidad de persuadir y su erudición intelectual. En ese, su último discurso, el presidente Perón hace gala de cuanto adjetivo exista para la conducción política, y le agrega una poción de poesía que además,  tuvo carácter profético, sería la última vez que iba a consagrar esa comunión con el Pueblo Argentino y la síntesis más conmovedora está contenida en apenas un párrafo y en el corolario de aquél discurso, hace 50 años:

"Para finalizar, deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen. Les agradezco profundamente el que se hayan llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo. Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino

Esta nota habla de:

Nuestras recomendaciones