TIEMPO DE DIRIGENTES

El presidente Milei se jacta de llevar adelante el ajuste más severo de toda la humanidad. Con indignarse, no alcanza

Las últimas intervenciones de Javier Milei tientan hasta a los helicópteros. En una participación virtual agredió a un periodista. Aunque lleva 110 días de gobierno ya insinúa su reelección, en coincidencia con una fecha clave de la política argentina


Libertad para mosquitos y alimento para el Dengue

La fiebre del sábado por la noche no guarda relación alguna con Travolta ni Bee Gees, aunque la estética del presidente Milei tenga reminiscencias de aquél Tony Manero compuesto por John Travolta. El baile, en este caso, es de los mosquitos que se ensañan con la población de Argentina, carente de una política sanitaria acorde y, además, desabastecidos de químicos repelentes. Muchas y muchos ya partieron por esa enfermedad, otros atraviesan fiebre, vómitos y malestar general. El dengue, libre como el viento.

Todo virtual y digital, toda pantalla viene bien

Según manifestó en la CNN, Javier Milei duerme poco. Ignoramos si es una conducta habitual o una patología, lo que sí podemos deducir es que su insomnio causa náuseas y pone en riesgo la soberanía . Entrada la noche del 6 de abril, cantó el himno de Estados Unidos en Cadena Nacional de Argentina, y balbuceó la Marcha de Malvinas, ignorando no sólo la letra de la marcha, sino lo que significa Malvinas para el sentir nacional. El último sábado, participó por videoconferencia de la presentación del libro de Eduardo Feinmann: "Diez lecciones para salir de la trampa populista"

¿No tiene sueño, presidente?

Más allá de las recomendaciones médicas, que indican un descanso de 7 u 8 horas diarias, es preocupante la agenda que ocupa Milei. Sería celebratorio que se inmiscuya en asuntos de la alta política, y en discusiones de la intelectualidad internacional, no es el caso. Elige lugares en los que elogiar lo que ya todos saben que elogiará, y siempre reserva un espacio para la agresión, el mal trato y sí, cuesta admitirlo, pero en toda ocasión fuerza su ingenio para mentir. Comprobables adulteraciones de la historia. Modificación voluntaria de índices concretos, sin mencionar las elucubraciones delirantes.

No se salva nadie. Moakähára pochy 

Desde Paraguay el periodista y abogado Feinmann, de ideología lábil, presentaba su libro, del cual hay un adelanto de 24 páginas, del que, con brutal honestidad, sugerimos no leer. No por las pedestres interpretaciones políticas ni malversación histórica. Los defectos gramaticales son suficientes para elegir otro texto, aunque sea de literatura infantil. Sin embargo, ahí estuvo, virtualmente, el presidente Javier Milei, quien expone como mérito lo que cualquier mortal quisiera simular.

Estoy haciendo el ajuste más grande de la historia de la humanidad, documentado por el staff del FMI (Fondo Monetario Internacional). Y no solo eso, sino que además he enviado un conjunto de reformas que la política está bloqueando

Ciento diez días fatídicos

La sintonía entre un líder y quienes lo siguen, suele desajustarse. Al revés que en lo sugerido a Lot en la Biblia, en ese momento, el líder debe mirar hacia atrás para volver a coincidir con sus seguidores, de otra manera, los que hasta ayer fueron fieles custodios de sus espaldas, se abren en dos: El desertores, por un lado y, los más leales, pasan de seguidores a perseguidores. El espejo de Milei lo está engañando, y tiene empañado el retrovisor

Los distraídos de siempre son responsables del desatino de ahora

Conducir requiere de coraje para abrir nuevos caminos, ambición para que ese camino lleve a un mejor destino, y prudencia para contemplar las posibilidades de quienes lo siguen. No todas ni todos pueden mantener el ritmo, y siempre habrá algunos distraídos que olvidan el sendero. El desafío de hoy, para argentinos y argentinas, es coincidir en el destino y limitar la dispersión de senderos.

El presidente Milei se jacta de llevar adelante el ajuste más severo de toda la humanidad. Con indignarse, no alcanza

La inevitable melancolía.

Exactamente 75 años atrás, concluía el Primer Congreso Nacional de Filosofía, en Argentina

Fue en Mendoza, impulsado por la Universidad Nacional de Cuyo. El presidente Juan Perón avaló y auspició ese Congreso que tuvo relevancia internacional. No es un dato subsidiario ubicarse en el tiempo. Fue el primer encuentro de filosofía, con dimensión mundial, a escasos días de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la Asamblea de Naciones Unidas (París, 10 de diciembre de 1948)

Argentina como escenario del pensamiento y la cultura mundial.

A ese Primer Congreso Nacional de Filosofía, fueron invitados exponentes antagónicos del pensamiento occidental. De la Europa aún en restauración (por haber sido el principal escenario de la segunda Guerra Mundial) y de todo el continente americano. En un convulsionado 1949, confluyeron, debatieron y discutieron sobre las teorías en pugna circulantes, los principales referentes de la filosofía del Globo, a pesar del boicot de parte de la intelectualidad oficial de Argentina (parte del folklore político) Excepto esto último, lo demás, hoy, sería objetivamente imposible.

El presidente Milei se jacta de llevar adelante el ajuste más severo de toda la humanidad. Con indignarse, no alcanza

Bipolar, no como diagnóstico sino como imposición

El término "bipolar", hoy, suele tener una interpretación como diagnóstico psíquico, palabra que sintetizó lo que antes se llamaba "maníaco depresivo". Pero en 1949, lo "bipolar" fue la definición política del poder mundial. Una vez que los Aliados sometieron al Eje, en aquella Guerra Mundial, tras la Conferencia de Yalta, se repartieron (en el imaginario geopolítico) el Planeta en dos : Oeste y Este. Debut del período llamado "guerra fría". Sin embargo, hubo quienes no acataron las imposiciones. Ni la guerra fue "mundial" ni el Planeta era divisible entre "hemisferios Oeste y Este", quedaba mucho afuera de esas concentraciones.

Una doctrina propia ¿por qué, no?

En el acto de cierre del Primer Congreso Nacional de Filosofía, el discurso de clausura estuvo a cargo del presidente Juan Domingo Perón, en donde sintetizó la postulación filosófica del Justicialismo Una doctrina que eludió las imposiciones de la época, proponiendo la Tercera Posición. Ni el Estado omnisciente sobre las decisiones y libertades de los hombres que lo componen, ni el individuo por sobre el interés colectivo, o sea, sobre el bien común.

Las antípodas del hoy, con perspectivas futuras

Escuchar las definiciones del actual presidente, Milei, quien alude a las teorías de la Escuela Austríaca, concepto político económico surgido en el siglo XVI, copiados de la Escuela de Salamanca, devela una regresión tan fenomenal que asusta. Y a la vez, alienta a recuperar una Doctrina política, argumentada con solvencia académica y contundencia empírica, doctrina que, con el devenir de los acontecimientos políticos internacionales, cobra más vigencia que nunca. O sea, en el peronismo no reside una solución coyuntural, ni la satisfacción efímera de las carencias, sino un cuerpo ideario sediento de movilizarse, para la construcción de una Nación soberana, ecuánime y también libre.

https://upcndigital.org/~ciper/biblioteca/Peron/Comunidad_Organizada.pdf

El presidente Milei se jacta de llevar adelante el ajuste más severo de toda la humanidad. Con indignarse, no alcanza

Conocer no es una obligación, apenas un escudo contra la mentira y la posibilidad de modificar lo dado

Es tan persistente, por sus recursos y frecuencia, la imposición del discurso único, ahora reducido al formidable poder de réplica que ofrecen las redes sociales, que inspira impotencia. Quizá ahí resida la profunda eficiencia del capitalismo salvaje. La fragmentación social consagra el éxito. Pero mal harían quienes advierten sobre este fenómeno, en abdicar. Sería criminal no hacer uso de las herramientas de construcción, impidiendo que siga la demolición de un País que puede alimentar a 400 millones, en el que padecen hambre más de 10. Inadmisible. Es imperativo conocer las opciones, aunque sea por rebeldía aritmética.

Identificaciones

Con el afán de despojarnos de la vergüenza que provoca un primer mandatario que se inclina, inclusive, cuando no se lo piden, y reluce su coraje ante personas desprovistas de entidad para enfrentarlo, se buscan valores y méritos. Deben existir. El maniqueísmo no ayuda. Sí, en cambio, el sereno cotejo entre ideologías es fundamental. Y hacer descripciones lo más acéticas y medibles, nos aproximan a lo que el devenir puede convidarnos. Aceptando que la historia personal y las experiencias, predisponen para cualquier evaluación.

Definiciones categóricas

En "La Comunidad Organizada" Perón aporta definiciones categóricas, no por eso, carentes de amables y contundentes argumentaciones. Como puede apreciarse en el discurso pronunciado el 9 de abril de 1949 en el Teatro Independencia, de la Ciudad de Mendoza, el presidente Perón traza un recorrido desde los postulados presocráticos hasta la actualidad que lo alcanzaba, sin eludir el debate de ese tiempo entre el existencialismo y el teísmo, oposiciones ya superadas, hoy.

Perón no teme en lucir sus preferencias ni esconde la admiración por aquellos con los que no coincide. Sí es enfático en defender el papel que el hombre (el humano) debe desempeñar y su relación y cuidado con la naturaleza. El protagonismo político del hombre y su función concreta en la trama política (aristotélico) Rehúye en ubicar al individuo como "elegido" para tener más derechos que el prójimo. Y asume que la trascendencia del ser es inescindible del colectivo y la cultura que lo cobijan. Es significativa la distinción que realiza entre los conceptos de nacionalismo y los de continentalismo, adhiriendo a esta última visión. Y no se priva de adscribir a la visión humanista, tanto de Spinoza como a la del indio y poeta contemporáneo ,Tagore.

El reverso de la Comunidad Organizada

Javier Milei también ha sido categórico, afirmando que es la "justicia social" lo que entorpece el libre desarrollo de la empresa creativa, que según su visión (y su acción) debe contar con el privilegio de la libertad total, o sea, sin eufemismos, el des-control. No serán lo apologetas del socialismo quienes confrontarán con Milei sino los auténticos liberales, que adscriben y con vehemencia a combatir la coacción, la represión, la coerción y el punitivismo estatal, maniobras afines a las preferencias del actual presidente.

Los dos vagos

La insistencia de los sectores antiperonistas, sobre el estímulo que el peronismo otorga a la pereza, es tan falaz como el combate de Milei sobre "la casta". Mientras Perón preconizaba al sujeto político, como obrero del destino, Milei promueve la vagancia física e intelectual, en función de su objetivo de poder. Para considerar, extrajimos de la Comunidad Organizada, del Capítulo VII, el fragmento final:

La virtud socrática era actuante, tan batalladora como había de ser después la cristiana; contemplaba el mundo práctico y lo sabía lleno de tentaciones y dificultades. Virtuoso para Sócrates era el obrero que entiende en su trabajo, por oposición al demagogo o a la masa inconsciente. Virtuoso era el sabedor de que el trabajo jamás deshonra, frente al ocioso y al politiquero. En el Eutifrón nos dice Platón que no hay una virtud específica, un ideal específico para cada cual, sino un ideal del hombre, que no es acaso más que una disposición para resolver las ecuaciones vitales con arreglo a una estimativa ética. J.D.P. Mendoza, abril 1949

Comparten casa, balcón, sillón y ambos han residido en la misma quinta, pero uno es de cuarta

Así como Perón participó activamente en el Congreso Nacional de Filosofía, Milei participa de presentaciones de libros. El sábado, durante la presentación del libro de Feinmann (difícil explicar desde qué rol) Javier Milei tuvo espacio. Además de proferir autoelogios, reiteró su actitud agresiva. El receptor, esta vez, un periodista paraguayo, de apellido Torres. Tan insolente como innecesaria expresión, volviendo a ignorar su investidura, pero con un detalle capaz de inquietar al más displicente, soltó como al pasar que podría llegar a permanecer en ese lugar 8 años. Patético.

Uno en la Plaza, otro en el Centro Cultural La Plaza

El sábado, para confirmar que la tarea de presidente es part time, Javier Milei dio su discurso. No fue en la Plaza de Mayo, como tantas veces hizo el líder tres veces presidente electo, sino en el Centro Cultural La Plaza, cerca, a 2 kilómetros de Plaza de Mayo. Una ironía más. Esa conferencia fue organizada por la fundación Ayn Rand Center Latin América, nombre de la filósofa autora de "la rebelión de Atlas" (autora a la que también suscribe Macri) pero lo paradójico es que fue en la Sala Pablo Neruda. Al menos, ninguna crónica señala que haya insultado a poeta premio Nobel, a la sazón, diplomático y activo político comunista de Chile.

La negación nos aparta de la verdad, y la única verdad es la realidad.

Las discusiones en función de los liderazgos, si se nace o se pueden adquirir las habilidades suficientes, mediante recursos cognitivos, instrucción, capacitación, relaciones y ejercicio, aún no están agotadas.

Aunque existan diferencias siderales y la comparación resulte imposible entre Perón y Milei, es innegable que ambos accedieron al poder respetando un método civilizado y legal. Pero también es requisito indispensable considerar definiciones esenciales: para liderar a un grupo, a una nación, a un Pueblo, estos colectivos deben existir como tales. Si es el propio líder (ocasional) quien tiene por objeto confundir a quienes confiaron en su palabra, disolver al grupo, diluir la Nación y matar al pueblo, no se trata de un líder sino de un demente, con capacidad de persuasión, convicción sobre sí mismo (como dijo Calcagno "Milei ignora lo que ignora) peligroso, acaso idóneo para usurpar poder e impotente para elevar la conciencia y procurar un mejor lugar donde desarrollarse y vivir.

Y ¿entonces?

La institucionalidad de la República Argentina presta los resortes necesarios para impedir que alguien (o algunos pocos) asalten el poder y actúen bajo las órdenes del capricho propio o puedan donar lo que les pertenece a todas y a todos, a las imposiciones foráneas.

Todo legal

De ninguna manera una irrupción fuera de la ley sería admisible. Como sostenía Marco Aurelio, imitar al enemigo es haber perdido antes de luchar. Pero siempre hay posibilidad de reversión. Y el entramado legal, desde la acción política, es lo suficientemente robusto como para exigir que quien comanda el Estado, al menos, no lo destruya y con él a una Nación que de ninguna manera carece de una historia de prosperidad y riqueza.

Religión y política

El filósofo contemporáneo Harari postula que hoy no existe una frontera definida entre religión y el concepto de política en términos ideológicos. Interesante análisis a propósito de la defensa de algunos cánones. Asimismo, sería conveniente encontrar el mecanismo apto para divulgar que el "sacrificio" no puede ser una condición para poder vivir y desarrollarnos como personas y como sociedad. Algo que está ocurriendo en un sector mayoritario de la población de la Argentina. Se pasó del esfuerzo cotidiano al sacrificio, al ayuno involuntario, a la búsqueda de desechos para alimentarse y en algunos casos, a la inexplicable inanición.

Con una doctrina no se combate la pobreza ni la ausencia de progreso

Es indiscutible que con una doctrina no se calma el hambre, no se curan las enfermedades, ni se consigue abastecer a una familia, ni a una sociedad, de los recursos básicos que necesitan. Pero sí con el cumplimiento de lo que la doctrina señala, se pueden establecer la política para que eso ocurra. Tampoco se trata de una cuestión de fe, sino de implementar lo que fue pensado y parcialmente implementado, que exhibió resultados tangibles, medibles, apreciables, concretos, aún presentes en nuestra Nación.

Maldito reloj, bendito calendario

Evocamos los 75 años del Primer Congreso de Filosofía, no como efeméride festiva, más bien como grito desesperado. Hay de donde aferrarse para no caer por el precipicio del lamenta y la inacción. Existe una comunidad, que también con algún matiz de desesperación, acudió al canto de bronca y la indignación, cooptado por alguien que, de ninguna manera, apagará la sed de decencia y probidad, pero que tampoco está decidido a morigerar el cruento dolor que produce el amargo cóctel de la pobreza mezclada con la defraudación. La alarma está sonando, si los dirigentes no la escuchan, deberán acercar sus oídos (y sus sentimientos), y ocupar el lugar que el pueblo les ha conferido, con generosa esperanza. La indignación suele ser inevitable, pero a esta altura, es inútil

Esta nota habla de:
Últimas noticias de La Comunidad Organizada

Nuestras recomendaciones