La semana trágica

El ocaso de Milei: la semana en que se quebró el mito del emperador

El gobierno de Javier Milei se caracteriza por una fuerte impronta dogmática. En discapacidad, todos conocemos su lucha personal, o sea, pedirle a una persona que vive el día a día con la discapacidad que vote en contra de un beneficio es una locura que solo puede pensar este gobierno.

El gobierno libertario tuvo su semana más complicada desde comenzó su gestión. Ese momento de crisis política llego el miércoles 9 de julio, la vigilia del Día de la Independencia, y el jueves 10 en el Senado.

El martes (previo a la misa de las 12 de la noche por el acto del 9 de julio), el presidente suspendió su viaje a Tucumán aduciendo que no viajaba por recomendación de la Fuerza Aérea Argentina debido a la neblina que se estaba dando en Buenos Aires, algo que era cierto. Pero lo que todos sabemos es que hubo cancelaciones, sí, pero también hubo vuelos a Tucumán.

La verdad de la milanesa -y no hablo de la tucumana, que dicen es la mejor del país- ese tema culinario lo vamos a introducir luego en esta columna. Lo concreto, lo cierto es que Milei no viajó porque solo iba a tener presencia de cuatro gobernadores en el acto oficial de medianoche: Jalil, de Catamarca; Sáenz, de Salta; Sadir, de Jujuy; y, obviamente, el gobernador de la provincia anfitriona, Jaldo. Este acto contenía una pobreza política inusitada para cualquier gobierno en democracia: pobreza de participación digna y política de consenso nula, con solo tres gobernadores de otras provincias.

Cabe destacar que el año pasado, en el mismo acto donde se firmó el famoso Pacto de Mayo -un acta llena de buenas intenciones que fue envejeciendo y pasando sin pena ni gloria- contó con la presencia de 18 gobernadores, diputados, ministros y hasta el ex presidente Mauricio Macri, quien con valentía soportó el ninguneo y el frío de aquella vigilia del 9 de julio de 2024.

La mañana del 9 de julio también tuvo un hito que marcó quién sí pudo llegar y no tuvo problemas con el clima. Donde el sol y los excelentes sándwiches de milanesa la esperaban fue la vicepresidenta Victoria Villarruel. No faltó foto por sacar; se tomó un tiempo para visitar la Casa Histórica, realizó recorridos institucionales y le sumó que viajó en un vuelo comercial.

También cerró su recorrido con una frase muy nacionalista:

Estoy muy contenta, no solo vengo como vicepresidenta, vengo como argentina.

Sabía lo que se venía al día siguiente: la dama de hierro había preparado el terreno para lo que sucedería el jueves 10.

Excelente ambiente laboral

El título que anticipa este párrafo no aplica en el gobierno de LLA. Venimos de peleas rozando lo bizarro entre las diputadas Lemoine y Pagano desde el año pasado, y una o dos veces por mes vía X o en la misma Cámara, tratándose de las cosas más horribles que puede haber y que yo, querido lector, no me atrevo a transcribir en esta columna por respeto a usted y a las instituciones -en este caso, la honorable Cámara de Diputados-, respeto que deberían tener quienes la habitan, pero no lo tienen.

Esta tensión escaló un nivel más alto: esta vez la pelea vía red social fue entre la ministra Patricia Bullrich y la vice.

La primera acusándola de que Villarruel le hace el juego al kirchnerismo y que debía bajar la sesión en el Senado:

Levántese, Sra. Vicepresidente. No denigre la institución que preside. No sea cómplice del kirchnerismo destructor. Al menos siga del lado del pueblo que la votó para cambiar este país. ¿Qué pretende usted, Victoria? ¿Que la llamen para darle palmaditas en la espalda y decirle ‘muy bien, Vicky, usted es Vicepresidente'? ... Usted fue electa para terminar con el kirchnerismo, no para ser cómplice de ellos.

La vicepresidenta redobló y contraatacó, como le gusta decir a veces al presidente, aplicó bilardismo puro y le respondió esto:

Ministra Bullrich, la democracia fue denigrada cuando personas que integraron orgas [sic] terroristas como en su caso manejaron durante décadas el destino del país." Y agregó: "El Senado es la casa de las provincias, así que antes de hacerse la picante repase la Constitución Nacional...

Mientras se daba este intercambio lleno de política y sin chicanas (estoy siendo irónico), en la Cámara se empezó a votar el aumento a jubilados, moratoria, emergencia en discapacidad entre otras cosas.

Yo, en esta votación/sesión que duró aproximadamente 8 horas, les voy a marcar tres datos que creo fundamentales y que pueden marcar la agenda de los próximos meses, a mi entender.

La primera es que el kirchnerismo tenía 34 senadores, necesitaban 3 más y obtenían el quórum, ¿quiénes fueron esos senadores? Lousteau, odiado desde tiempos inmemoriales por el gobierno; Tagliafico, aliada de Larreta; y el radical Blanco, senador cuya provincia, Tierra del Fuego, está afectada por la reducción/eliminación de aranceles e impuestos a electrónicos importados impuestas por el gobierno actual, un golpe directo que afecta la economía local.

La segunda lectura que hago es que la suba del 7,2 % de aumento fue votada por unanimidad: 52 senadores votaron a favor, y obteniendo dos tercios en Diputados, el veto que seguramente dará el presidente no se sostiene y la ley sigue adelante. Hoy ese número está a favor de la oposición, por eso el Ejecutivo insiste en ir por otra vía: la judicial.

Pero recordemos que la Corte no interviene cuando son beneficios sociales o de aumentos. Dicho esto, no veo probable que la Corte declare inconstitucional la ley de aumento solo por el costo fiscal o su impacto presupuestario, porque eso es un argumento político y de administración. La Constitución no prohíbe aumentos a jubilados por razones fiscales.

Cito tres casos como ejemplos:

Ley de emergencia de 1990: no intervino en la decisión política del Ejecutivo y Congreso sobre el manejo fiscal.

Reparación histórica 2016: avaló la reforma previsional impulsada por Macri pese a cuestionamientos de constitucionalidad.

Reforma previsional de 2017: intervino parcialmente sólo para garantizar que se cumplan principios constitucionales como el haber mínimo digno, pero no anuló la ley.

Y por último y tercero, el escarmiento que le dieron a Luis Juez por votar a favor del aumento del 7,2 %, y también respaldó la emergencia en discapacidad, aunque con posiciones diferenciadas entre los proyectos.

En discapacidad, todos conocemos su lucha personal, o sea, pedirle a una persona que vive el día a día con la discapacidad que vote en contra de un beneficio es una locura que solo puede pensar este gobierno.

El gobierno de Javier Milei se caracteriza por una fuerte impronta dogmática: las decisiones no surgen de la negociación democrática tradicional, sino de la aplicación estricta de un ideario centralizado en su figura. En el líder. En el emperador.

La política es el arte de lo posible.

Otto von Bismarck

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