La Justicia volvió a escribir historia con el fallo sobre CFK

Ayer por la mañana, la Corte Suprema de Justicia de la Nación sorprendió con un comunicado breve y contundente: a las 16.00 hs del mismo martes se expediría sobre la causa Vialidad, la misma que involucra a Cristina Fernández de Kirchner y por la que ya había sido condenada. La Corte era la última instancia posible para la ya condenada.

Por Martín Tula | martin.tula@portada.com.ar

Los tres magistrados -Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz- votaron a favor de mantener la condena: 6 años de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. En consecuencia, la posibilidad de que Cristina Cristina compita por el bastión de la tercera sección electoral en la Provincia de Buenos Aires quedó sepultada.

La CSJN ratificó la proscripción a Cristina Fernández de Kirchner

Querido lector: debo admitir -y quizás usted también lo haga mientras me lee- que era escéptico. Pensé que esto no iba a avanzar en un año electoral, conociendo cómo muchas veces la Justicia argentina juega con los tiempos de la política. No digo siempre, pero sí muchas veces: se vuelve lenta, casi estratégica.

Recordemos el caso Menem. Fue condenado por la causa de venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, iniciada en 1995 tras una investigación periodística. Recién fue condenado en 2001, y ese mismo año, 167 días después, fue sobreseído por la Corte, que consideró que los delitos cometidos por funcionarios de un gobierno no podían encuadrarse como asociación ilícita.

Otro ejemplo: Fernando de la Rúa. Fue presidente entre 1999 y 2001. Enfrentó un juicio oral por las coimas en el Senado y terminó absuelto en 2013 por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N.º 3.

Por eso digo que los tiempos de la Justicia no son rápidos ni cortos: son los tiempos de ellos. Y podemos suponer que, a veces, juegan para el poder. Es válido pensarlo. En esta Argentina donde la política se dirime tanto en un café como en un estudio de televisión, ya nada sorprende.

Lo importante es que ayer, se hizo justicia. Porque la Justicia decidió. Porque la pelea que iniciaron Carrió, Oliveto, Mariana Zuvic, Javier Iguacel y el periodismo -con Jorge Lanata como emblema- no fue en vano.

El grito de "¡Será Justicia!" se convirtió ayer en algo más fuerte: "Fue Justicia".

Cualquier bondi los deja bien

Esto es hoy La Libertad Avanza. Luego del fallo, el primero en salir fue el presidente Javier Milei, con su habitual tono desafiante, a hablarle -es una forma de decir- al "periodismo ensobrado", a los "mandriles" de la política. Exigió que ahora digan que no hubo acuerdos con Cristina.

Lo siguió Adorni, y detrás suyo, todo el séquito de oficialistas, desde los primeros libertarios hasta los nuevos advenedizos como Fargosi.

Milei no entiende -o peor, entiende demasiado bien- que si bien los acuerdos políticos pueden intentar influir, el Poder Judicial es independiente. O al menos, eso dice la Constitución. No es tan difícil de comprender, aunque para el Ejecutivo parece que sí.

Cuando se habla de acuerdos, uno de ellos fue la caída de la Ley de Ficha Limpia. Primero la bajaron mintiendo -le hicieron decir a Silvia Lospennato que la iban a mejorar- y pusieron a Fargosi y Petri como responsables. Luego convocaron una sesión sin los votos necesarios. Y por último, volvieron a convocar... pero tampoco juntaron los votos. ¿Torpeza o estrategia? Para mí, fue a propósito.

También están las listas llenas de massistas y kirchneristas desde 2021 para acá. Cada elección, más. El término "casta" ya no aplica. Están todos en el mismo espacio. El mismo espacio que, a mi entender, se está convirtiendo de a poco en un kirchnerismo 2.0.

Tampoco dijeron nada los ministros Cúneo Libarona ni Scioli sobre el hecho histórico de ayer. ¿Será porque Cúneo siempre consideró que esta causa era una persecución sin pruebas? ¿Será que Scioli teme que esto termine salpicando para todos lados... incluso para él?

El gobierno de Javier Milei no puede colgarse esta medalla. Esta medalla pertenece solo a quienes, desde hace años, y desde sus lugares, denunciaron y expusieron esta corrupción sistemática con olor a impunidad.

Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa.

Montesquieu - El espíritu de las leyes, 1748.