OPINIÓN

¿Por qué de nuevo al Fondo?

El autor, Carlos Almenara, advierte que el acuerdo con el Fondo Monetario no evita una devaluación que Caputo espera poder controlar y, seguramente, el destino del préstamo sea quemarlo en el mercado de cambios para sostener el precio del dólar.

Carlos Almenara
Carlos Almenara
Licenciado en Administración. Docente. Comunicador. Referente en Derechos Humanos

Como probablemente todos sabemos, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó un decreto para un nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional.

La pregunta por qué es clave y puede abordarse desde múltiples dimensiones

Desde la mirada de estrategia político-económica, el FMI es un aliado importante de las élites locales en la aplicación de un modelo de sociedad neoliberal, ultraindividualista, con la riqueza concentrada y un Estado débil dependiente de Occidente en general y de Estados Unidos en particular. Los sectores dominantes en el país que nunca se caracterizaron por defender el interés nacional (por decirlo con suavidad), y de ningún modo reniegan del Fondo. Es más, cuando existía un cierto pudor (que hoy parece perdido) lo utilizaban como excusa: "No es que ‘nosotros' queremos ajustar, reducir presupuesto para pensiones, salud, educación, es que el acuerdo con el Fondo nos exige...".

Desde la perspectiva táctica del rumbo de un hipotético plan económico de Milei, un acuerdo con el Fondo es indispensable para dar temporaria sobrevida a un régimen insustentable por agotamiento de dólares. Los funcionarios de Economía ponen empeño en bajar impuestos y aranceles a la importación, con un tipo de cambio sobrevaluado de lo que dan cuenta las interminables colas en la Aduana de gente yendo a comprar a Chile, eso sumado a reposicionamientos de carteras dando fin al "carry trade" para pasar a divisas han impulsado la demanda de dólares oficiales e "ilegales". Esta semana las reservas del BCRA disminuyeron más de U$S 1.000 Millones perforando hacia abajo los U$S 27.000 Millones en total, buena parte de ellas, indisponibles.

Es decir, se acabaron los dólares, y si eso pasa, por la regla de oferta y demanda, a más escasez más precio. Ello querría decir que el principal activo que pregona el gobierno, la disminución de la inflación, estallaría por el aire ante una devaluación. En la mirada táctica es, entonces, Fondo o devaluación y fogonazo inflacionario (o eventual híper). Posiblemente el acuerdo no evite una devaluación que Caputo se esperanza controlar. Pero si esto es así, y estamos convencidos que lo es, el destino del préstamo es quemarlo en el mercado de cambios para sostener el precio del dólar. Esto es claro para cualquier persona que lo analice aunque el gobierno mienta al respecto.

Desde la perspectiva política, con 37 diputados de La Libertad Avanza (menos alguna fuga) sobre 257, la pregunta a responder es cómo consiguió mayoría el gobierno para un DNU de endeudamiento que viola la Constitución, la Ley 27.612 y no dice un ápice sobre el monto, sus usos, su costo ni su plazo. Indudablemente el poder económico al que seduce un mundo imaginario, sin Estado, presiona a distintos bloques, formal o informalmente, para el apoyo. "No hay voto a favor, no hay plata, prensa, notas, etc., para la próxima campaña" es la extorsión implícita o explícita. La venalidad hace su parte: recordemos al senador Kueider, detenido en Paraguay con valijas de dólares después de votar a favor del gobierno.

 Finalmente, un clivaje sobre el que deberían reflexionar varias fuerzas políticas, esto es kirchnerismo/antikirchnerismo, peronismo/antiperonismo, que habilita cualquier recurso excepcional para combatirlo. Deberían plantearse que el dilema legislativo de cada fuerza la expone frente al espejo, y allí la imagen que aparece es la de un "Partido Único del Fondo Monetario".

Desde la perspectiva jurídica, la única manera de explicar un DNU flagrantemente ilegal es observar la Corte Suprema incursa en sinnúmero de delitos, y compuesta por cuatro miembros, tres de ellos nominados por decreto contra la Constitución.

Desde la perspectiva mediática y de opinión pública, se explica por el blindaje propagandístico que los medios concentrados han decidido otorgar al gobierno, a pesar de las simulaciones de las que participa el presidente.

A pesar de todo esto, los estudios de opinión reflejan la sabiduría popular argentina. Una gran mayoría tiene una pésima opinión de Fondo Monetario y se opone a la toma de nueva deuda. En este caso, la pregunta que se nos ocurre pertinente, es por qué esa mayoría social no tiene representación política en similar proporción.

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