Nota de Opinión de Emanuel Fugazzotto

DEBEMOS ACCIONAR, EL MOMENTO DE DESPERTAR ES HOY Vivimos tiempos complejos, sin lugar a dudas desde hace años para las generaciones más jóvenes de nuestro país conseguir empleos, organizar libremente nuestra vida y tener tiempo para proyectar lo que nos motiva se ha tornado un real desafío. Vivimos en un sistema que pide que con… Continúa leyendo Nota de Opinión de Emanuel Fugazzotto

DEBEMOS ACCIONAR, EL MOMENTO DE DESPERTAR ES HOY

Vivimos tiempos complejos, sin lugar a dudas desde hace años para las generaciones más jóvenes de nuestro país conseguir empleos, organizar libremente nuestra vida y tener tiempo para proyectar lo que nos motiva se ha tornado un real desafío. Vivimos en un sistema que pide que con dieciocho años acreditemos experiencia previa y muchas veces nos acostumbremos a condiciones de trabajo no adecuadas por la sola razón de ser jóvenes.

Esta realidad lleva a promover pensamientos que consideran emigrar a grandes urbes  o a otros países como la única solución a un problema que no debería existir si se planificara de otra manera. Es que la matrix en la que vivimos exige y demanda, impone y genera necesidades, que muchas veces, no son propias sino creadas para poder sostener la perversidad de un sistema que simplemente aleja y aumenta la brecha de desigualdad existente.

La concentración de la riqueza, es quizás, el resultado más evidente de esta realidad que se maximiza y se profundiza a partir de la pandemia del Covid-19.

Esta crisis global y sanitaria ha demostrado que el sistema es vulnerable y podríamos decir en un lenguaje simple que también saco la mugre de debajo de la alfombra. El modelo basado en el consumismo desmedido y un capitalismo voraz están depredando las oportunidades y los recursos de quienes aún no han nacido y condicionando la vida de quienes hoy transitamos este planeta.

Debo reconocer que esperaba que esta situación compleja, desconocida y que genero revuelos económicos llevara a reflexionar sobre la manera en que accionamos las políticas de desarrollo global y local, pero es evidente que no está pasando.

Latinoamerica continúa siendo víctima de un modelo que solo piensa en extraer y no en recomponer un vínculo fundamental con el planeta para garantizar el desarrollo, y nuestro país no está fuera de este escenario lamentable.

Los incendios que han sido noticia aunque no han sido dimensionados en su verdadera magnitud y el daño que producen a los ecosistemas afectados dejan evidenciado que siempre son los bosques, humedales y áreas nativas las que se queman, una especie de acción selectiva de donde se generan los incendios y donde no.

¿Podemos hacer algo? Si, El momento de accionar es ahora, el momento de revertir y de reconciliarnos con el planeta también. Necesitamos equilibrar la balanza, por eso es tan importante que las Leyes de condiciones mínimas en materia ambiental no se transformen en condiciones máximas, también es vital lograr una Ley que promueva la protección de nuestros humedales y, generar y hacer cumplir, aquellas que promuevan la economía social y responsable promoviendo el desarrollo local y la generación de empleos.

Como joven deseo y busco una salida al modelo del descarte, un  modelo que no solo descarta productos, sino también personas por diversos motivos que no son justificados y creo que solamente podemos lograrlo con un gran pacto eco-social. Un pacto que tiene que  motorizar un nuevo escenario de planificación estrategia a partir de la organización económica en armonía con la naturaleza y donde sea el trabajo y la conciencia colectiva la formadora de una cultura sostenible en el tiempo, que garantice realmente, al menos las mismas condiciones que generemos a quienes vengan detrás.

Ante estas situaciones la juventud tiene un rol fundamental, un rol político y social que requiere de responsabilidad individual pero por sobre todas las cosas compromiso colectivo en pos de poner en agenda los temas que nos deben ocupar y que sin ellos no podremos avanzar en discusiones coyunturales. Sanear los ecosistemas, replantear el modelo de industrialización y los acuerdos internacionales, promover las energías renovables, incentivar el consumo responsable y líneas de financiamiento para la creación de proyectos que tiendan a desarrollar emprendimientos con conciencia ambiental entre sus principios y que sean motor de la transformación al menos en nuestro país a un modelo económico más verde, sin dudas deberían ser, las cartas de coincidencia para la organización de la acción. En estos tiempos la participación activa y representativa de la juventud debe equilibrar la balanza en los espacios de decisión,  debemos más que nunca ser protagonistas de las decisiones que marcan el presente  y futuro de nuestro destino.

 

Emanuel Fugazzotto

Presidente del Partido Verde Mendoza

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