No todo es vendimia

Poca agenda teatral en meses como enero y febrero, con una Mendoza que explota de turismo local y foráneo.  Si bien Mendoza tiene mas patios cerveceros que expendedoras populares de vino, sigue siendo la provincia catalogada como tierra del buen sol (con protector solar) y del buen vino. Este ultimo sin dudas muy atractivo para… Continúa leyendo No todo es vendimia

Poca agenda teatral en meses como enero y febrero, con una Mendoza que explota de turismo local y foráneo. 

Si bien Mendoza tiene mas patios cerveceros que expendedoras populares de vino, sigue siendo la provincia catalogada como tierra del buen sol (con protector solar) y del buen vino. Este ultimo sin dudas muy atractivo para el turista que llega con intenciones claras de vaciar cada copa que contenga este liquido que te pone contento o nostálgico dado el caso.

Pero la intención de este texto no intenta analizar en si al vino como eje de temporada alta para el turismo, y cabe mencionar que el turismo no solo consume vino y bodegas, puesto que el deporte de alta montaña o los shoppings, y alguna que otra sala de cine, son también distractor y motivo de entretenimiento, no solo para turistas foráneos si no también para el turismo interno. En este ultimo nos detendremos para analizar que oportunidad de entretenimiento tiene una familia que no puede salir de la provincia ya sea por tema económico o sanitario.

El consumo de turismo interno pasa mayormente por los campings y casas de fin de semana que sean económicas y fácil de llegar, y si tiene pileta mejor aún. Pero a la hora de entretenimiento en sí, solo queda el cine como salida, el teatro una de las actividades por excelencia en Mendoza, dado que tiene un publico cautivo casi todo el año, menos los meses de enero y febrero, donde la provincia se detiene por completo al ritmo de la vendimia; y para nada criticable esta situación ya que da de comer a mucha gente afectada a tal evento ya de índole internacional, con déficit negativo dicho sea de paso, pero que posiciona y comunica a la provincia y su industria vitivinícola.

El tema pasa por la poca capacidad de muchos funcionarios sobre todo municipales, las salas de teatro están cerradas, aduciendo que su personal se encuentra de licencia, y pensando un poco esta situación es cierto, el personal es en su mayoría municipal, pero existe algo que quizás aun no llega a las oficinas de cultura de los municipios. AGENDA, una palabra que lo dice todo, planificar, innovar, mantener, incluir; y deben existir cien palabras mas a la hora de administrar salas de teatro donde la propuesta veraniega solo lo consume la fiesta provincial del teatro que contiene el Le Parc a fines de enero. Pero la idea de meses como enero y febrero con propuestas teatrales que entretengan a un turismo que cada vez es más local dado el contexto económico y sanitario, sirva y sea una actividad más a tan solo la vendimia.

La agotadora tarea de solicitar fechas en los teatros municipales, y tener como respuesta que estos están afectados a ensayos de ballet para vendimia o festivales es moneda corriente. Además de tener escaso personal, que, agotado por una agenda mal confeccionada terminan exhaustos de tanta actividad durante el año. Y es que todo cabe en la palabra mágica para los que nos gusta la producción, AGENDA.

Romper las estructuras de solo tener como norte la vendimia, no es fácil, pero si de a poco se planifica, se escuchan propuestas con tiempo y sobre todo querer tener cabezas abiertas, es probable que el contexto de entretenimiento de verano en Mendoza sea un poco más eso, un verano más entretenido y para todos.

 

Fernando Cascino.-

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