Las interminables caravanas invisibles

 El éxito no le sale al paso por suerte ni por casualidad. Esto se concibe, se prepara, se ejercita, y después  recién se realiza. Es decir el éxito depende de toda esa acción, de toda esa preparación, y de toda esa  organización, el éxito a nadie le sale al paso, no es obra de la… Continúa leyendo Las interminables caravanas invisibles

 El éxito no le sale al paso por suerte ni por casualidad. Esto se concibe, se prepara, se ejercita, y después  recién se realiza. Es decir el éxito depende de toda esa acción, de toda esa preparación, y de toda esa  organización, el éxito a nadie le sale al paso, no es obra de la casualidad, el éxito es obra de la previsión, de la  organización y la realización                                  Juan Domingo Perón

La pregunta de hoy podría ser ¿cuántas personas son suficientes como para que los medios lleven a la tapa, a la portada, esa postal?

Una lectura posible es que la decisión editorial de los medios, de modo deliberada, omite las manifestaciones populares cuando estas no responden (o les son contrarias) a sus intereses económicos que, definitivamente, son políticos. Y en el sistema de democracias liberales, esto no sorprende ni inquieta a alguien. Es así. Aquí, en los países desarrollados y en los que se caen del Globo de tanta pobreza

Ocurrió el 18 de Octubre de 1945 y hoy,  75 años después, los cambios son minúsculos.

Sonaré redundante. Jünger Habermas, uno de los teóricos más lúcidos e importantes del siglo XX definía a los medios y a los multi medios como ?partidos políticos inorgánicos?. Resumiendo, la pretensión es idéntica. Contar con la aprobación de una masa crítica suficiente. Mantener esa relación en el tiempo. Establecer un vínculo de confianza capaz de que ese público (Pueblo) se sienta representado (por el discurso y el decurso de los hechos).

Cuando quienes ocupan lugares de privilegio en esa representación (escaños en los congresos, rating en los medios electrónicos, circulación en los gráficos) pierden contacto y no interpretan las necesidades, la avidez o acaso los deseos de sus representados, la separación será inevitable aunque no necesariamente irreversible.

La disminución de encendidos de la televisión abierta, la caída en los tirajes de los medios gráficos y las pérdidas de audiencia en las emisoras, obedece a varios factores, pero el principal, mal que nos pese, es la incapacidad de atraer, persuadir y contener a los públicos (Pueblo), exactamente lo que ocurre con los partidos políticos. Y la aparición del ?persona a persona? de las redes sociales es acaso un placebo, ya que son las multinacionales que dominan los algoritmos y a partir de ahí deciden por nosotros, con quienes nos contactaremos y quienes se comunicarán con nosotros, creando una sensación de dominio individual que no es tal.

Ayer, la celebración de los 75 años del hito que aparece como fundacional del Peronismo, atravesó todas esas rutas en el mapa actual.

La pretensión de hacer un encuentro virtual multitudinario, para no desafiar los riesgos de la Pandemia que nos afecta y a la vez, para acentuar la crítica a los opositores que llevan varias marchas ?anti? sin los recaudos sanitarios, no consiguió el propósito tal como se lo había pensado.

Según la información que proporcionaron las autoridades responsables de las transmisiones, fue saboteado el sistema. Los servidores no dieron abasto.

Carecemos ?como la mayoría- de la capacidad para aseverar que esto fue así. Y suponemos que en realidad es muy difícil administrar simultáneamente tantos millones de leales navegadores en un mismo momento.  Saboteado o no, consta que millones de LEALES quisieron participar y no lo lograron. Hubo que acudir a las alternativas en you tube y facebook. O sea, el acto Peronista requirió de los servicios de los gigantes informáticos ?casualmente todos de capitales estadounidenses- para concretar el encuentro.

Como en aquél 17 de octubre, se conocía de antemano que habría una manifestación, pero pocos dimensionaron la magnitud de la misma. Ayer ocurrió también eso, y especialmente en Mendoza.

Pocos medios dieron cuenta de la proporción de vehículos que se agruparon en la ciudad capital. Y en directo podemos resaltar que sólo fue el diario ? sitio digital EL OTRO-  quien daba cuenta de la interminable caravana que ingresaba a Mendoza para exhibir el caudal de vehículos que a paso lento, bocina, marcha peronista versión Hugo del Carril  y banderas, ganaba las avenidas y calles céntricas.

Por más nutridas y numerosas que sean estas manifestaciones, ninguna revela con números precisos cuál será la decisión de los ciudadanos en el momento neurálgico de manifestarse, nos referimos a las elecciones, pero sí ponen de relieve algo que tanto medios como representantes políticos deberían anotar: la desproporción que existe entre estas movilizaciones y las conductas, testimonios y acciones de esos representantes de la ?política? y los que deberían (deberíamos) reflejarla fielmente, los medios.

En menos de un año, tres movilizaciones inorgánicas (en relación a la estructuración de la política en término institucionales) han superado cualquier cálculo previo. La primera fue la que sumó más adeptos, la que se oponía a la modificación de la ley 7722, ley que impide el uso de substancias para la explotación minera a gran escala; la segunda fue en contra de la intención del Ejecutivo provincial para modificar con alguna urgencia la ley de Educación, y ayer, no respondía a un hecho de carácter instrumental pero sí y de enorme importancia, a un acto de fuerte expresión simbólica.

Las tres movilizaciones ?omitimos las marchas anti gobierno nacional no por despreciar la movilización sino por la escasez representativa y la variedad confusa de reclamos- decíamos las tres movilizaciones que podríamos resumir como: agua, educación y lealtad, se escapan al dominio de la dirigencia.

La primera (del agua) desafió a los dos partidos mayoritarios, aunque la oposición tuvo un quiebre interno significativo, pero que tampoco alcanzó a interpretar a esa movilización. La de Educación, sí podemos asignarla de modo más rotundo en contra del Poder oficial provincial actual, y la de ayer, en absoluto con una carga negativa, sino con una decisión de consolidar uno de los pilares discursivos del peronismo, que como sabemos, en Mendoza, viene perdiendo elecciones desde 2013, y no se vislumbra en lo legislativo (tanto en el orden de la legislatura provincial como en la representación de Mendoza en el Congreso de la Nación) que alguien pueda concentrar el poder de liderar a las decenas de miles que ayer ofrecieron un mensaje de Lealtad a ese movimiento.

Sobre la gran dispersión que aumenta la fragmentación comunicativa, no podemos responsabilizar a las propias redes , a los gigantes informáticos sino a la propia ni a la propia ausencia (abandono) de los Medios locales en cubrir la movilización

En cuanto a los sujetos políticos (simpatizantes, adherentes, afiliados) que se movilizaron y manifestaron ayer sabemos que se aglutinaron sólo bajo la consigna de la Lealtad a sus pensares y sentires, a sus razones y principalmente a su emociones como peronistas, de ninguna manera aglutinados por algún dirigente o espacio que los represente y conduzca. Tanto así que cada cual conducía su propia marcha.

Lo de ayer podría servir como metáfora del devenir político vernáculo. Desde distintos caminos y barrios, se congregaron al menos por unas horas, mujeres y varones, sin una intención de reclamo sectorial, carentes de una propuesta unívoca y de una protesta común. Ayer, desafiando el cruel axioma de Borges, no se unieron por el espanto sino por el amor, lástima que faltó tanta gente de a pie, y lamentable que la dirigencia, de todos los sectores, no sepa proponer una meta común que imite a esa manifestación espontánea, despojándose de mezquindades y vanidades que nos han conducido hasta aquí, hasta esta Mendoza con veleidades de separación, pero sometida a la mendicidad aunque lo oculte desde su mendacidad.

Una consideración destinada a dirigentes de todos los sectores. Sepan que en portada.com.ar hay un lugar para sus expresiones y, miren hacia los dos lados, que vienen muchos autos.

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