La Argentina completa, gana por puntos

Fugaz recorrido por nuestra novel democracia Exactamente hace 34 años en la Argentina hiperinflacionaria se realizaba la elección que sustituiría en la Casa Rosada a Raúl Alfonsín. Ni propios ni ajenos se atreven a recordar esta fecha con demasiado énfasis. Las controversias surgieron a poco de ser ungido como Presidente Carlos Menem. Debió anticiparse el… Continúa leyendo La Argentina completa, gana por puntos

Fugaz recorrido por nuestra novel democracia

Exactamente hace 34 años en la Argentina hiperinflacionaria se realizaba la elección que sustituiría en la Casa Rosada a Raúl Alfonsín.

Ni propios ni ajenos se atreven a recordar esta fecha con demasiado énfasis. Las controversias surgieron a poco de ser ungido como Presidente Carlos Menem.

Debió anticiparse el traspaso de mando ya que desde Mayo de 1989 a diciembre de ese mismo año no había meses de distancia sino un caos inmanejable, una economía desmadrada y una atmósfera que amenazaba la continuidad democrática.

Demasiado pronto el riojano se aporteñó, acicaló sus frondosas patillas, abandonó su atuendo que emulaba al caudillo federal Facundo Quiroga y aplicó las políticas que ninguno de sus votantes hubiese esperado ni preferido y que la doctrina del partido que lo había llevado como candidato combatía.

Ese 14 de mayo de 1989 había superado con contundencia a su rival, Eduardo Angeloz .en aquellas elecciones generales, pero antes, le había ganado las internas a una de las figuras más interesantes del peronismo, Antonio Cafiero. Luego llegaría la reforma constitucional,tras el famoso «pacto de Olivos» entre Menem y Alfonsín, lo que lo habilitaría para ser re elegido en 1995, con más votos que en la primera, pero esta vez, por razones bien distintas.

Imposible sintetizar estos 44 años en algunas líneas, sólo quisimos traer a la memoria algunos acontecimientos que, aunque quisiéramos esconder, la historia se encarga de conservarlas en su memoria inalterada.

Este domingo, ya en el tercer milenio, hubo elecciones en tres de las 23 provincias de la Argentina. Debió haber elecciones en cinco provincias, pero la fragilidad institucional y la perversión mediática avalando la imposición del poder judicial, lograron frenar las elecciones para Gobernador en Tucumán y en San Juan.

Los dos Estados provinciales acataron sendas medidas cautelares. Una demostración flagrante de quien es quien.
Los histriónicos defensores de los mecanismos republicanos se arrogan públicamente haber «frenado las elecciones», dato que anticipa la derrota de los denunciantes, más allá de quienes serán ahora los candidatos de los oficialismos de Tucumán y de San Juan.

Aquellos que optan por utilizar la metáfora del vaso medio lleno y medio vacío, están de parabienes.
Las tres provincias que aún siguen contabilizando votos para dar precisión, ya tienen Gobernador pero no podríamos decir ni nuevo ni flamante.

Tierra del Fuego, la más austral del Mundo, la más grande de la Argentina (comando las Islas Malvinas, Archipiélagos del Atlántico Sur y Antártida), consagró nuevamente a Gustavo Melella. Quien viene gobernando Tierra del Fuego desde 2019

La Pampa. Esta provincia que, si en verdad fuésemos afectos a las instituciones republicanas y democráticas, debería llamarse Eva Perón, también celebró elecciones este 14 de mayo de 2023 y su actual gobernador en ejercicio es el Gobernador electo, por la mayoría de los pampeanos.

Salta. Esta provincia del NorOeste argentino, también optó por prolongar el mandato del Gobernador Gustavo Saenz, hombre ligado políticamente al ministro de economía de la Nación, Sergio Massa.

Los resultados, aunque provisorios, son definitivos. Ante estos resultados resulta inexorable examinar qué es lo que ocurre en la Argentina para que un organismo como la Corte Suprema de Justicia de la Nación, incompleta, haya obrado de tal modo que les impidió a los tucucmanos y a los sanjuaninos elegir.

Las razones expuestas por referentes de la coalición del PRO, la UCR y la C.Cívica seguramente son atendibles. Las reelecciones indefinidas lleva de título.

La eternización en el poder de algunas figuras, para un sector muy importante de los demócratas en el mundo, es un riesgo inminente. En el caso de estas dos provincias, además de estar muy lejos de ese riesgo, las propias autoridades judiciales de ambas provincias, ya se habían expedido y habían habilitado a los postulantes.

Pelea de fondo

Aunque la Argentina no es un cuadrilátero y los protagonistas tampoco púgiles, sería conveniente que no confundamos las riñas preliminares con el verdadero combate.

Los resultados de estas 3 elecciones, y también podríamos sumar a las anteriores de Jujuy, La Rioja, Río Negro, Neuquén, ponen en relieve que cada Provincia, cada localidad, cuenta con la suficiente potestad y autonomía como para tomar la decisión que considera oportuna y mejor, sin violar leyes, normas y en defensa propia. O sea, la campana es propiedad de los pueblos.

Que tres ministros de la Corte Suprema, tres personas de ética esquiva, aborten procesos eleccionarios es un verdadero atentado institucional y una herida a la democracia. El auspicio que esta usurpación federal tuvo de los medios autodesignados «nacionales» debería servir para abrir no sólo los ojos sino todos los sentidos.

Aunque suene redundante, hay un problema radical (de raíz) jamás subsanado y responde a que, más allá de los resultados de batallas y colores, la Argentina de facto es unitaria y etnoporteña.

Hoy vuelve a consagrarse que desde la Capital Federal miran con un monóculo y empañado.
Los resultados del 47.46 para Saenz en Salta; 48,13 para Zilliotto de La Pampa y más del 53% para Melella de Tierra del Fuego, si no es un síntoma es una insinuación que las imposiciones, las invenciones de emergentes políticos espectaculares, tienen un escaso alcance, aunque el daño que causan es enorme.

Al pesar de la minúscula Corte Suprema de Justicia de la Nación, de la usurpación y la irreverencia con la Democracia, las ciudadanas y los ciudadanos, no fallan

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