Grandes obras y mezquindad política.

Tiempo de elecciones
La elección para cortar cinta puede tener varias lecturas. Que la obra está situada en el departamento Lavalle, comandado por uno de los dirigentes peronistas con mayor consenso. La magnitud de la inversión, más de 3 mil doscientos millones de pesos. Que la obra beneficia al 15% de la población de la provincia, Planta Depuradora, eufemismo para mencionar que esta tremenda obra por lo grande y tecnificada, es la que convierte los deshechos de más de 300 mil humanos en algo posible, inclusive, para hidratar a más de 4 mil hectáreas de cultivos) o acaso para mostrar, tal como el presidente dijo en su breve discurso, que la Argentina necesita una mirada federal, ya que el país se resume en la misteriosa Buenos Aires, la Argentina es tan amplia y vasta como compleja.

Tarde pero seguro
El acto, convocado para las 11.30, se consagró después de la hora 13. Llegaron al lugar los intendentes -afines- Emir Feliz, de San Rafael, Martín Aveiro, de Tunuyán; de La Paz Fernando Ubieta, de Maipú Matías Stevanato y Roberto Righi, intendente anfitrión. Se sumaron dirigentes de distintos sectores además de militantes de varios sectores, el mas bullicioso, Barrios de Pie.

Dieron el presente Guillermo Carmona, Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, el presidente del INV y único pre candidato a gobernador por el Frente de Todos, Martín Hinojosa, acompañádo por José Luis Alvarez, ex superintendente general de Irrigación y especialista en temas hídricos, los senadores Gerardo Vaquer, de Lavalle y Rafael Moyano de Guaymallén, el diputado José Luis Ramón, la ex senadora y reconocida dirigente feminista, de Maipú, Fernanda Lacoste: Guillermo Amstutz, delegado de Vialidad Nacional, uno de los más puntuales; Guillermo Elizalde, titular del ENACOM en Mendoza. También reconocibles hombres del peronismo local -y sí, muchos más hombres que mujeres, de modo inocultable- Pablo Tornello, también lavallino, Reinaldo Laugero, concejal, Sergio Mastrapasqua, dirigente gremial empresario, el ex legislador ferroviario, Carlos Sosa, el diputado e intendente Rubén Miranda entre otros muchos.

Discursos en clave de sol
Para que la obra se pudiese ver en su real dimensión, montaron la mesa oficial al lado de los piletones de tratamiento de aguas. A la intemperie, claro. La temperatura a la sombra era de 33 grados Celcius, difícil comprobarla, porque precisamente en El Paramillo el sol no es de utilería y pocos fueron los precavidos en llevar su sombrero o alguna protección. La provisión de agua mitigó la inclemencia solar y los discursos, más aún. Quizá para compensar tanta calentura,el tenor de los discursos jamás elevó los decibeles, e inclusive,hizo descender la marca térmica de la política provincial.

A la falta de vegetación y agua, el gran desplante
La mesa quedó conformada por el Presidente de la Nación, Alberto Fernández a su izquierda el intendente del lugar Roberto Righi, a su derecha el ministro de Obras Públicas de la Nación Gabriel Katoodis y en los extremos, por Aysam, la única mujer Marcela Franks y en el otro extremo Mario Isgró, ministro de obras de la provincia.
Aquél llamado familiar típico de «todos a la mesa» quedó inconcluso. A pesar de que se estaba inaugurando una obra inmensa, que favorecerá a más de 300 mil, entre mendocinas y mendocinos, el gobernador de Mendoza cumplió su anuncio de no asistir. Inédito.

Grietas y chicanas, no mucho más
Aunque digan que no, sorprendió. Buscamos en archivos y al menos, en los últimos 39 años, en que recuperamos al sistema democrático, esta ha sido la primera vez que un Gobernador de la provincia no asiste a un Acto inaugural de un Presidente en ejercicio, en su propia provincia.
El desierto está sobre abundado de grietas, pero la de este 18 de enero quedará registrada en la historia política de Mendoza. El motivo esgrimido por el Gobernador Rodolfo Suárez, es en rebeldía por el laudo que el presidente actual decidió y que en definitiva repitió la decisión del anterior presidente, aquella vez sin protesto, datos ya dimos cuenta en nota anterior https://portada.com.ar/el-presidente-alberto-fernandez-y-su-ministro-gabriel-katopodis-visitan-mendoza-con-obras/

Desdramatizar o banalizar la política, opciones siempre hay
Las alocuaciones comenzaron, como de rigor, con el anfitrión. Roberto Righi enfatizó en la cantidad de obras que, gracias a los aportes del gobierno nacional, se vienen llevando a cabo y destacó la relación (institucional) con el ministro provincial Mario Isgro y con la cartera de Gabriel Katopodis. Seguido, el ministro de Obras Públicas de la Nación, con un tono de extrema moderación destacó la importancia de la continuidad  y rescate de obras importantes, sin detenerse en críticas por el abandono que en la gestión de Macri hubo por la obra pública. Llegó el momento en el que Alberto Fernández dijese lo suyo. Comenzó -como se pudo escuchar- destacando la cantidad de obras que se vienen llevando a cabo en su gestión. Dos obras y media por día. Repasó raudamente lo inaugurado en Mendoza y arriesgó que la inversión es casi de 100 mil millones de pesos. Aclaró que su visita era en carácter de mandatario, o sea, para servir el Pueblo y organizar los recursos. Una tímida mención al reclamo porteño -que cuenta con el enorme apoyo de una corte suprema incompleta- y al referirse al gobernador de Mendoza, apenas dijo que consideraba un «error» de Rody ( modo cariñoso e indulgente) haber evitado el encuentro. Su arenga concluyó con una arenga que suena a síncopa. Llamó a evitar gritos, a morigerar diferencias, a una construcción armónica, en simultáneo, pero a través de Twitter, el senador nacional más influyente de la política mendocina, felicitaba al gobernador Suarez por su faltazo. Difícil compatibilizar.

También faltó el ciervo ahumado
La divergencia discursiva es notoria. La hostilidad y el desprecio de algunos sectores para con los otros no es sólo patrimonio de la actual gestión provincial. La gestualidad interna tanto en la alianza Juntos por el Cambio como en el Frente de Todos aparece a diario. La beligerancia suspendida, como en el caso de este acto, puede ser elogiable siempre que haya resultados que favorezcan a todas y a todos, sino es apenas un cesión más en favor de quienes exaltan sus quejan por discriminados y luego apoyan a los discriminadores. Y como dato de color, podemos aportar uno, que puede señálar alguna distancia no sólo de cotillón sino metodológica y convengamos, ideológica.

Mientras el municipio de Guaymallén destina 65 millones de pesos para canapés y agasajos, incluidos menús con ciervo ahumado, en este acto inaugural sólo hubo agua, discursos amables, gazebos escasos y un sol impiadoso. Quizá por eso sea tiempo de que toda la dirigencia de Mendoza se ponga colorada, algunos por la exposición otros porque prefieren permanecer escondidos.