ENOTURISMO

Un vino que también se piensa: Mendoza impulsa su primer Observatorio del Turismo Enológico

En una tierra donde el vino es más que una bebida -es cultura, trabajo, ritual e identidad-, empezar a contarlo con precisión puede ser un acto tan transformador como una buena vendimia.

Adrián Characán
Adrián Characán

En Mendoza, las estadísticas no se beben, pero se cultivan. Y en una tierra donde el vino es más que una bebida -es cultura, trabajo, ritual e identidad-, empezar a contarlo con precisión puede ser un acto tan transformador como una buena vendimia.

Este martes, en La Enoteca -uno de esos espacios donde la historia del vino respira con paredes propias- se firmó un acuerdo que busca mirar al enoturismo con más lupa, menos intuición, y mucha más estrategia. La presidenta del Ente Mendoza Turismo, Gabriela Testa, y el titular de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), Mario González, sellaron el compromiso de crear el Observatorio Estadístico del Turismo del Vino.

Un vino que también se piensa: Mendoza impulsa su primer Observatorio del Turismo Enológico

No es un nombre marketinero. Es una herramienta necesaria. Porque no alcanza con decir que Mendoza recibe turistas por sus vinos. Hay que saber quiénes son, qué buscan, a dónde van, qué experiencias eligen y por qué algunas bodegas desbordan de visitas mientras otras apenas sostienen su cartel de "abierto".

Un vino que también se piensa: Mendoza impulsa su primer Observatorio del Turismo Enológico

El vino se cuenta... con números y con personas

En la Argentina hay más de 375 bodegas abiertas al turismo. Más del 70% del vino nacional nace en Mendoza, que también concentra casi la mitad de esos emprendimientos turísticos. Pero no todas viven el mismo destino. Algunas encuentran en el turismo una segunda vendimia. Otras, apenas un sueño con gusto a deuda.

Por eso, como dijo Gabriela Testa, "el turismo del vino es un ícono, pero necesita herramientas para mejorar". Y esas herramientas son información. Información que ayude a planificar, a invertir, a sostener.

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Mario González fue más allá: "El turismo del vino puede cambiarle la vida a un productor o a una bodega pequeña". Y no exagera. Un contingente de visitantes puede salvar una temporada floja. Un sommellier que recomienda, una historia bien contada, una foto en redes. Todo eso también es parte del negocio. Pero sólo si se entiende y se mide.

Una mirada federal desde Mendoza

El acuerdo no se queda en lo local. La idea es que Mendoza sea el centro de referencia, pero que las mediciones se repliquen en otras provincias con bodegas abiertas al público: Salta, San JuanRío NegroNeuquénCórdobaLa Rioja, entre otras. Un país vitivinícola que quiere ser también turístico y sostenible.

Este año, Mendoza será sede del IV Encuentro Nacional de Enoturismo. No es un dato menor: el eje central será la sostenibilidad. Ya no alcanza con abrir una bodega para visitas; hoy hay que pensar en el impacto ambiental, en la experiencia cultural, en el respeto por las comunidades que rodean la finca.

El turismo del vino no es sólo una postal linda. Es empleo. Es identidad. Es política pública. Y es futuro.

Un vino que también se piensa: Mendoza impulsa su primer Observatorio del Turismo Enológico

Una alianza necesaria en tiempos difíciles

En medio de una Argentina atravesada por incertidumbres, donde muchas políticas públicas tambalean y la inversión privada se retrae, que COVIAR y el EMETUR avancen en esta alianza es también una señal. De que el sector privado y el Estado pueden pensar juntos. De que se puede trabajar con datos, sin improvisaciones. De que las pasiones -como el vino- también pueden tener cabeza fría.

Mendoza, otra vez, muestra el camino. Porque si hay algo que el vino enseña es que nada se logra de un día para otro. Hace falta plantar, cuidar, esperar. Y ahora también, medir.

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