Autos medianos en extinción, aparecen los autos de Elon Musk
El auto mediano, ese que alguna vez fue el caballito de batalla de la clase media, está desapareciendo del mapa. En medio de este panorama, la noticia que sacudió al sector fue la llegada de una Tesla Cybertruck al país. Sí, la camioneta de Elon Musk.
La industria automotriz argentina está en plena transformación, pero no en el sentido que muchos desearían. Las terminales locales vienen recortando producción, algunas incluso paralizándola, y la tendencia es clara: las automotrices están apostando por autos compactos o vehículos de alta gama, mientras que el auto mediano, ese que alguna vez fue el caballito de batalla de la clase media, está desapareciendo del mapa.
El caso más emblemático es el Chevrolet Cruze. Fabricado en Santa Fe, fue uno de los últimos medianos nacionales, pero en diciembre de 2023 General Motors decidió discontinuarlo. ¿El motivo? Bajaron las ventas en favor de los SUV y ya no resultaba rentable producirlo. Lo mismo ocurrió con otros modelos en los últimos años: la oferta de sedanes y hatchbacks medianos se achicó drásticamente, en un reflejo del cambio de hábitos de los consumidores... o de las posibilidades económicas que quedan en pie.
Un Tesla en la Argentina: lujo para pocos
En medio de este panorama, la noticia que sacudió al sector fue la llegada de una Tesla Cybertruck al país. Sí, la camioneta de Elon Musk fue vista en la terminal de Dock Sud, marcando su primera aparición en suelo argentino. La pick-up eléctrica, con su diseño futurista y su carrocería de acero inoxidable, no solo es un ícono tecnológico, sino también un símbolo de la nueva segmentación del mercado: mientras la mayoría hace malabares para comprar un auto usado, un grupo reducido puede darse el lujo de importar una máquina que, con impuestos y costos de nacionalización, podría haber costado más de 200.000 dólares.
En Estados Unidos, la Cybertruck tiene un precio que arranca en los 60.990 dólares y llega hasta los 101.000 dólares en su versión tope de gama. Pero traerla a la Argentina no es un trámite sencillo. Tesla no opera oficialmente en el país, por lo que la importación se hizo de forma particular, pagando todos los costos extra que eso implica: aranceles, transporte, homologación...
Mientras tanto, la economía sigue en su espiral descendente y el impacto se nota en el mercado automotor. Cada vez más personas se ven obligadas a vender sus autos para cubrir gastos, el mercado de usados crece y la caída del poder adquisitivo deja en claro que la brecha es cada vez más grande: de un lado, quienes apenas pueden mantener su vehículo; del otro, los que traen Teslas como si fueran modelos de producción local.
El auto mediano desaparece, la clase media se achica, y los vehículos de Elon Musk aparecen en Argentina. Una postal de los tiempos que corren.