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Terremoto en Mendoza: cuarenta años no es nada

Hoy se cumplen 40 años del último terremoto sufrido en Mendoza. Una noche extraña. Un sonido inexplicable. Las dudas sobre un fenómeno no natural

Terremoto en Mendoza: 40 años no es nada. En los primeros minutos de una noche calurosa y con un cielo muy estrellado,  el 26 de enero de 1985, se sacudió la Tierra. Un recordatorio de la vulnerabilidad y la resiliencia

Grietas y fatalidad

El 26 de enero de 1985, a los seis minutos de ese nuevo día (noche) un terremoto de magnitud 6,3 en la escala de Richter sacudió la provincia de Mendoza, dejando un saldo de seis víctimas fatales y alrededor de 230 heridos

Aspectos intrigantes

Esa noche, cálida y como la mayoría de las noches estivales de Mendoza, no corría viento y el cielo mostraba las estrellas sin nubes que se interpusieran. Terminaba el viernes y apenas a los seis minutos de esa noche iluminada, muchas personas escucharon una tremenda explosión. Se cayeron vasos de los aparadores; las cortinas se agitaron inexplicablemente. Hubo quienes testimoniaron ver una luz enorme e intensa en la precordillera. Se especuló, entre las leyendas, con la caída de un misil. Habían transcurrido menos de 3 años desde la Guerra de Malvinas. Todo concluyó en que se trató de un Terremoto, breve, seco, rotundo

¿Lo sentiste?

 El epicentro se localizó en las cercanías de la localidad de Ugarteche, en el departamento de Luján de Cuyo, a una profundidad de aproximadamente 15 kilómetros, según informaron los sismólogos. La explicación es sobre un acomodamiento en las placas de Barrancas, en las márgenes del Río Mendoza.  Este evento marcó un capítulo significativo en la historia sísmica de Argentina, no solo por sus consecuencias inmediatas sino también por las lecciones aprendidas en términos de prevención y mitigación.

Relevamiento de daños

El terremoto causó severos daños materiales. Se estima que alrededor de 15.000 viviendas fueron afectadas, de las cuales unas 2.000 quedaron totalmente destruidas. Los departamentos más perjudicados fueron Godoy Cruz, Luján de Cuyo, Maipú y Las Heras. Edificios públicos también sufrieron importantes averías, entre ellos varias escuelas y hospitales.

Uno de los edificios simbólicos que sufrió daños significativos fue el Teatro Independencia, ubicado en el centro de Mendoza. Aunque no colapsó, las grietas en su estructura revelaron la necesidad urgente de reparaciones y refuerzos. También se registraron desperfectos en iglesias históricas, lo que resaltó la vulnerabilidad de las construcciones más antiguas ante eventos de esta magnitud. El viejo Hospital El Carmen sufrió deterioros irreparables

Daños colaterales

Por primera vez, las autoridades del momento, con el doctor Santiago Felipe Llaver como gobernador, decidieron no realizar la Fiesta Nacional de la Vendimia. El dato político más significativo fue que, habían transcurrido apenas 14 meses de Democracia, después de la tragedia que provocó la dictadura, y el presidente de la Nación, que en Mendoza como en algunas otras provincias, había recogido más votos y simpatías que el peronismo y mucho más que los conservadores del partido demócrata, sin embargo, no visitó la provincia de Mendoza luego del terremoto, algo impensado para un mandatario sensible y federal. 

Sin techo

Unas 10.000 familias quedaron sin hogar, lo que puso a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades y de toda la sociedad mendocina. Se habilitaron refugios temporales y se implementaron operativos de distribución de alimentos, agua y asistencia médica. También se improvisaron barrios con precaria asistencia que luego terminaron siendo enormes villas inestable, como fue "La Tablita" en Godoy Cruz

Comparación con el terremoto de 1861

El terremoto de 1985, aunque devastador, fue considerablemente menos letal que el ocurrido en Mendoza el 20 de marzo de 1861. Este último, con una magnitud estimada de 7,2, es considerado el terremoto más destructivo en la historia de Argentina. En aquel entonces, la ciudad de Mendoza fue prácticamente arrasada, y más de 4.300 personas perdieron la vida, una cifra alarmante para una población mucho menor que la actual. La ausencia de normas constructivas y sistemas de emergencia exacerbó la tragedia de 1861.

La principal diferencia entre ambos eventos radica en los avances en infraestructura y en las reglamentaciones para la construcción sismo reistente. Para 1985, la implementación de códigos de construcción más estrictos y una mayor comprensión de los riesgos sísmicos contribuyeron a reducir el número de víctimas fatales, aunque el impacto material y social continuó siendo significativo.

Escalas de medición: Richter vs Mercalli

La magnitud de 6,3 reportada en 1985 se mide en la escala de Richter, que cuantifica la energía liberada por el sismo. En contraste, la escala de Mercalli evalúa la intensidad del terremoto en función de sus efectos observables en personas, estructuras y el terreno. El terremoto de Mendoza de 1985 alcanzó una intensidad VII-VIII en la escala de Mercalli, lo que indica daños considerables en edificios mal construidos y pánico generalizado entre la población.

Cómo y por qué ocurren los terremotos

Los terremotos son el resultado de la liberación súbita de energía acumulada en las placas tectónicas. En el caso de Mendoza, la región se encuentra cerca de la zona de subducción entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana, donde las tensiones tectónicas generan frecuentes movimientos telúricos. La profundidad y la ubicación del hipocentro influyen directamente en la magnitud del daño.

Avances en detección sísmica

En las últimas décadas, los avances tecnológicos han permitido mejorar los sistemas de monitoreo y detección temprana de terremotos. Redes de sismógrafos de alta sensibilidad y sistemas de alerta temprana, como los implementados en países como Japón y Chile, son capaces de enviar avisos segundos antes de que las ondas sísmicas lleguen a las zonas pobladas. Aunque estas alertas no previenen los terremotos, brindan un tiempo valioso para que las personas busquen refugio.

Consejos prácticos ante un terremoto

  1. Identifique zonas seguras en su hogar o lugar de trabajo, como debajo de mesas resistentes.
  2. Almacene un kit de emergencia con agua, alimentos no perecederos, linternas y botiquín.
  3. Participe en simulacros de evacuación y conozca las rutas seguras.
  4. Durante un sismo, proteja su cabeza y cuello y aléjese de ventanas y objetos que puedan caer.

El terremoto más letal de la historia

El terremoto más mortífero registrado ocurrió el 23 de enero de 1556 en Shaanxi, China. Con una magnitud estimada de 8,0, se cobró la vida de aproximadamente 830.000 personas. Este evento destaca la importancia de la preparación y la resiliencia ante desastres naturales.

El terremoto de Mendoza de 1985 es un recordatorio de la importancia de la prevención y la educación sísmica para mitigar los impactos de futuros eventos. La naturaleza impredecible de estos fenómenos nos desafía a ser una sociedad más preparada y resiliente.

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