¿Puedo comer carne durante Semana Santa? La verdad sobre una práctica que muchos limitan al Viernes Santo

La cristiandad se encuentra en un momento de profunda reflexión de cara a la celebración de Semana Santa, época central del año en la que se concentran los días más más importantes desde el punto de vista espiritual. Luego de los rituales propios del Domingo de Ramos, los fieles aguardan la llegada tanto del Jueves como del Viernes Santo para participar de oficios religiosos y unirse en oración al resto de la feligresía.

Así, con la llegada de una nueva semana santa resurge una serie de interrogantes sobre prácticas más bien culturales que suelen confundirse con creencias o dogmas de la fe. Tal es el caso de la ingesta de carne especialmente el Viernes Santo, una restricción que es vivida con devoción pero que tiene un fuerte arraigo cultural y que se transmite de generación en generación aun desconociendo su origen.

¿Qué se celebra el Viernes Santo?

La palabra "celebrar" no sería la correcta al hablar de Viernes Santo, sino más bien conmemorar. El Viernes Santo es uno de las jornadas más importantes desde el punto de vista religioso para los cristianos de todo el mundo, en especial los católicos ya que recuerda la Pasión de Cristo.

La Pasión de Cristo es el sufrimiento que atravesó Jesús desde su arresto hasta su crucifixión y muerte, atravesando distintos momentos icónicos como el juicio de Poncio Pilatos, la flagelación y el Vía Crucis. Este día, la Iglesia católica manda a sus fieles, como penitencia, a guardar ayuno y abstinencia de carne. Tampoco se celebra la eucaristía, sino la liturgia de la Pasión del Señor.

¿Por qué no se come carne el Viernes Santo?

Si bien la práctica de abstinencia de carne durante Semana Santa fue acortándose paulatinamente y en la actualidad está casi restringida solo al viernes de dicha semana, muchos fieles la siguen al pie de la letra a pesar de que se desconozca el motivo de su práctica.

Según el portal AS, el origen de ayunar y de no comer carne durante estos días es una acción de penitencia que se remonta al siglo II y tiene un sentido de purificación entre los cristianos en un intento por recordar el ayuno de 40 días que realizó Jesús previo a transitar los misterios más dolorosos de su vida (Última Cena, Pasión, Muerte y Resurrección).

Yendo hacia lo concreto sobre los motivos de abstenerse de carnes rojas, hay dos explicaciones posibles: por un lado, el cristianismo antiguo vinculaba la carne roja a os pecados como la lujuria y la ostentación debido a que era una suerte de bien al que accedían las personas con riqueza. Ante esto, se optaba por rechazar la carne como gesto de abstinencia a lo mundano y pecaminoso.

La segunda explicación posible es que tanto en la fe como en la cultura cristiana la "carne" es una simbología que remite al cuerpo de Cristo durante su sacrificio en la cruz el Viernes Santo. Debido a esto, se interpretaría como una falta de respeto la ingesta de carne roja el mismo día que Jesucristo entregó su vida por los pecados de la humanidad.

¿Qué días no se puede comer carne?

Como se mencionó antes, la abstinencia de carnes rojas durante Semana Santa fue paulatinamente restringiéndose al Viernes Santo. Sin embargo, ¿corresponde solo a ese día no comer carne?

La tradición cristiana, en especial la católica, indican que a partir del Miércoles de Ceniza (que da inicio a la cuaresma) comienza un periodo de preparación y recogimiento para que los fieles arriben a Semana Santa con el corazón dispuesto para contemplar la Pasión de Cristo. Lo largo de la cuaresma se recomienda la práctica del ayuno y la abstinencia de carne roja para cumplir con el mencionado objetivo, y esta práctica está prescripta para los viernes de este tiempo de preparación.

Es decir que durante los viernes de cuaresma la observación es la práctica de ayuno y restricción de carne. En el caso de la Semana Santa, estas prácticas aplican para el Viernes Santo, en tanto que el Jueves y Sábado Santo no existe tal limitación (siempre y cuando se tenga presente la rigurosidad de la vida religiosa en el creyente). En tanto, el  es la finalización de la práctica de ayuno y abstinencia.