Falleció Roberto Giordano, el personaje que estuvo en la cabeza de millones de argentinas
Roberto Giordano, el primero peluquero mediático de la Argentina. Ícono de la peluquería y pionero en fusionar la moda y el espectáculo en Argentina, falleció a los 79 años.
Falleció a sus 79 años Roberto Giordano, el primer peluquero mediático de la Argentina
Una vida entre tijeras y cámaras
Roberto Giordano marcó un antes y un después en el mundo de la peluquería en Argentina. Reconocido por ser el peluquero de figuras como Valeria Mazza, Mirtha Legrand y Zulema Yoma, logró combinar su talento con la capacidad de generar eventos inolvidables. Debutó con un Mega desfile organizado en 1979 en Punta del Este. En los años 80, organizó su primer desfile de alta costura en Pinamar, inspirándose en las pasarelas parisinas, y luego expandió estos eventos en la Costa de Argentina y de Uruguay , atrayendo a personalidades internacionales.
Lujo, glamour, espectáculo
Su nombre se volvió sinónimo de lujo y espectáculo. Además de las pasarelas, Giordano supo explotar su imagen mediática, apareciendo en programas de televisión tanto en Argentina como en países vecinos. Colaboró con conductores como Teté Coustarot, quien lo acompañó en varios de sus desfiles. En la década de 1990, llegó a tener más de 25 salones de belleza en su haber y empleaba a unas 500 personas. También fueron escandalosas sus empresas en la recordada etapa de la pizza, el champagne y el uno a uno
La anécdota del superclásico: "No me peguen, soy Giordano"
Uno de los episodios más recordados de su vida ocurrió antes de un superclásico entre Boca y River en la Bombonera, donde era un habitué gracias a su amor por el club xeneize. En medio de la euforia de los hinchas, Giordano, identificado por su particular cabellera y su presencia mediática, se vio rodeado por fanáticos exaltados. Al intentar abrirse paso, exclamó: "No me peguen, soy Giordano", frase que rápidamente se viralizó en los medios y quedó inmortalizada como un símbolo de su personalidad y de la cultura popular argentina.
Familia y relaciones
Giordano compartió más de 40 años de vida con su esposa, Mirta Servanda Almirón, quien también fue su socia en varios proyectos. Juntos tuvieron un hijo, Luciano, y disfrutaron de sus nietas en los últimos años, mientras se radicaban en Uruguay. A pesar de sus éxitos, su vida no estuvo exenta de controversias, enfrentando problemas legales por evasión fiscal y manejo irregular de sus empresas, lo que lo llevó a retirarse del ojo público en la última etapa de su vida.
El ocaso de un ícono
En los últimos años, Giordano vivió en Montevideo, desde donde dictaba cursos virtuales de peluquería y colaboraba con iniciativas sociales. Sin embargo, su salud se fue deteriorando, alejándolo cada vez más de la actividad que lo había convertido en un ícono.
Roberto Giordano deja un legado que trasciende la peluquería: fue un innovador que supo llevar su oficio al espectáculo, convirtiéndose en un referente indiscutido de su generación. Su célebre frase y su impronta quedaron grabadas en la memoria colectiva argentina.