Salud

Lunares: qué son, cómo controlarlos y cuándo pueden volverse un problema

Se trata de características que distinguen a las personas pero necesitan ser monitoreados. Cuándo representan un problema para la salud.

Los lunares han despertado curiosidad desde siempre y constituyen rasgos distintivos que caracterizan a cada persona, pero detrás de su aparente simplicidad yacen misterios que la ciencia continúa desentrañando. Estas pigmentaciones pueden variar desde insignificantes manchas hasta lesiones potencialmente peligrosas, lo que hace indispensable su estudio y comprensión debido a la incidencia de cáncer de piel en aumento.

Los lunares, pequeñas acumulaciones de células pigmentadas en la piel, son comunes en la mayoría de las personas. Su número, tamaño y forma pueden variar y en línea general se consideran inofensivos: algunos son planos y marrones, mientras que otros pueden sobresalir y tener un color más oscuro. Aunque la mayoría de los lunares son benignos, es importante estar atento a cambios en su apariencia, como un aumento repentino de tamaño, cambios en el color o bordes irregulares, ya que podrían ser signos de melanoma (un tipo de cáncer de piel).

Lunares: qué son, cómo controlarlos y cuándo pueden volverse un problema

¿Qué son los lunares?

Según lo define el portal Mayo Clinic, los lunares, también conocidos como nevos, son un tipo común de tumor en la piel que aparecen como melanocitos, es decir, pequeños puntos marrones oscuros ocasionados por grupos de células que producen la pigmentación. La mayoría de las personas tienen entre 10 y 45 lunares que aparecen durante la niñez y la adolescencia y su apariencia puede cambiar con el tiempo e incluso desaparecer.

El tamaño de los lunares es relativo y pueden ser puntos pequeños o llegar a medir más de 2,5 cm de diámetro, pero en promedio están por debajo del centímetro. La presencia de los mismos es común en casi todas las personas, pero quienes tienen más de 50 presentan un riesgo mayor de desarrollar un melanoma, es decir, una neoplasia melanocítica cancerosa (maligna). En tanto, pueden ser planos o abultados, lisos o rugosos (verrugosos), y en algunos de ellos es común que crezcan pelos.

En cuanto a los colores de los lunares, pueden ser de tonalidad carne, amarillos, marrones, grises azulados, o casi negros. Algunos son rojos al principio, pero suelen oscurecerse.

¿Qué lunares son sospechosos?

Algunos lunares pueden dar indicios de la presencia de un melanoma en función de su forma y color. Mayo Clinic señala que un lunar puede ser un signo de cáncer de piel si tiene bordes irregulares o una forma asimétrica, o si cambia de color, forma, tamaño o relieve. Para determinar la peligrosidad de los lunares se emplea la regla del ABCDE:

  • La letra A representa la asimetría: una mitad es diferente a la otra.
  • La letra B representa el borde: se refiere a lunares con bordes irregulares, cortes u ondas.
  • La letra C representa los cambios de color: son los lunares que cambiaron de color, que tengan muchos colores o que presenten un color irregular.
  • La letra D representa el diámetro: hay que estar atentos a los lunares que tengan más de 1/4 de pulgada (alrededor de 6 milímetros) y que cambiaron de tamaño recientemente.
  • La letra E representa la evolución. Presta atención a los lunares que cambian de tamaño, forma, color o relieve. Además, pueden aparecer síntomas nuevos, como picazón o sangrado.

Los lunares cancerosos, también conocidos como lunares malignos, cambian mucho de apariencia. Algunos pueden presentar todos los cambios mencionados antes. Otros solo presentan una o dos características inusuales.

Lunares: qué son, cómo controlarlos y cuándo pueden volverse un problema

Recomendaciones para monitorear a los lunares

Programa una cita con el profesional de atención médica si tienes un lunar con un aspecto inusual, que aumenta de tamaño o que presenta algún cambio.

Los lunares se forman cuando las células de la piel o melanocitos crecen en grupos. Por lo general, los melanocitos están distribuidos en toda la piel. Son los que producen la melanina, el pigmento natural que le da color a la piel.

Una de las recomendaciones principales a la hora de controlar los lunares es conocerlos y tener presente cómo son, para estar atentos a cualquier cambio de tamaño, forma y color. Es oportuno mirarlos al menos una vez al mes usando espejos, desde la cabeza a los pies, siguiendo este recorrido:

  • Cuero cabelludo
  • Palmas y uñas de las manos
  • Axilas
  • Pecho
  • Piernas
  • Pies, incluidos las plantas y el espacio entre los dedos
  • Zona genital y entre los glúteos


Lunares: qué son, cómo controlarlos y cuándo pueden volverse un problema

Si es necesario, se recomienda una consulta médica sobre los posibles factores de riesgo para melanoma y si se requiere someterte a un examen profesional de la piel con regularidad.

También se recomienda evitar la exposición a los rayos ultravioleta (UV) tanto del sol como de las camas solares y utilizar protectores solares adecuados.

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