La gran ciudad del futuro se pensó y se construyó en el vértice del Siglo XX
En septiembre de 1949, el agrimensor mendocino Alberto Herrero se adentró en un terreno del agreste piedemonte, ubicado al Noroeste del Parque General San Martín. Su trabajo no sólo consistió en medir esa infértil porción de tierra, sino en inaugurar los límites físicos de un ámbito que albergaría y alentaría el conocimiento ilimitado desde la academia: la Ciudad Universitaria, que reuniría a todas las facultades de la Universidad Nacional de Cuyo
Orlando Pelichotti
Ampliando la memoria, un aporte que ayuda a definir nuestra historia
El 26 de abril de este año, Cecilia Dutto se presentó en el Archivo General de Mendoza, para donar documentos y fotografías históricas de Mendoza del año 1950, que pertenecían a su padre. Sorpresa fue cuando los técnicos Alicia Guevara y Gustavo López, personal que se encarga del tratamiento y la conservación de estos materiales, comprobaron que se trataba de fotografías originales en monocromo, imágenes que develan las obras de arbolado y el trazado original de la Ciudad Universitaria, además de algunos planos con los detalles de distintos elementos del Parque General San Martín, fotos que pertenecían al archivo personal del ingeniero Juan Dutto, director de Parques y Urbanismo de entonces.
Una ciudad para educar y enseñar a pensar
Hoy resulta inimaginable el Oeste de la Ciudad de Mendoza sin el conglomerado de edificios diseminados en el predio de la Ciudad Universitaria, contigua al Parque General San Martín y custodiada por el Cerro de la Gloria.
Desde Diario Portada giramos la mirada hacia el pasado para rescatar un capítulo de la historia mendocina que ni siquiera sus beneficiarios suelen poner en valor: el inicio de la creación y construcción del campus de la Universidad Nacional de Cuyo.
Un homenaje de un presidente al Gran General
En 1950 se conmemoraba el centenario de la muerte del General José de San Martín, estratega y artífice de la libertad del Sur del continente. A propósito, el por entonces presidente de la Nación, también general de la Patria, dispuso una serie de ceremonias, actos, homenajes que se produjeron a lo largo de todo el año 1950 y también sirvió para la inauguración de obras, esas que por más resistencia que se imponga desde la oposición, sientan un precedente inamovible. Perón, elocuente admirador de San Martín, dispuso de todo esfuerzo en aquellos homenajes y eligió como lugar para culminar con los actos conmemorativos, Mendoza, cuna de la epopeya del Ejército de Los Andes.
Decía Perón en el discurso de cierre del Año Sanmartiniano:
Hace precisamente un año tuve el honor de declarar la apertura del Año Sanmartiniano con que los argentinos rindieron homenaje a la memoria del Padre de la Patria. Hoy he deseado declarar su clausura en Mendoza, tratando de dar su exacto simbolismo, ya que en Buenos Aires comenzó la obra que culminó en Mendoza, donde su genio inmortal forjó la gloria con en éxito de una campaña que lo inmortalizó como conductor y como libertador. He querido venir hasta Mendoza para decirles desde aquí, a los descendientes de aquellos hombres y de aquellos pueblos, en nombre de todos los argentinos, cuánto es nuestro agradecimiento y nuestra gratitud por la grandeza de su alma y el desprendimiento de su patriotismo.
El poder de no restringir el futuro
Poder visualizar aquella geogrfía desértica adonde hoy es usina de la investigación, de las ciencias duras, de la filosofía, del arte, de la economía y de la medicina, ayuda a entender de qué material se construyen los sueños. La planificación del riego, la implantación de ejemplares de lo que hoy son árboles añosos y el esfuerzo de quienes comenzaron a edificar el gran predio que alberga al complejo de la Universidad Nacional de Cuyo.
El génesis: la mensura que transformó un sueño en realidad
En septiembre de 1949, el agrimensor mendocino Alberto Herrero se adentró en un terreno del agreste piedemonte, ubicado al Noroeste del emblemático Parque General San Martín.
Contratado por el Ministerio de Economía, Obras Públicas y Riego, según consta en planos atesorados en el Archivo General de Mendoza. Su trabajo no sólo consistió en medir esa infértil porción de tierra, sino en inaugurar los límites físicos de un ámbito que albergaría y alentaría el conocimiento ilimitado desde la academia. A sus alrededores había improvisadas trazas de barrios precarios, que luego se consolidaron, como el Olivares y el barrio Flores Oeste, varias familias que se habían desplazado de sus moradas de Lavalle, impelidas por el terremoto del 17 de diciembre de 1920.
Planos, planes y especulaciones
Los murmullos de la sociedad hablaban de un ambicioso proyecto urbanístico: la construcción de una Ciudad Universitaria, que reuniría a todas las facultades de la Universidad Nacional de Cuyo, fundada el 21 de marzo de 1939. Sin embargo, ese camino no sería nada fácil. El terreno ofrecía una pronunciada pendiente de Oeste a Este. Las rocas de considerables dimensiones, la vegetación autóctona, lo irregular del predio, algunas viviendas improvisadas dentro del perímetro destinado a la creación del Campus, e inclusive un puesto de un productor caprino, ubicado en donde hoy funciona el Club Universitario, complicaba la tarea.
Tras la Ley 1860 llegaron las obras
En el frío mediodía del martes 18 de julio de 1950, la Cámara del Senado Provincial y luego la de Diputados, dieron luz verde a una Ley 1860 que convertiría en un símbolo de progreso y conocimiento a partir de la construcción de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Cuyo, para lo cual se desafectaría del dominio público, a la fracción del terreno ubicada en el Parque General San Martín, constituida por 114 hectáreas que eran delimitadas en el Norte, por el camino pavimentado al Cerro de la Gloria, el Sud, la senda adyacente al zanjón Frías, al Este, coronamiento de Canal del Oeste y al Oeste, por la cresta del inicio de los cerrillos. También el Poder Ejecutivo realizaría la donación a la Fundación Ayuda Social María Eva Duarte Perón, de esas tierras en el oeste de nuestra ciudad, para la construcción de la Ciudad Universitaria, según consta en documentos originales conservados en la Legislatura Provincial.
Aunque no hay registros fotográficos, la crónica oficial marcó que el presidente Juan Domingo Perón junto a la primera dama María Eva Duarte de Perón, visitaron el avance de esas obras, que consistía en movimientos de suelo y una incipiente forestación.
Durante aquella estadía de Perón y Eva, en diciembre de 1950 se creó la Facultad de Ciencias Médicas, entidad académica que goza de enorme prestigio hasta hoy. Sin embargo, luego de la creación de esa facultad pasaron 15 años hasta que se construyera el edificio blanco que se ve desde la Avenida del Libertador.
En este especial para Diario Portada, también se agregan fotos históricas inéditas aéreas, en las que se puede observar lo agreste del terreno.
Imágenes obtenidas por la Dirección de Difusión, Archivo Fotográfico, de la mano del querido fotógrafo Doña y datadas en septiembre de 1971.
Imprevista visita presidencial a la Ciudad Universitaria
En la calurosa tarde del 29 de diciembre de 1950, arribaron al aeropuerto de nuestra provincia, en un vuelo de Aerolíneas Argentinas una importante comitiva militar junto al presidente Juan Domingo Perón y a la primera dama María Eva Duarte de Perón, para quedarse por varios días.
El sábado 30 de diciembre, desde primeras horas, se trasladaron hasta la actual Avenida del Libertador, en Parque General San Martín, para presenciar un importante desfile cívico militar que duró más de una hora, luego fueron conducidos a las obras de la Escuela Presidente Perón, luego pasaron por la entrada de la futura Ciudad Universitaria, junto al rector de la Universidad Nacional de Cuyo, Dr. Irineo Fernando Cruz, el cual de manera totalmente fuera de protocolo y de agenda, les mostró el trazado de la futura Ciudad Universitaria entre el movimiento de tierra de decenas de trabajadores que no salían de su asombro y que no demoraron en acompañar a la comitiva.
Las actividades siguieron en la noche donde asistieron a lo que años más tarde se convertiría en el imponente teatro del Cerro de la Gloria, donde se presentaba el inolvidable espectáculo El Canto a San Martín, ante más de 20.000 personas que se dieron cita.
Al día siguiente, el último de la década de 1950 inauguraron el monumento Retorno a la Patria, del escultor Luis Perlotti, emplazado en la localidad del Manzano Histórico, departamento Tunuyán. Por la tarde ante más de 40.000 personas, el Presidente Perón daría un discurso de fuerte tono emotivo, en la Plaza Independencia, para finalmente en horas de la noche, clausurar el Congreso de Historia en el Teatro Independencia, allí los encontraría el inicio del año 1951, y que muchos memoriosos aún recuerdan.