¿Qué pasará con Fútbol Libre? La voz del hacker vinculado a la polémica plataforma

El hacker Kahsad, Ezequiel Ponce, brindó a Diario PORTADA una extensa entrevista

Gracias a la gestión del patrocinador de Ezequiel, el abogado Marcelo Canale, tuvimos una conversación con el joven sindicado como responsable de Fútbol Libre, página en la que millones de usuario pudieron ver gratis algunos partidos de fútbol en Argentina.

La justicia lenta es injusticia

Además de la situación dramática e inédita que vivió Ezequiel, cuando fue detenido y trasladado a Buenos Aires, tras un operativo con carácter espectacular, nos cuenta que hoy necesita recuperar su computadora y su teléfono, algo que nadie sabe cuánto tiempo demandará, porque son procesos lentos, pero además, hay que esperar que termine la feria Judicial.

El error que Ponce descubre es, claramente, un bug de programación que "podría acceder cualquiera con los conocimientos adecuados". Canale también aclaró: "DirecTV ya solucionó el fallo".

Quedó demostrado que "nunca tuvo ánimo de lucro. Lo hizo por hobby, para que todos los que no pudieran ver partidos de fútbol".

Su abogado, Marcelo Canale, pidió aclarar una afirmación que realizó el fiscal Musso donde aseguró que "Mendoza era un polo del ciberdelito". 

Solidaridad concreta

A propósito de algunas ofertas, Ezequiel y su abogado activaron una cuenta para que todos los que ofrecieron ayuda y los que alguna vez manifestaron su apoyo y gratitud, ahora puedan realizarlo y de manera transparente:

ALIAS: Ezequiel.ayuda2

CVU: 0000003100018747615319

CUIT/CUIL 27049954773

Cuenta a nombre de Olga Norma Rizzardi en Mercado Pago

Estudiante de política, experto en informática

Durante la charla con Diario PORTADA, Ezequiel contó que desde niño tiene facilidad, vocación y gusto por la informática, pero manifestó que tiene interés por la administración pública. Una anécdota le sirvió para que en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales supieran de su habilidad en la materia, cuando activó un sistema de biblioteca que estaba inhabilitado por algún defecto y logró destrabar esa dificultad.

Sin documento

Como la canción de Calamaro, Ezequiel, una vez que lo liberaron, se encontró con otro inconveniente. Además del secuestro de su PC y su teléfono, le retuvieron el DNI, documento que exigen los sistemas de transporte públicos, tanto aéreos como terrestres. Para poder regresar, cuentan él y su abogado, Canale, que acudieron a gestiones del legislador Adolfo Bermejo y a las de otro aliado ocasional, Alberto Molina.

Centro de estudiantes, amigos, conocidos y usuarios de fútbol libre

Consultado sobre su actualidad, Ezequiel nos dijo que ha recibido gestos de apoyo y solidaridad de muchos lugares y ámbitos. Desde el Centro de Estudiantes de su Facultad, expresaron su apoyo a pesar de estar en época de vacaciones invernales. También agradeció a quienes lo ayudaron en Buenos Aires, a un periodista de Diario UNO, y a varios desconocidos que han manifestado públicamente solidaridad con su situación. Todo el apoyo responde en gran medida a que Ezequiel no ha lucrado con su accionar y tampoco ha tenido por esa intromisión alguna acción que provocara lesión social, tal como explicamos en nota anterior:

Situación del proceso legal

Andrés Ezequiel Ponce no cometió delito que pueda encuadrárselo en materia penal y por eso es que está, como lo que él propició con algunas transmisiones de fútbol, libre. Según explica su abogado, Marcelo Canale, la causa que podría caberle es la estipulada en la Ley 11.723 de propiedad intelectual, por dos de sus artículos. Esta ley es originada en 1933 y ha sufrido modificaciones, pero la última modificación se realizó cuando aún no existía ninguno de los sistema de comunicación on line, la informática era incipiente y la internet recién aparecía en ámbitos académicos. Lo que hizo Ezequiel fue detectar los códigos de acceso para poder ver la señal codificada de la empresa Direct TV, y compartir desde su precaria computadora algunas transmisiones.

La proporcionalidad de la acción

La afectación real deberá determinarla la Justicia, pero cualquiera que emplee el sentido común, sabe que ver un partido a través de esas plataformas (Futbol Libre, Tarjeta Roja, Megadeporte y otras) en nada se asemeja a contar con un servicio premium de PAY-PER-VIEW. Y quienes tienen voluntad y recursos como para contar con esos servicios, no se conformaría con una señal inestable, de calidad dudosa y de incertidumbre.

La ignorancia no nos exime de cumplir la ley

Desconocer que cometer una acción puede constituir una falta o un delito, no exime a quien lo haga de lo que prevé la ley como sanción, multa o pena. A esto deberá atenerse Ezequiel Ponce, como cualquier ciudadano. Haber encontrado que el sistema le permitió ver gratis algo y compartirlo, también de manera gratuita, puede merecer alguna reprimenda, pero la detección de vulnerabilidad técnica que disparó este caso dista de lo que ocurre cotidianamente y cada vez con mayor frecuencia. Sin embargo esas acciones se acometen a diario y no se conocen despliegues espectaculares para impedir y luego sancionar a quienes usurpan la identidad digital y poco se actúa para que ancianos y legos sean víctimas de las profusas estafas a través de aplicaciones, sitios, ardides a través de WhastApp o a través de los home banking.

Derecho al escándalo

Sobre el caso de Ezequiel y Futbol Libre existen ya muchas opiniones e interpretaciones, y de ninguna manera desde los medios de comunicación alguien debe arrogarse un papel que no le pertenece, como el de juzgar y condenar, sin la idoneidad que para eso se requiere y sin los elementos de prueba básicos, pero sí es obligación esforzarnos por escudriñar cuáles son los propósitos de las acciones que emanan desde los círculos de poder y desde las instituciones.

El principio de la presunción de inocencia, por un lado, y el respeto irrestricto por buscar la verdad, dos elementos indispensables para comunicarnos decentemente. Ezequiel, el hacker Hahsad, el estudiante que vive en un barrio de Godoy Cruz compartió su alegría permitiendo que otros pudieran ver algunos partidos de fútbol, algo que de otra manera, no hubiesen podido ver

Sólo quisiéramos que la justicia respondiera al concepto originario del Derecho:

Vivir honradamente, no hacer daño a otro, dar a cada uno lo suyo