DUELO MUNDIAL

Falleció el papa Francisco, un torbellino de transformaciones en la Iglesia Católica

Falleció el papa Francisco a los 88 años. El primer pontífice latinoamericano, jesuita y reformista, deja un legado de compasión, diálogo y defensa de los más vulnerables. El gobierno nacional decretó 7 días de duelo.

Corresponsalía Diario PORTADA

El papa Francisco ha fallecido este lunes a los 88 años, según confirmó el cardenal Kevin Joseph Farrell, quien ejerce el rol de camarlengo del Vaticano, encargado de asumir la autoridad durante el período de sede vacante tras la muerte de un pontífice. La Santa Sede lo hizo oficial a las 09.52 mediante un comunicado en el que se leyó:

"Hace instantes, su eminencia, el cardenal Farrell, ha comunicado con profundo pesar el fallecimiento del papa Francisco, en estos términos: ‘Queridos hermanos y hermanas, con honda tristeza debo informar la partida de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7.35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, retornó a la casa del Padre. Su vida entera estuvo entregada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a encarnar los valores del Evangelio con entrega, coraje y amor universal, especialmente hacia los más desfavorecidos y excluidos. Con enorme gratitud por su testimonio como verdadero seguidor de Jesús, encomendamos su alma al amor misericordioso del Dios Uno y Trino'".

En la capital italiana, ya resuenan las campanas fúnebres en todos los templos.

Francisco lideró la Iglesia durante 12 años.

Francisco lideró la Iglesia durante 12 años.

Su última aparición pública en la plaza de San Pedro

Francisco fue dado de alta del hospital el pasado 23 de marzo, luego de permanecer internado durante 37 días a causa de una severa neumonía. Su última presencia ante el pueblo fue este domingo en la plaza de San Pedro, donde impartió la tradicional bendición Urbi et Orbi.

Bergoglio tenía 88 años y ayer domingo se había mostrado en público por última vez.

Bergoglio tenía 88 años y ayer domingo se había mostrado en público por última vez.

Se lo notaba visiblemente débil, con dificultades para hablar, y se limitó a desear una feliz Pascua. Luego recorrió la explanada en el papamóvil, una escena que ahora adquiere carácter de despedida definitiva. Su última audiencia conocida fue con el vicepresidente de los Estados Unidos, J. D. Vance, en un encuentro privado. Francisco había sido un crítico incisivo de la gestión de Donald Trump, respaldada por sectores del catolicismo ultraconservador estadounidense. A partir de hoy, una de las grandes incógnitas es cómo se posicionará su sucesor ante este y otros temas cruciales.

Una elección histórica tras la renuncia de Ratzinger

Francisco lideró la Iglesia durante 12 años, desde su elección en 2013, en un contexto sin precedentes, luego de la dimisión de Benedicto XVI. Joseph Ratzinger dejó el cargo cansado y desbordado por las luchas internas del Vaticano y por no haber logrado avanzar en reformas urgentes como la transparencia financiera o la respuesta a los abusos sexuales. El argentino Jorge Mario Bergoglio, jesuita, fue elegido para liderar una etapa de transformación, modernización y reforma eclesiástica. De carácter enérgico y temperamento firme, imprimió un sello social y reformista a su papado. Sus iniciativas dejaron huella, aunque con resultados dispares, y provocaron profundas divisiones.

Durante nueve años convivieron dos pontífices en el Vaticano, hasta que Benedicto XVI falleció el 31 de diciembre de 2022.

Durante nueve años convivieron dos pontífices en el Vaticano, hasta que Benedicto XVI falleció el 31 de diciembre de 2022.

Críticas desde ambos extremos del espectro eclesial

Para los sectores más tradicionalistas de la Iglesia, sus decisiones fueron excesivas, hasta el punto de considerarlo un Papa de corte populista y con inclinaciones izquierdistas. A la vez, quienes esperaban reformas más audaces también quedaron desencantados en algunos aspectos, especialmente en cuestiones como la estructura de la Curia, la colegialidad episcopal, el papel de la mujer y la moral sexual. En relación con los abusos dentro de la Iglesia, asumió una postura firme y adoptó medidas ejemplares -como la renuncia colectiva de los obispos chilenos-, pero no siempre fue acompañado por el conjunto de la jerarquía eclesiástica, que en muchos casos resistió sus avances.

La convivencia inédita de dos papas y sus efectos

Durante nueve años convivieron dos pontífices en el Vaticano, hasta que Benedicto XVI falleció el 31 de diciembre de 2022. Esta situación generó debates en su momento, aunque con el paso del tiempo se demostró que no implicó mayores conflictos. Lo cierto es que Francisco rompió múltiples precedentes: fue el primer papa procedente de América, el primero no europeo desde hace siglos, el primer jesuita en llegar al trono de Pedro y el primero en adoptar el nombre de Francisco. Esta elección simbólica ya marcaba una intención: seguir los pasos de San Francisco de Asís, un santo austero y comprometido con los pobres. Al parecer, el cardenal brasileño Claudio Hummes le susurró tras la elección: "No te olvides de los pobres". Y el Papa lo tomó como guía durante todo su pontificado.

Jorge Mario Bergoglio nació en el barrio de Flores, en Buenos Aires, Argentina.

Jorge Mario Bergoglio nació en el barrio de Flores, en Buenos Aires, Argentina.

Un argentino de raíces humildes con compromiso social

Jorge Mario Bergoglio nació en el barrio de Flores, en Buenos Aires, en el seno de una familia de inmigrantes italianos de origen piamontés. Se formó como técnico químico y luego estudió Filosofía, ingresando a la Compañía de Jesús en 1958. Fue provincial de los jesuitas en Argentina entre 1973 y 1979, durante la última dictadura militar. Desde su rol, ayudó a escapar a perseguidos políticos, un hecho que marcó su compromiso social. Hijo de trabajadores y con una mirada afín al peronismo de sus años jóvenes, esa experiencia moldeó su perspectiva política y pastoral.

Un ascenso eclesiástico que culminó en el Vaticano

Tras un tiempo de ostracismo dentro de los jesuitas, que él mismo describió como una etapa "oscura", en 1992 fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires por Juan Pablo II. A partir de ese momento su figura comenzó a cobrar relevancia. Fue nombrado cardenal en 2001, y tras la muerte de Juan Pablo II en 2005, se convirtió en uno de los candidatos más votados en el cónclave, aunque finalmente fue elegido Benedicto XVI. En ese entonces se buscaba una línea de continuidad, dada la incertidumbre que dominaba a la Iglesia.

Su papado y la apuesta por una Iglesia más cercana

La renuncia de Ratzinger volvió a situar a la Iglesia en una encrucijada. En esa coyuntura, Bergoglio fue elegido con rapidez. Tenía 76 años y se preveía que su mandato sería breve, pero estaba claro que se apostaba por un pontificado con vocación transformadora. Su papado se centró especialmente en los aspectos sociales, con una crítica abierta y sistemática al modelo económico imperante, una posición nunca antes asumida con tanta claridad por un Papa. También manifestó gran preocupación por el cuidado del planeta y el cambio climático, al punto de dedicarle su primera encíclica propia, *Laudato si*, publicada en 2015. La anterior, *Lumen fidei*, de 2013, fue completada por él a partir de un borrador dejado por Benedicto XVI. Su tercera encíclica, *Fratelli tutti* (2020), profundizó en su rechazo al neoliberalismo y los populismos. Su última obra, *Nos amó* (2024), fue una reflexión espiritual sobre el amor como guía, más allá de las reglas del mercado y de la lógica algorítmica.

Puentes hacia el siglo XXI y nuevos horizontes para la Iglesia

Francisco fue el pontífice que introdujo a la Iglesia en los desafíos del siglo XXI, haciéndose eco de debates contemporáneos (e incluso con presencia activa en redes sociales desde 2016, a través de Instagram). Abrió rutas que todavía no están consolidadas y que le tocará desarrollar a su sucesor. Entre ellas, su mensaje de acogida hacia las personas homosexuales y trans, autorizando bendiciones y participación en sacramentos; la inclusión femenina en altos cargos vaticanos, y su insistente llamado a "desmasculinizar" la estructura eclesial. Sin embargo, decidió pausar la discusión más controversial: la posibilidad de ordenar mujeres al sacerdocio.

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