OTRO AUMENTO

Aumenta el precio de los cigarrillos un 30%. El negocio político de los vende humo

El precio del tabaco y de los cigarrillos sufrió un incremento del 30% en promedio. -Cuánto de impuesto tienen los cigarrillos -La principal causa de muerte evitable como negocio -El tímido descenso de consumo

El aumento en el precio de los atados de cigarrillos afecta a más del 30% de la población mayor de 16 años de la Argentina.

Cada cigarrillo cuesta cien pesos, en promedio, según el último incremento. Una cifra para nada despreciable, sin embargo, el doble perjuicio para el fumador es un beneficio para la recaudación fiscal y una ganancia abultada para las tabacaleras.

Aumenta el precio de los cigarrillos un 30%. El negocio político de los vende humo

En Argentina, el 78% por ciento, aproximadamente, del valor que paga el consumidor, es de impuestos. La incidencia que tiene este consumo, esta industria, en la economía es gravitante, y no es de ahora. 

La Organización Mundial de la Salud, días atrás, presentó el informe anual sobre los comportamientos mundiales de este consumo. En comparación con el inicio del milenio, la reducción suena optimista. En el año 2000, uno de cada tres adultos mayores de 16 años, fumaba. Hoy se ha reducido. Uno de cada 5 mayores de 16 años, fuma. 

Las diferencias por países, regiones y continentes son importantes, así como el éxito en las políticas para desalentar el consumo de tabaco.  Europa sigue liderando el récord de consumo de tabaco, secundado por Asia, luego el continente americano y por último en África, adonde los niveles de consumo son inferiores al 10% de los mayores de 16 años.

El tabaquismo, según la Organización Mundial de la Salud es la principal causa de muerte (y enfermedades previas) evitable en el Planeta. En el consumo de tabaco, a nivel mundial, sigue siendo pronunciada la diferencia de consumo según sexo. Mientras que el 34,4% de los mayores de 16 años, varones, fuma, las mujeres alcanzan el 7,4%, distancia que se mantiene estable desde hace décadas.

Los especialistas de diversas disciplinas explican que el tabaquismo es una de las adicciones provenientes de la mímesis social y la publicidad. El inicio en el consumo de tabaco suele producir náuseas y sensaciones desagradables, por lo cual, el continuar con el consumo de algo que no sacia una pulsión natural, sólo puede obedecer a cuestiones vinculadas a la imposición (comercial, industrial, etc.).

Los beneficios que obtiene el sector privado, la recaudación del Estado y el ciudadano, como partícipe necesario y víctima.

Revisar la historia del consumo del tabaco revela datos bien interesantes. Desde su industrialización, en el Siglo XVII, que redunda en cuantiosos recursos para la administración de los Estados, y genera ganancias siderales al sector, y como en la mayoría de los casos, a las grandes concentraciones. Por caso, el ingreso más significativo que tenía la Capitanía General de Chile, cuando la Corona Española, usurpaba gran parte del continente, era lo que obtenía de gravámenes por el tabaco. 

 Cómo hacer para impedir que se siga con un hábito que es comprobadamente dañino.  

Los estudios que desde hace medio siglo se realizan con el fin de morigerar los daños que produce el consumo del tabaco, pero esencialmente, la adicción tabáquica a través del cigarrillo, llevan a algunas conclusiones que proponen estrategias que la Organización Mundial de la Salud propone a la dirigencia política.

Muchos países, entre ellos Argentina, han seguido -o han simulado seguir- las acciones de esa estrategia que la OMS denomina MPOWER, que se trata de seis acciones, uno por cada letra. Vigilar el consumo; proteger a la población del humo; auxiliar a quienes quieran dejar de fumar; advertir sobre los daños del consumo; incrementar los impuestos; impedir publicidad y promoción del consumo.  

En nuestro país, desde la década de 1990, se han implementado políticas afines, en algunos casos de rigor estricto, como es la prohibición total de publicidad, visibilidad y estímulos promocionales, y otras que fueron más graduales pero hoy con impensada aceptación, como es la prohibición de fumar en todo lugar, local, ente público (estatal y privado) que esté techado.

Desde lo impositivo, en 2017 se generó una modificación en la legislación, con una pretensión loable de resultado pésimo, que sólo propició desigualdad en la competencia de quienes producen tabaco, con costos inesperados por las acciones legales y medidas cautelares que presentaron los afectados, con incidencia cero en lo que respecta al consumo. O sea, una modificación artificiosa en la cadena de elaboración y comercialización, con cero beneficio para la sociedad. (ley de impuestos internos Número 24.674)

Vos, fumá

Entre las modificaciones propuestas en la mega ley de la actual gestión del gobierno de Javier Milei, se incluye la modificación de impuestos internos, que afectaría también a esta industria pero, principalmente, a los fumadores. Y un dato que debería tenerse muy presente. La denominada elasticidad de la demanda (por precio), teoría muy pariente a las propuestas de La Libertad Avanza, destaca para este caso que, la incidencia del precio de los cigarrillos en relación a su consumo, está lejos de ser directa. O sea, si los cigarrillos incrementan su valor un 30%, con suerte, un 8% reducirá su consumo, por lo que demuestra que la teoría (bastante anacrónica) de la libertad sin controles ni restricciones, no ayuda en general a nadie, sólo beneficia a muy pocos en detrimento de las mayorías.

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