Murió María Socas, una actriz que supo luchar
La actriz de teatro, cine y televisión, María Socas, falleció a sus 65 años tras un largo combate contra el cáncer
Adiós a María Socas, una figura inolvidable del teatro, el cine y la televisión de Argentina
La actriz falleció tras una intensa lucha contra el cáncer, dejando un legado imborrable en la cultura nacional
Versátil y dúctil
La actriz María Socas, reconocida por su versatilidad y talento en el teatro, el cine y la televisión argentina, falleció a los 64 años este lunes en el Instituto Fleming de la ciudad de Buenos Aires, donde estaba internada desde hacía 10 días. La artista enfrentaba una dura batalla contra el cáncer, enfermedad que finalmente apagó su vida pero no su huella en la memoria artística del país.
Socas nació en agosto de 1959 y desde muy joven demostró una pasión inquebrantable por la actuación, un camino que la llevó a consagrarse como una de las intérpretes más destacadas de su generación. Dueña de una personalidad arrolladora y una capacidad para transitar entre géneros y personajes con maestría, su obra sigue viva en los escenarios, pantallas y corazones de quienes admiraron su arte.
Una vida entre amores y lazos familiares
La vida personal de María Socas estuvo marcada por la intensidad y los vínculos significativos. Fue pareja del actor Jorge Marrale, y con su exmarido Rubén Brenner tuvo dos hijos, quienes a su vez son nietos del reconocido letrista y compositor de tango Ben Molar, una figura icónica de la música argentina. Este lazo con la cultura popular en todas sus expresiones no solo enriqueció su vida personal, sino que también pareció inspirar muchas de las elecciones artísticas que definieron su carrera.
María Socas era conocida por mantener un bajo perfil en cuanto a su vida privada, prefiriendo que sus trabajos hablaran por ella. Sin embargo, su entorno cercano destacó siempre su compromiso con su familia y su papel como madre y abuela, un costado que equilibró con su imparable actividad profesional.
Teatro: la primera pasión
La carrera de Socas estuvo profundamente ligada al teatro, un ámbito donde brilló con luz propia. Obras como El padre, Brujas, Amanda y Eduardo y Platonov son apenas algunos de los títulos que la consagraron como una actriz capaz de abordar personajes de gran complejidad. En cada puesta en escena, su talento se destacó por la fuerza emocional con que dotaba a cada papel, convirtiéndose en una figura imprescindible del teatro argentino.
En los últimos años, participó en proyectos que desafiaron los límites de la dramaturgia tradicional, como Por amor a Lou y El secreto de la vida, reafirmando su capacidad para renovarse y conectar con nuevas generaciones de espectadores. La calidad de su trabajo le valió el respeto unánime de sus colegas y del público, además de numerosos reconocimientos en el ámbito teatral.
Cine y televisión: una figura
El talento de María Socas trascendió las tablas para brillar en la televisión y el cine, donde dejó una marca imborrable. En la pantalla grande, fue parte de producciones icónicas como Los chicos de la guerra, No habrá más penas ni olvido y Kamchatka. Estas películas, que se cuentan entre los grandes hitos del cine argentino, le permitieron mostrar su capacidad de interpretación en historias que abordan la memoria histórica y los conflictos sociales del país.
Otros títulos como Las manos, El espejo de los otros y Sobredosis confirmaron su versatilidad para moverse entre géneros y estilos, consolidándola como una actriz que dominaba tanto el drama como la comedia.
En televisión, su trayectoria fue igual de prolífica. Participó en programas y series que definieron distintas épocas de la pantalla chica argentina, como Amor en custodia, Mujeres asesinas, Tiempo final, Atreverse y Amas de casa desesperadas. Cada aparición se convertía en un evento, no solo por su talento actoral, sino también por la humanidad y autenticidad que transmitía a través de sus personajes.
María Socas deja un vacío irreparable en el mundo artístico argentino. Su legado es una obra vasta y diversa que sigue siendo estudiada, disfrutada y aplaudida. A través de sus interpretaciones, la actriz no solo contribuyó a enriquecer la cultura nacional, sino que también conectó con las emociones más profundas del público. Hoy, el teatro cierra el telón y la pantalla se apaga en señal de duelo por una artista que vivirá por siempre en su obra.