El inevitable duelo con un sabor diferente.

En un mundo que se nos presenta sólo en dos dimensiones durante demasiados zoom, cobra relieve encontrarse con el volumen de un libro. Alto, largo, ancho, con peso, con forma, color, textura, aroma a papel, la fragmentación de cientos de páginas, las respuestas y preguntas hechas palabras impresas y la profunda necesidad humana de tomar… Continúa leyendo El inevitable duelo con un sabor diferente.

En un mundo que se nos presenta sólo en dos dimensiones durante demasiados zoom, cobra relieve encontrarse con el volumen de un libro. Alto, largo, ancho, con peso, con forma, color, textura, aroma a papel, la fragmentación de cientos de páginas, las respuestas y preguntas hechas palabras impresas y la profunda necesidad humana de tomar contacto con el otro, con lo otro. Y sabernos mortales que es la única posibilidad de convertirnos en eternos, aunque sea por un instante. El duelo. Lo que duele por ausencia. El desafío de una batalla de a dos. Lo tramposo. El dolor de saber.

 

Hoy, en el intangible aire de la radio, pudimos tomar contacto con quien pensó este ensayo denominado ?El Duelo? (cuando el dolor se hace carne), un amable, generoso y explícito Gabriel Rolón conversó con Emilio Vera da Souza y Ariel Robert en la mañana de AM 780/FM 92.7 radio Libertador, programa ?Muchas gracias? En momentos de la inédita pandemia mediada, hablar de la muerte sin ponerle números, es todo un desafío. Temprano. En una mañana que no insinuaba el granizo que luego completó un panorama insólito, en una Mendoza cada vez más sorprendente y caprichosa. Pero la muerte es y está. Y aunque la espantemos con nuestra esperanza, con la obstinada ignorancia o con la ilusión de un después del que nadie ha dado testimonio, se presenta con su filo inasible en la rutina de alguien, tal vez en nuestra propia impensada cotidianeidad.

Gabriel Rolón acude a la filosofía pero también al arte para ayudarnos a postergar esa doña que aunque nos hagamos los distraídos sabemos que llegará, aunque una vez que llegue, nosotros no seremos sus anfitriones conscientes.

Reconoce durante la charla, Gabriel Rolón, que las personas de fe tienen una ventaja sobre quienes, como él, son conscientes de que ningún arquitecto del bien podría admitir esta construcción diaria, de una realidad  fuera de escuadra, repleta de puertas ciegas y de ángulos imprecisos.

La tensión entre amor y muerte está presente en esa conversación aunque se omita pronunciar alguno de ambos términos.

Reconoce el analista y admiten los periodistas que en pocos minutos y con una sesión de emergencia no alcanza para abordar la intensidad de 450 páginas de un libro que contiene reflexiones, citas, historias y tantas respuestas como preguntas posibles.

Editado por Planeta, el ensayo de Gabriel Rolón es uno de esos libros que aportan las armas idóneas para seguir peleando la vida, sin lastimar jamás el gusto por la buena lectura

Ya somos el olvido que seremos, escribía Borges. Para que el tránsito no nos prive del deseo, deberemos pagar el costo de encontrarle sentido a nuestros días. El Duelo, de Gabriel Rolón será una inestimable ayuda, aunque lo leamos lejos de su diván.

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