El estado del tiempo y el tiempo del Estado

Ensayo de lucidez

Hace algunos años, el portugués premio Nobel de Literatura, José Saramago editaba su novela Ensayo de Lucidez, en la que con su muy particular modo de escribir (omite signos de puntuación) narraba la historia imaginaria de una sociedad que se rebelaba frente a los que ocupaban el poder del Estado.  Inspirado en su decepción por los dirigentes de sistemas supuestamente democráticos, en esta novela – ensayo, los individuos, aprovechando una jornada de lluvia, deciden no ir a votar, se confabulan desde afuera de toda organización para desconcertar al poder establecido y esto genera un descalabro generalizado, Por aquí las condiciones no son parecidas, pero podría servir de advertencia, por el estado de tiempo y el tiempo del Estado.

Una lluvia tan tenue como el entusiasmo

Jornada atípica, humedecida por una llovizna leve y una temperatura que a las 8 AM no superaba los 14 grados. Se abrieron las escuelas para que mendocinas y mendocinos se expresen en las urnas.

Decimoprimer gobernador

Escasa participación en las primeras horas y cinco opciones en la categoría de gobernador, senadores y diputados provinciales y en 11 de los 18 departamentos de Mendoza, también el cargo de intendente y concejales. En el caso de la máxima figura del Poder Ejecutivo, se consagrará al gobernador número once desde la recuperación de la Democracia.

La veda incumplible

La implementación de la boleta única ofrece algunas ventajas y es quizá el cambio más significativo desde aquellas elecciones de 1983 a hoy. Lo que continúa es una anacrónica y por lo tanto estéril medida: la veda electoral.

Se supone que esa prohibición es para que durante las 48 horas previas a los comicios, los ciudadanos no sean alcanzados por acciones ni campañas proselitistas que actúen en favor de alguna fórmula y en detrimento de otra. Esa es la razón por la que en radio y tv, durante esas 48 horas previas se prohíba cualquier emisión publicitaria y ninguno de los protagonistas debería pronunciarse induciendo a votar a equis o a no votar a otro. Pero la actualidad revela que si bien tanto la radio como la televisión tienen protagonismo y pregnancia son muchísimo más los canales de comunicación e interacción que utilizamos, y ahí la prohibición no rige, tanto así que hasta consultando el padrón le aparecerá la publicidad de un candidato, y no es por mérito sino por la enorme inversión dineraria que ha hecho para aparecer cuando uno está procurando otra información

Analfabetos funcionales

El avance desmesurado de la tecnología hace que el uso de dispositivos sea sencillo y accesible, lo que provoca también una confianza peligrosa. Mientras consideramos que tenemos potestad sobre la información que recibimos, estamos sometidos a lo que quienes detentan el poder -o sea, quienes pagan para fomentar nuestra confianza. nos dicten, y es tal la profusión de esos mensajes que hasta involuntariamente nos atraviesan, así como antes resultaba inevitable escuchar la publicidad sonora emitida por altoparlantes desde aviones o en vehículos de calle.

Elegir libremente, una nueva utopía

Aunque -y afortunadamente- desde hace 40 años podemos elegir quienes gobernarán y administrarán desde el Estado, acceder a las propuestas que ofrecen no es muy significativo ni aclaratorio. En la mayoría de los casos, se resume en un par de frases, algún lema (slogan) , una imagen siempre sonriente y quizá algún jingle pegadizo. No es sancionable, pero convengamos que se trata de una elección restringida.

Anestesiados

Quienes ofrecen propuestas más desarrolladas y que se ajustan a lo que podrían hacer si accedieran al poder, tienen la desventaja de la seriedad. Gran parte de la sociedad es indiferente a los asuntos concretos y se machaca tanto en generalizar a la política como una acción de aprovechamiento personal que pagan justos por pecadores. Distinguir quien es quien requiere de tiempo y reflexión, dos insumos escasísimos en la agenda de los individuos.

Ese maldito Estado

Atribuirle facultades especiales, buenas o malas, a las instituciones, es legítimo pero no suficiente. En un régimen democrático, el Estado no es una entelequia maldita guiada por un gran hermano como en la novela de Orwell 1984.

Vos, también

El Estado es una construcción o una admisión colectiva. Y si esa institución no responde a las preferencias de las mayorías, en gran medida, es porque esas mayorías no se involucran en la cosa «pública» (por razones varias y diversas) , y a la vez, existe una pretensión de que sin involucrarse, esa entelequia resuelva todo. Cuando no actúa en favor de intereses sectoriales o particulares, inmediatamente pasa a demonizarse.

Ni gordo, ni delgado, ni alto ni bajo: eficiente

No es la dimensión del Estado lo que garantiza el bienestar pero tampoco lo que impide el desarrollo. Y solemos confundir al Estado con el Gobierno, suficiente argumento para asegurar inestabilidad política. Achicar el Estado nunca tuvo una consecuencia favorable a los intereses de la sociedad en su conjunto ni de la Nación, en su patrimonio. Ampliar sus funciones, si no se hace con un propósito perenne, es inútil y riesgoso

De parte de quién

Leemos, escuchamos, vemos a muchos personajes cuyo único método de obtención de  recursos económicos y prestación laboral ha sido en el Estado, promoviendo su reducción y echándole la culpa de todas las frustraciones sociales. Podríamos elegir un adjetivo para éstos, de entre estos: absurdo, hipócrita o perverso. A nadie que trabaja en la actividad privada se le ocurriría pretender que se reduzca  o que desaparezca la empresa, sentido de supervivencia se llama.

Relaciones inexorables

En Mendoza se han manifestado en favor de un candidato que asumirá el 9 de diciembre próximo. Las posibilidades de que exista coincidencia de partido con quien ganará a nivel nacional es técnicamente imposible, por lo que deberá elaborar una estrategia más inteligente y eficiente que la actual, Y desalentar las ocurrencias inconstitucionales que sólo alientan vanidades sin argumentos.