El amor en los tiempos del Coronavirus

Por: Ariel Robert   Cualquiera que haya tenido en suerte leer en silencio la mejor novela de Gabriel García Márquez , El Amor en los Tiempos del Cólera (así lo siente quien esto escribe pero lo que tiene rigor es que así lo consideró el propio autor de esa obra inolvidable) coincidirá que el amor… Continúa leyendo El amor en los tiempos del Coronavirus

Por: Ariel Robert

 

Cualquiera que haya tenido en suerte leer en silencio la mejor novela de Gabriel García Márquez , El Amor en los Tiempos del Cólera (así lo siente quien esto escribe pero lo que tiene rigor es que así lo consideró el propio autor de esa obra inolvidable) coincidirá que el amor es tal vez la primer pandemia de la que haya registro. No sólo ese amor pendiente y eterno entre Fermina Daza y Florentino Ariza, si no los otros menos intensos y de aspectos menos impulsivos. Más fraternales.  Filiales. Amistosos y también, vocacionales.

Es el amor que se profesa un día como este, del amigo, y es el amor casi indispensable en momentos como los que estamos atravesando, que revisten características que insinúan que lo único que en verdad podrá hacer de nuestra existencia algo digno es el afecto, el cariño, la comprensión.

Días atrás y sin que pudiésemos contrastar ?aunque sí constatar- los datos que nos transmitía  un médico de confianza (Luis), dimos difusión sobre la situación extenuante, peligrosa y también desgarradora de los que trabajan en el Hospital Laggomaggiore.

Enfermeras y enfermeros, médicas y médicos, auxiliares, ayudantes, instrumentistas, que relatan además del lógico temor, el destrato que reciben, cuando no de las autoridades, de los pacientes e impacientes y, como si faltara alguien, de algunos periodistas que siguen operando sin matrícula ni bisturí a favor de vaya a saber quién y por qué.

Hoy, y como para cifrar la contradicción de aquellos que en bares coquetos celebran (legítimamente) el día del amigo (que a propósito habrá que agregar ?y de la amiga?), muchos deben soportar en una soledad extrema y dolorosa la ignominia de otros que supuestamente ostentan salud frente al flagelo de haber contraído este virus, del que poco se conoce y demasiado se habla

Podrán escuchar y leer el testimonio de un padre afligido por más de una razón. Porque desde su lugar de combate debe impedir que el virus se propague y además se le inocule en su cuerpo, pero además y seguramente peor, para que su Hija, quien también ha tenido que desempeñar un rol heroico involuntario, ahora además debe soportar el trato y destrato ofensivo de algunos colegas pero por responsabilidad de directivos de OSEP, una de las obras sociales con más afiliados en el interior del país.

Más categórica que la filmación y más elocuente que el audio, nada. Pero es nuestra obligación profesional y nuestra posición ética llamar a la reflexión  a las autoridades, tanto del Ministerio de Salud de la provincia, por su potestad general, como a los responsables (a veces bastante irresponsables) del propio hospital  Del Carmen, y de modo inevitable, a los responsables de la Obra Social de Empleados Públicos.  Compartirán con nosotros al leer el testimonio de ese Papá, y al ver cuál es la situación que debe soportar su Hija. ¿Irrespetuoso, lacerante, indigno? Tal vez se pueda resumir todos esos adjetivos en uno: terapia deshumanizada,  Que en el propio hospital de OSEP se le dé este trato que el audio y video a continuación evidencian, es indicativo de la consideración que tienen para con todas las víctimas de cualquier enfermedad que deben recibir asistencia en ese hospital.

Generalizar sería  impropio e injusto. Sabemos de profesionales que actúan en el Hospital Del Carmen que exceden sus obligaciones para darles un trato adecuado a los pacientes internados y a los familiares que deben cuidarlos, de la misma manera que sabemos de la indolencia y desprecio con la que tratan a muchos. Esta disparidad  indica la responsabilidad que le cabe a la dirección del nosocomio.

El hecho de haber contraído este virus, aún indescriptible, incurable e inevitable, es una instancia que pone a la persona en situación de víctima, no de victimario. Atender con denuedo, cuidados específicos y responsabilidad a quien haya dado positivo, es una tarea loable, pero señalarlos, aislarlos y segregarlos, es el pésimo camino elegido.

En estas circunstancias y muy especialmente para con los que realizan tareas en verdad esenciales, como es el caso de los trabajadores de la salud, activar protocolos de cuidados es imprescindible, tanto como propiciarles un trato amable, decente, digno como merecen, algo que aunque esté signado en los tratados y en la constitución, las autoridades de algunos efectores de salud desconocen o desdeñan

Quizá sirva esta caprichosa fecha en la que se celebre el día del amigo (y de la amiga) para que  los responsables de OSEP y del Ministerio de Salud, tengan mejor consideración por  las personas. Sería un gran paso, para ellos y para la humanidad. Salud.

«Soy papá de una Enfermera que se contagió Covid 19 en Clínica Santa Clara y por tener OSEP (OBRA SOCIAL DEL EMPLEADO PÚBLICO MENDOZA), terminó internada en Hospital El Carmen.

Quiero por medio de esta nota dar conocimento de lo que sucede dentro y hacerlo público. Mi hija ingresó hace unos días atras, se la aisló por los síntomas y luego de hisoparla y dar positivo fue colocada en una habitación, le entregaron un termómetro y un saturómetro de oxígeno, y desde ese momento no tuvo otro control salvo el propio. Los resultados de esos controles los grita a través de la puerta de la habitación y los controles médicos son sólo telefónicos, cuando es de público conocimiento que el virus tiene consecuencias respiratorias.

La despersonalizacion que posee es casi total y el destrato del personal de salud es casi completo. Soy Enfermero en un centro de salud de atención mixta, atendemos tanto personas con antecedentes respiratorios con sospecha de Covid 19, como otras patologías, controles sanos y vacunación, y jamás he visto a uno de mis compañeros médicos dejar de auscultar una persona, ni a mis colegas dejar de controlarlos siempre con la precaucion y el uso de los elementos de protección.

Ésta es una crítica y espero que constructiva para el equipo de salud del Hospital El Carmen, espero no se hayan olvidado del ejercicio o del significado de empatía, o a ustedes le parece correcto o dentro del protocolo ¿sus acciones? Tal vez van a tener que cambiarlo o de profesión ya que lo que hacen deja mucho que desear y hasta desprestigia a muchos profesionales de la Salud que hacemos lo que nos corresponde y más por el enfermo.

También responsabilizo a los directivos de la Osep por cómplices o por falta de gestión. Espero que los próximos afiliados que podamos terminar en ese lugar por contagiarnos no seamos tratados de la misma forma. Es nuestro derecho como persona.

Si sos afiliado o tenés a alguien que los es viralizalo parece que ésta es la única forma de ser escuchado».

 

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