El agua no aumenta

Ni las precipitaciones, y mucho menos los servicios y provisión de agua potable en Mendoza, han mejorado.

Tanto las empresas de formato cooperativo (Corralcoop, como ejemplo) como las de carácter comunal (Municipalidad de Luján de Cuyo), o como la provincial estatal AYSAM , cada vez brindan un menor caudal y con mayores deficiencias. Sumado a las erráticas políticas del Departamento General de Irrigación y a la inacción de la Dirección de Hidráulica, el desierto mira con asombro las decisiones de quienes lo habitamos.

Por un lado, la desproporción en el uso de riego a manto en agricultura, por el otro, los ciudadanos irresponsables que lavan sus vehículos, y las que no, riegan asfalto y veredas, mientras otras y otros renuevan el contenido de sus piscinas como si abundara el agua. Por el otro, las temperaturas elevadas, la imperiosa necesidad de ser más severos en la higiene (incrementa por la persistencia del Covid) convergen en un panorama asolador

El agua no aumenta. El título puede ser tentador, la realidad, no. El agua, contrariamente parece estar en franca disminución. Asimismo y en concordancia, parece disminuir la consciencia colectiva, la sensibilidad social, la contribución ciudadana.

Para este jueves (13/1), los dirigentes ex protectora Marcelo Romano y Mario Vadillo, habían convocado frente a la casa central de AYSAM a un ?bidonazo?.  La escuálida concurrencia desconcierta.

La manifestación más grande que ha existido en Mendoza fue a propósito de ?cuidar el agua? ante la supuesta amenaza de que la derogación de la ley 7722 significaría poco más que el apocalipsis contaminador. Hoy, en simultáneo a un estío insoportable, el bochorno es que fueron poquísimos los que acudieron en apoyo a los reclamos que Vadillo y Romano llevaban hasta la gerencia de Aysam.

Lo que sí aumenta es el precio que deberemos pagar. Una suba del 45%, se estima. Tampoco hay reclamo ni manifestación en contra.

Pero la reunión no fue en vano. El contador Alejandro Gallego, máxima autoridad del organismo, escuchó a los dirigentes e intercambió información sustanciosa.

Ante el pedido de los ex protectora para que se aliaran y organizaran con los municipios, Gallego les contó su propia experiencia, ya que como no existe capacidad de almacenamiento, cuando llegan los camiones con agua, no son recibidos con elogios sino insultados por la carencia de agua.

En la misma conversación surgió el pedido de Vadillo y Romano para que le insista al Gobernador que en vez de la obra de Portezuelo del Viento, destine esos fondos a la mejora indispensable de la situación hídrica general de Mendoza. Alejandro Gallego aprovechó para decirles que desde el Gobierno de la Nación (algo que no se suele decir públicamente), están destinando importantes fondos, y que pronto realizarán 150 kilómetros de acueductos y en poco tiempo más, otros 100 kilómetros. Seguramente no son suficientes pero sí, tanto como el agua, indispensables.

Si acaso está preocupado por el agua que encontrará si pasa por la zona del Casino provincial, en la calle, es por la rotura de uno de los dos acueductos que atraviesan la intersección en donde la calle Belgrano de Godoy Cruz cambia su nombre por San Juan, de Ciudad. No saben aún cuál de los dos es el que se ha roto (par o impar; mayor o menor) pero prometen saberlo mañana, momento en el que avisarán quienes no tendrán agua por la zona.