Receta infalible para adelgazar: vivir en Argentina
Todos los indicadores coinciden en la reducción de consumo de alimentos. La brecha entre los precios de origen y los de góndola, según informa la CAME, crea peores distorsiones.
Cómo la política económica del gobierno de Javier Milei contribuye a la escasa y mala alimentación de las y los argentinos.
La CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) publicó los datos IPOD, indicador que delata las diferencias de precios entre el productor agropecuario y el consumidor, valores que en Argentina definen, principalmente, los distribuidores y las cadenas de supermercados.
¿Cuánto terminamos pagando?
La multiplicación, en promedio, es de 3 veces y media lo que reciben los productores en relación a lo que pagamos. O sea, mientras el productor recibe $1 los consumidores terminamos pagando $3.5, una diferencia que cambia enormemente por cuestiones estacionales, según cada producto.
Lo más agrio
Para arribar a ese promedio, o sea, para poder calcular que pagamos tres veces y media, lo que el productor recibe, se estiman los valores de 24 productos agroalimenticios. El ejemplo más contundente, el de los limones. Por lo que el consumidor paga $ 100 (cien pesos), el productor recibe apenas $ 8,10 (ocho pesos con diez centavos). Otros con brechas más tenues, como el caso del tomate, por el cual el productor primario recibe $ 48 (cuarenta y ocho pesos) de los $ 100 (cien pesos) que se paga en verdulerías.
La libertad sin plan se convierte en un perjuicio garantizado
El recule que pegó el gobierno con la medicina prepaga podría servir como guía, pero la obstinación dogmática atenta contra la razón. Que los formadores de precios sean los grandes actores del retail, no es común, Y en el caso de alimentos, hasta los países más liberales planifican y ordenan. En la crisis que atraviesa la economía argentina, es un rol indelegable del Estado, contemplar lo que está ocurriendo, no sólo por cuestiones humanitarias, sino por sus posteriores consecuencias financieras y económicas.
Perder peso y perder pesos
La caída de consumo en el rubro más elemental, el de alimentos y bebidas, es dramática. En los primeros cuatro meses, la reducción es del 23,8%, un porcentaje inédito en la historia de Argentina. Y siempre que hay un promedio, como es fácil deducir, se acentúa más en quienes menos poseen. La casta, por acción del gobierno, son los pobres, que además hoy es la mita de la población.
Mala leche
No son lecturas sesgadas, son los registros oficiales que indican la reducción del consumo de leche, casi un 20%, pero esto, lejos de perjudicar a los productores, les ha mejorado la ecuación debido a los valores que se pagan por la leche en polvo en el exterior. O sea, un buen estímulo al "sálvese quien pueda".
A la parrilla
Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y derivados de la República Argentina (Ciccra), la retracción en el consumo de carnes es el más bajo en 30 años. Sí, hay que remitirse a las épocas del forzado uno a uno ¿se acuerda? La retracción de consumo medidas los primeros meses de la gestión Milei, se ubica en el 18.5%
Tomá mate
Desde el gobierno hablan de que están venciendo en la batalla cultural, y quizá en esto, al menos, digan la verdad. Porque no sólo se come menos, sino que se afecta el consumo de productos icónicos de la argentinidad. Menos carne, menos leche y también, menos mate. Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate, la disminución en el consumo de la infusión típica alcanza al 30% (treinta por ciento), inconcebible para la historia nacional.