INSEGURIDAD Y SALARIOS

En el día de los enamorados, reclamo de los y las policías de Mendoza

Desde hace más de un mes, familiares, amigos y allegados a quienes prestan servicio en la Policía de Mendoza y en el Servicio Penitenciario Provincial, reclaman por las condiciones laborales pero, fundamentalmente, por los salarios.

Mansos y tranquilos, pero pobres.

Lejos de las asonadas del pasado, y de la insurrección, eligieron un mecanismo  formal, pacífico y razonable para pedir por los salarios de los (y las) policías de Mendoza y por quienes trabajan en el Servicio Penitenciario. Desde la Asociación Civil PROPOL, elevaron una nota a la Ministra Mercedes Rus, que publicamos a continuación

En el día de los enamorados, reclamo de los y las policías de Mendoza

Momento de angustia, tiempos de ingratitud.

Aprovecharon el día 14 de febrero aludiendo a que están "enamorados" de su profesión, pero reclamando por la falta de reciprocidad en el trato. La deserción que hay en "la fuerza policial" es preocupante. Las cifras no se conocen, pero los testimonios abundan.

Salida laboral, tampoco.

La pretensión social es que quien viste un uniforme, no sea un burócrata más, ni un empleado sin compromiso, ni -como solía ocurrir años atrás- una persona sin estudios ni capacitación que sólo buscaba formar parte de la policía como salida laboral. La situación de hoy enciende una alarma, porque ya no resulta atractivo ni siquiera como salida laboral.

Al menos un título.

 Muchos estudiantes inscriptos en el IUSP (Instituto Universitario de Seguridad  Pública) están desencantados al ver cual es la situación de los agentes y auxiliares en actividad. Les suena contradictorio la realidad. Mientras las autoridades provinciales no se privan de elogiar la función de la Policía de Mendoza; destacan con encendidos discursos lo vital que es la "fuerza" para mejorar la situación de inseguridad, a la hora de la retribución ven que no coincide. 

Atenta, Ministra.

La nota presentada en Mesa de Entradas del Ministerio de Seguridad y Justicia de la provincia, dirigida a la Magister Mercedes Rus, máxima autoridad de esa cartera, describe la situación paupérrima que atraviesan quienes deben estar al servicio de la comunidad y detallan circunstancias que, además, se apartan de los propósitos que dicta la Ley 6722

Sin pretensiones gremiales.

Edgardo Frías, presidente de la Asociación Civil PROPOL, firmante de la misiva y exintegrante de la fuerza policial,  señala que con lo que cobra un auxiliar no puede satisfacer las necesidades mínimas alimentarias, o sea, si sólo percibe el salario como policía, esa persona es un indigente. Dramático relato. Admite que esta forma de petitorio es la herramienta legítima para que las autoridades revisen sus políticas, mejoren de modo urgente y contundente los salarios, pero además, contemplen cambios, para que "la Policía de Mendoza" pueda alcanzar los objetivos propuestos desde el Estado provincial, entendiendo que no se pueden sindicalizar los miembros de las fuerzas de seguridad

Estándares.

Sería inapropiado hacer una analogía directa entre la ocurrencia de delitos, la falta de prevención, la baja en la resolución de conflictos, con los magros salarios. Pero es innegable que una persona extenuada por la cantidad de horas que cumple, haciendo servicios extraordinarios, y haciendo "changas" en trabajos que no guardan relación, pueda ser muy eficiente en la previsión y combate del delito. Consignan en la nota que en Mendoza, los salarios y condiciones, están por debajo del promedio en consideración federal.

 Sin convenio colectivo, pero trabajadores.

Los regímenes horarios y las prestaciones laborales de policías, tienen singularidades, precisamente, porque la tarea que deben llevar a cabo requiere de una atención y vocación especial. Pero al percibir salarios tan exiguos, acuden a realizar otro tipo de trabajo, algo que choca con la pretendida jerarquización de la fuerza, tal como destacan. El sólo hecho de que porten armas y estén legitimados para usarlas, los pone en un lugar diferente del resto de la ciudadanía. 

Lejísimo de alcanzar los objetivos.

Vemos la descripción del artículo 2da. de la ley 6722, que dio origen a la reforma de 1999 a la que suscribimos, y notamos la distancia del dicho al hecho:  

Las Policías de la Provincia serán instituciones civiles, armadas, jerarquizadas y con carácter profesional, depositarias de la fuerza pública por delegación del Estado Provincial. Integrarán el Sistema Provincial de Seguridad Pública con la finalidad esencial de brindar el servicio público de seguridad consistente en: 1-Proteger los derechos de los habitantes de la Provincia de Mendoza, asegurando su goce, mediante la actuación preventiva, disuasiva o con el uso efectivo de la fuerza pública. 2-Mantener el orden público y la paz social conforme con los principios establecidos en esta ley. 3-Asegurar la plena vigencia de la Constitución Nacional y Provincial, así como los poderes que de ellas emanan.  


Que un auxiliar, que un miembro de la Polícia, quien trabaja 24 por 48, que debe cumplir con recargos y una cláusula gatillo que evidencia que los recursos sí están, pero no la voluntad; que sólo pueda llegar a fin de mes haciendo servicios extraordinarios, porque su remuneración ronda los 300 mil pesos mensuales, echa por tierra toda buena intención, invita a retirarse de la Policía y garantiza que la inseguridad para las mendocinas y mendocinos, no se tomará vacaciones por mucho tiempo.

Esta nota habla de:

Nuestras recomendaciones