División Palermo. Cuando faltar el respeto también es inclusión

División Palermo cuenta la historia de una guardia urbana inclusiva ideada como operación de marketing para mejorar la imagen de las fuerzas de seguridad. La producción argentina es una comedia que sigue a un grupo de personas que representan a una minoría social, pero ahora son encargados de la seguridad del barrio.

La serie se lanzó el pasado 17 de febrero y cuenta con un total de ocho episodios.

«Hay chistes super incomodos que escribí, pero todos tienen un sentido de inclusión y de como podemos reírnos de nosotros mismos en tratar de quedar bien a la hora de hablar con personas con discapacidad», comenta el joven director.

Si bien es una ficción, los acontecimientos que ocurren en ?División Palermo? contiene muchos datos de la vida real, como la existencia de la Guardia Urbana de Buenos Aires durante un breve periodo de tiempo.

Entre los años 2004 y 2008, funcionó un cuerpo de seguridad conformado por civiles, los cuales no tenían las mismas capacidades que la Policía, ni pretendían suplantar sus funciones. Por el contrario, mantenían coordinación con dicha institución, al igual que otras como los bomberos, la Defensa Civil y el Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAME).

Varios actores consagrados, otros del under, la historia entretiene, cumple y nos lleva a reflexionar sobre los preconceptos y las etiquetas.

Una persona ciega, una de talla baja, otra en sillas de rueda entre otros personajes que llevan al espectador a mirarnos como actuamos como sociedad ante personas con discapacidad o minorías.  La inclusión laboral, la sexualidad de las personas con discapacidad (en particular de las mujeres), la mirada social que infantiliza y la falsa autoayuda son sólo algunos de los temas que la serie División Palermo aborda desde el humor.

«Hemos grabado tomas con Jony, el personaje de talla baja, y era muy gracioso pero nadie se reía, y el pensaba que había hecho mal la escena y era que nadie se quería reír por respeto, hasta que aprendimos que justamente la inclusión es eso, reírnos de nosotros sin distinción», Daniel Hendler.