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Ian Moche: Un llamado a Milei y a la sociedad

El caso de Ian Moche, el joven activista autista de 11 años, destaca como un ejemplo inspirador de cómo una voz joven y llena de empatía puede generar impacto en debates complejos. Ian busca promover un mundo más inclusivo y "amigable", donde el respeto y la empatía hacia las personas neurodivergentes sean una prioridad. Ian se ha ofrecido a dialogar con el presidente Javier Milei sobre las preocupaciones que generan las recientes propuestas legislativas en materia de salud mental y discapacidad

Eliana Martínez

Ian se ha ofrecido a dialogar con el presidente Javier Milei sobre las preocupaciones que generan las recientes propuestas legislativas en materia de salud mental y discapacidad, como la Ley Bases y el DNU 70/23. Su principal temor es la posibilidad de perder derechos ya adquiridos por personas con discapacidades. Sin embargo, su enfoque es constructivo: no busca criticar, sino proponer alternativas y fomentar un diálogo informado.

El joven considera que las leyes, aunque puedan mejorarse, no deberían derogarse por completo, y destaca que los cambios deben considerar las opiniones de los propios afectados y especialistas. Por ejemplo, critica que se plantee internar a personas sin la intervención de profesionales o el consentimiento de los involucrados.

Educación y empatía como claves

Uno de los pilares de las propuestas de Ian es la necesidad de educación inclusiva. Sugiere la creación de una ley que haga obligatoria la capacitación docente en discapacidad, para que los maestros puedan atender mejor a los estudiantes con necesidades especiales. Además, propone adaptar los contenidos educativos a los intereses de los alumnos neurodivergentes, fomentando el aprendizaje a través de sus pasiones.

Para Ian, el conocimiento y la empatía son esenciales para construir una sociedad inclusiva. Su mensaje subraya la importancia de pequeños cambios en el día a día, como reducir estímulos sonoros en ciertos espacios, lo que podría mejorar significativamente la calidad de vida de las personas autistas.

Un joven con visión y determinación

Ian no solo es un activista que levanta la voz por sus derechos y los de otros neurodivergentes, sino también un docente natural que explica su condición con claridad y pasión. Con ejemplos sencillos, compara los cerebros neurotípicos y neurodivergentes con dos teléfonos diferentes que cumplen la misma función de manera distinta. Este enfoque pedagógico le ha ganado admiradores entre familias y personas que encuentran en sus palabras un punto de partida para comprender mejor el autismo.

Entre sus hobbies, la lectura ocupa un lugar especial. Con títulos como El curioso incidente del perro a medianoche o clásicos como Alicia en el país de las maravillas, Ian encuentra inspiración para seguir imaginando un mundo más justo. Además, su admiración por Mafalda y Snoopy refleja su sensibilidad hacia las injusticias y su búsqueda de soluciones.

La importancia de la acción colectiva

Ian reconoce que todo cambio requiere acción política. Por eso, el año pasado pudo reunirse con figuras de diversos espacios, como Cristina Kirchner, Sergio Massa y Horacio Rodríguez Larreta. Para él, lo importante no son los partidos, sino las personas y su disposición a escuchar y aprender.

Este mensaje, acompañado de su participación indirecta en marchas y manifestaciones a través de sus padres, muestra que su lucha no es solo personal, sino colectiva. Ian aspira a que más personas entiendan que pensar en el bienestar de otros, especialmente los más vulnerables, es clave para construir un mundo mejor.

Reflexión final

Ian Moche nos enseña que no importa la edad o las circunstancias, siempre se puede trabajar por un mundo más inclusivo y empático. Sus palabras nos invitan a escuchar, aprender y actuar, con el compromiso de construir una sociedad donde todos tengan un lugar y puedan ser escuchados.

Con información de El Destape

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